Depresión, Al Fin Perdón Y Tan Frío Como Alaska.

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Había pasado tres días encerrada en mi antigua habitación sin salir con nadie, de cosa me aseaba y casi no comía o dormía, era como pasar todo el lío del corazón roto otra vez pero este dolía más y era más duro porque Scarlett significaba mucho más para mí y por qué esta vez no tenía a Noah.

Mama siempre me preguntaba pero le decía que era mi periodo, no quería hablar de ello.

Estaba en mi cuarto mirando una nueva película de Netflix donde la chica escribía cartas cuando se enamoraba profundamente pero nunca las mandaba hasta que su metiche hermana menor las envió, ella estaba enamorada del novio de su hermana mayor.

— Al menos eso es tres veces peor. — Dije para mí misma y me metí un puñado de palomitas en la boca.

"Al menos ella no se metió con el"

"Desaparece"

"Deberías hablar con Noah"

"No quiere hablar conmigo, Scarlett tampoco"

"A Scarlett la llamaste, a Noah no"

"Sé que no quiere hablar conmigo"

"Lo que tienes es miedo"

"¿De qué?"

"De saber por qué Noah reacciono de esa manera"

El sonido de mi celular interrumpió mi conversación conmigo misma, Hellen.

Me había estado llamando pero la había estado ignorando, pero en realidad necesitaba hablar con alguien ademas de mi idiota subconsiente.

Conteste.

— ¿Qué es lo que les pasa? Al fin alguno de los dos contesta el maldito teléfono, los inventaron para comunicarse ¿Sabes? Sé que se están divirtiendo muchísimo pero... — Hellen levanto la mirada. — Joder Ange te ves como la mierda. ¿Estás bien?

— No. — Se me quebró la voz y se me anegaron los ojos.

No había llorado estos días pero al ver a Hellen me di cuenta de que había sido real, había salido del shock en el que estaba y que Noah no estaba aquí.

— No llores Ange, estoy segura de que se puede solucionar. — Me seque las lágrimas y tome unas cuantas respiraciones. — Cuéntame que pasó.

Le conté desde el mero principio, ella se limitó a escuchar.

— Wow, eso parece una telenovela de esas que te gustan. — Yo rodé los ojos. — Lo siento, pero Noah tiene razón, la verdad saldría algún día y tienes que hablar con tu amiga.

— Ella no quiere hablar conmigo Hells.

— Pues habla con ella, no puedes dejar que crea que todo fue culpa tuya Ange, este amorío fue culpa de ustedes dos.

— Emma se metió con tu novio ¿La escuchaste? — Ella suspiro.

— Si lo hice, me tomo tiempo pero lo hice, ya te había dicho, yo la habría perdonado si ella lo hubiera querido como tu querías a Matias porque nadie tiene la culpa en razones del corazón pero ella no lo quería, solo lo hizo porque es una maldita.

— Soy una maldita.

— Ya estás muy grande para eso Ange, además fue hace mucho tiempo, debes hablar con ella. — Yo asentí. — Esa es mi amiga.

— ¿Y qué hay de Noah? — Ella sonrió.

— Eso si lo tienes que descubrir sola, habla con él, solo está dolido Ange.

¡Oh Noah! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora