Viernes, Pijamas Locas y Yo nunca he...

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Viernes por fin, pero no, no señores este no era un viernes como cualquiera, los profesores gracias a gracia divina no nos habían dejado trabajo o tarea alguna más que estudiar lo normal, un fin de semana sin batas sucias y cadáveres.

Éramos libres.

Habían pasado ya tres meses que nos habíamos conocido y desde ese día éramos casi inseparables.

— Rumba, rumba, rumba. — Tarareaba Lisa mientras salíamos de la U. — Vamos chicos ¿Díganme si esto no se merece una rumba?

— ¿Has perdido tus tornillos L? ¡Hay es que dormir todo el fin de semana! Ocasiones como esta solo una vez en la vida. ¡Una! — Le recalque moviendo mis manos exageradamente en su cara.

— En defensa de Lisa, duermes demasiado para esta vida. — Lisa señalo a Noah y me abrió los ojos queriéndome hacer ver su punto.

— ¿Que? ¡Eso no es verdad!— Los dos levantaron una ceja, como los odiaba, yo no podía hacerlo no porque lo intentara, ellos lo sabían y lo hacían para molestarme

— ¿Enserio Angie? Te dormiste al lado de Martin en la clase de Anfiteatro ¡Con olor a formol por todo el lugar! — Me recalco Lisa de manera exagerada y yo rodé mis ojos.

Nuestro profesor de anfiteatro nos hacía ponerles nombres a los muertos diciendo que teníamos que ser humanos y que llamarlos NN o por un número era una falta de respeto así que los bautizábamos.

— ¡Si! Recuerdo muy bien ese día, no puedo creer que dormiste al lado de un cadáver. — Noah rio. — Oh la vez que te dormiste en el castillo de almohadas en el parque de diversiones. — Volvió a reír.

— Eran almohadas Noah ¿Para qué son si no son para dormir? — Los dos caminaron negando con la cabeza, riendo y yo camine al lado de ellos. — Ese no es el punto, el punto es que deberíamos aprovechar dormir.

— No, deberíamos ir de rumba. Tú me apoyas ¿Verdad Noah? — Noah se rasco la cabeza y miro hacia otro lado. — Vamos Noah no me dejes sola en esto.

— No es que te deje sola, pero podríamos hacer algo más tranquilo, digo no quiero pasar mi domingo con resaca sabiendo que aún tengo que estudiar. — A veces los ataques de responsabilidad de Noah me sorprendía.

Él estaba loco, re contra loco pero no dejaba que nada ni nadie se metiera con sus estudios.

— Vamos aburridos del carajo, ¡El lunes es festivo!

— Sigo pasando a ese plan. — Dije y Lisa me fulmino con la mirada. — y si hacemos una pijama da en mi casa, podemos ver películas y comer.

— Uhhh ese plan me gusta. — Me apoyo Noah. — Es más tranquilo y si aún quieres alcohol llevamos algo para ti.

— Pero yo quería salir, conocer chicos y bailar. — Lisa hizo un puchero y yo reí. — Esta bien, nos vemos en tu casa a las 8:00 pm.

Lisa tomo el autobús y se fue a su casa en la mierda, Noah y yo caminamos a casa hablando sobre la pijamada. Compraríamos comida y golosinas y veríamos Netflix en mi casa.

—Me traes gomitas de ositos, muchas. — Noah me miro como si estuviera loca. — ¿Que? ¿Lisa puede tener Vodka y yo no puedo tener gomitas?

— ¿Cuantos tienes? ¿Doce? — Dijo mirándome risueño.

La risa de Noah me recordaba mucho a la de Ashton Irwin era aguda y divertida.

— ¿Cuantos tienes? ¿Ochenta? — Levanto una ceja y yo rodé los ojos.

— Solo tráeme mis putas gomitas. ¿Okay?— Noah meció las manos calmándome

— Oye, tranquila vieja. ¡Lunática! — Grito por la calle llamando la atención de la gente y salió corriendo.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora