Twister, Almuerzos Y La Verdad Siempre Sale A La Luz.

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Estábamos en hotel de Noah con Selina jugando twister con River y Elise.

— Pie derecho, rojo. — Elise dijo y yo intente pasar mi pierna derecha por el torso de River y terminamos cayéndonos todos al piso.

— Genial Angelie, nos hiciste perder. — Se quejó Selina.

— Creo que me quebré el coxis. — Noah se levantó agarrándose el trasero.

— Pues perdón. — Noah me agarro del hombro y me dio un beso en la frente.

— Ya cásense. — Selina nos empujó.

Noah se arrodillo, me empecé a reír como loca mientras River, Elise y Selina fangirleaban.

— Angelie.

— Noah.

— ¿Quieres ser mi parabatai de ahora y para siempre? — Yo sonreí.

— Ya lo somos pero acepto. — Noah se levantó y nos miraron decepcionados.

— Eso no es justo. — Elise hizo un puchero.

— Lo siento Elise es lo que hay. — La mujer me abrazo y yo sonreí.

— Es Scar. — Selina siguió tecleando en el celular. — Que si vamos a almorzar.

— Dile que sí. — Noah contesto por mí. — ¿Que? Tu amiga me agrada.

— Demasiado diría yo. — Dije eso más para mí misma que otra cosa pero Noah me escucho y sonrió con malicia.

— ¿Estas celosa? — Yo me apunte a mí misma. — Si tú.

— Nada que ver. — Él iba a contestar pero Sel lo interrumpió.

— Hey tortolos, el restaurante está en el centro de la ciudad, deberíamos irnos. — Yo tome mi chaqueta de jean y me coloque los zapatos.

— Noah, no se te olvide la llave de la habitación, hoy llegamos tarde. — Elise le dio un beso en la mejilla dejándole el pintalabios en la mejilla.

— Amo ser hijo único ¿Okay? — La mujer le dio una mirada reprobatoria mientras Sel y yo nos cargábamos de la risa.

— Adiós Elise, River. — Le di un abrazo a los dos.

— Adiós señor y señora Henderson. — Ellos se despidieron de mi amiga y salimos del hotel. — Noah, conduces.

— Es tu auto. — El hizo un gesto divertido.

— Si pero tú eres hombre. — Hice el intento de levantar una ceja, Selina se rio de mí.

— ¡Tú eres feminista!— Mi amiga me dio una mala mirada.

— Lo sé, solo intento aprovecharme del machismo previamente infundado para librarme de conducir. — Yo me reí y ella le paso sus llaves a Noah.

— Lo siento, no voy a librarte de la tarea. — Selina coloco las manos en el cuello de Noah como si lo fuese a ahorcar.

— Entonces llévame al auto. — Noah rodo los ojos pero aun así dejo que Sel se subiera a caballito.

Fuimos en el auto de Sel hasta el restaurante en el centro de la ciudad, era bastante retro, de esos que tienen rockolas en las mesas.

Scar y Matias estaban en una mesa para seis sentados frente a frente, nos acercamos y saludamos, Selina se sentó al lado de Scar y me miro con picardía.

Como odiaba cuando quería generar caos.

Me senté al lado de Matias y Noah se sentó al lado de Sel, el último en llegar fue Dylan quien se sentó a mi lado.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora