Frio, Problemas y Charla Rememorativa.

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Me baje del taxi y mire la entrada del bar, se veía bastante exclusivo, como todo lo que la familia de los gemelos.

— No puede ingresar, es un bar privado. — Me detuvo el enorme guardia de seguridad.

— Necesito a Hellen Micardi por favor es algo urgente. — El guardia le dio mi razón a otro quien salió en busca de ella, regreso y le dio la razón al primer guardia.

— Lo sentimos joven pero la señorita Micardi está muy ocupada en un asunto.

— Señor yo vine a resolver ese asunto. — El dejo de hablar conmigo y me toco llamar a Hellen.

— Martin, gran tonto ¿Por qué no dejaste pasara a Noah? — El guardia fue a reclamar pero ella lo detuvo. — Tengo un asunto que resolver.

El guardia nos dejó pasar y logre ver a Angie bailando en un tubo de pole dance, ella tenía el cabello castaño desordenado un top negro y un short dorado, ella se movía desmesuradamente haciendo que los chicos delante de ella silbaran.

El club era genial y estaba abarrotado, Hellen siempre había querido un sitio como este.

Un chico pelinegro que se parecía demasiado a Alec Lightwood intentaba hacerla bajar que ya no hacia ni cinco de caso.

"No querrás verme borracha, enserio" recordé las palabras de Angie en el viaje a los Everglades.

— Ange — La castaña se volteo y me sonrió desde donde estaba.

— Noah que bueno que llegaste. — Mi amiga sonrió de manera inocente pero no bajo ni dejo de bailar, además de que era difícil escucharla con el ruido de la música. — Te presento a Alexander Rousell.

— Noah Henderson. — Estire mi mano y tome la del chico que se presentó. Se parecía extraordinariamente Matthew Daddario.

El chico miro a Angie y sonrió.

— ¿Puedes bajarla de allí? Lo he intentado pero se niega.

— Lo intentare. — Me acerque más a ella y la mire. — Hey Lunática, ¿Vas a bajar o qué?

Ella me miro y sus ojos brillaron, no sabía si por el alcohol o la emoción pero salto de la plataforma hacia mí.

— Yo sabía que ibas a venir, Lisa me dijo que no pero yo sabía que sí. — Yo mire a Lisa y ella levanto los hombros, algo me decía que no estaba de humor. — Viste perra, él no me abandona.

Angelie le saco la lengua Lisa y ella rodo los ojos, la castaña aún se abrazaba a mí.

— Hey Alec, no se te olvide llamarme. — La agarre de la cintura antes de que se cayera de sus enormes tacones. — Enserio llámame.

— Lo hare princesa. — Él le guiño un ojo y Angie rio nerviosa.

— Bueno si, nosotros nos vamos a casa. — Sonreí al chico y sostuve más fuerte a Angie.

— Chao Alec, me saludas a Izzy y a Jace, y a Clary, ella me cae bien y dile que nunca ha sido hermana de Jace. — Arrastre a la castaña hacia la salida y detrás de mi iba Hellen, Robert y Lisa quienes se iban riendo en su propia borrachera de la Lunática.

— Bro, ¿Pues llevarnos? Estoy algo borracho, además de dejarme quedar en tu casa, le prometí a mama que no bebería pero... — Robert casi se cae como prueba de lo anterior y Angie se rio.

— Te caíste como una papaya. — Yo mire raro a la chica y ella rio hipando.

— ¿Dónde dejaras tu auto? — Le pregunte, suerte que Robert era de los borrachos serios y responsables.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora