El Ravenclaw, La Hufflepuff Y Cerveza de Mantequilla.

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El verano ya se había acabado, habíamos salido mucho en grupo y nos habíamos divertido, ahora estábamos de regreso a la rutina, el segundo año de medicina asomaba sus narices, más trabajos, menos tiempo libre, más dificultad.

Estaba en la cafetería disfrutando de un chocolate caliente mientras leía mis primeros apuntes de pediatría, Ugh como iba a odiar esta materia y eso que apenas era miércoles.

Mi horario era tan mierda que solo coincidía con Noah y Lisa en dos clases y una de ellas era pediatría.

Solté un gruñido se frustración.

— Yo que creí que el buen humor te duraría al menos dos semanas, me has hecho perder veinte contra Lisa y Hellen, Lunática. — Vi a Noah sonriendo con su taza de café su mochila en la espalda y su cabello rubio desordenado.

Su sonrisa era como la mejor parte de mi día, sin mentir.

— Odio la pediatría. — El rio y me miró fijamente.

— Y yo odio el maní pero aun así insistes en ponérselo a las palomitas en el cine. — Yo rodé los ojos y cerré mi cuaderno.

— A ti no te gusta compartirlas con Hellen. — Renegué y el rodo los ojos.

— Porque a ella le gustan dulces y eso es peor. — Yo suspire frustrada. — Hay Ange, ¿estas segura que estas bien?

— Si, solo que siento que desperdicie mi verano. — y así era, mucha fiesta, mucha salida y no había tenido nada de tiempo para sentarme y reflexionar.

Ademas de los mensajes diarios de Matias que me esforzaba en no contestar y de los cuales no hablaba con nadie.

— Hey, no desperdiciaste tu verano, solo estabas muy ocupada teniendo diversión con tus mejores amigos. —El me hizo cosquillas con suavidad y yo me reí.

— Solo siento que necesito algo de tiempo, no sé, salir de aquí. — Noah me miraba raro y el solo tenía esa mirada en dos ocasiones, o creía que estaba loca o tenía una idea. — ¿Ya crees que estoy loca?

— No, tengo una idea. — Estaba dentro de las posibilidades. — ¿Sabes que día es mañana?

— ¿Jueves?

— No tonta, el numerito. — Noah se rio.

— 10 de septiembre. — Dije y el rubio me miro como si debiera saber por qué el 10 de septiembre era importante. — ¿El día internacional del helado?

—No, mañana cumplimos un año de habernos conocido Lunática. — El sonrió alegre.

— Claro que lo sabía, solo estaba jugando contigo. — Noah negó con la cabeza. — Lo siento, soy mala para las fechas.

— Creo que podríamos hacer algo. — El rubio coloco esa sonrisa de desquiciado que me daba miedo.

— ¿Que tienes en mente? — Le pregunte algo más interesada.

— Tú no te preocupes por eso solo sal mañana con tu uniforme y dile a Mama Rose que te quedaras con Lisa. — Noah volvió a sonreír como psicótico.

— Mientras no me vallas a matar en uno de tus rituales satánicos a Hades, vender mis órganos y deshacerte de mi cuerpo en el mar todo está bien. — Noah me miro como si tuviera problemas mentales.

— ¿Te estas drogando y no me habías dicho o crees que soy Nico Di Angelo? — Yo me reí y le di un golpe.

— Nico Di Angelo es lo mas tierno que hay ¿Okay? — El rodo los ojos y miro su reloj. — Mierda, voy tarde a Morfo, nos vemos.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora