Siempre Serás Tú.

57. -último-

-¿Ahora si quieres hablar? -murmuré, cruzándome de brazos en medio de la sala de juicio.

-Any..

-Te rogué todo este tiempo para hacerlo, Poncho. Y ahora.. -alcé los brazos, indignada. Tendría cara.. - ahora que lo sabes todo, y no por mi ¿quieres hablar?

-¡Lo sé! No tenía idea -se pasó la mano por la cara y el pelo, se le veía atormentado ¡y con razón!- Perdóname ¿vale? Yo..

-Ehh, chicos -Neni se puso entre nosotros, protegiendonos de las caras curiosas que nos veían- no creo que sea el mejor lugar.. -susurró.

-Si, tienes razón. Any, ven conmigo -tomo mi mano pero yo la traje de vuelta. Quería que supiera que estaba enojada.

Me adelanté y pasé entre los dos para salir de la sala. Tres guardias me abordaron para decirme que el coche me esperaba en la entrada. Que la parte trasera también se había llenado de periodistas y otras cosas más a las que no presté atención. Seguí caminando, con Poncho detrás llamándome. Quería llorar, quería salir de allí. Poncho no debería estar aquí. No quería, después de tantas veces que me negó hablar del tema. Después de que todo este tiempo pensara mal de mi. Hablaríamos, pero bajo mis condiciones.

Y no hoy.

-Anahí, ¡maldita sea! -Poncho corrió hacia mi colgando el móvil que tenía en la oreja, me alcanzó al llegar a la puerta y me tomó del brazo- no camines así de rápido te puedes tropezar y caer caray. Espérate.

Me detuve para soltarme de su brazo de un halón y mirarlo a los ojos. Respiraba con dificultad. Quería decir un montón de cosas, como preguntar por que aparecía aquí luego de una semana y hacerme pasar de un escandalo, pero venían personas de todos los pasillos. Se preguntarían... De hecho ya pensarían... ¡Joder!

-Estás realmente loco.. ¿Como saldrás de aquí sin que te vean los periodistas, genio?

Poncho se alzó de hombros en respuesta.

-¿Vamos a hablar? -alcé la ceja y negué en respuesta- ¿vas a escucharme al menos? -volví a negar- en ese caso, me vale madres.

Poncho me tomó del brazo ubicándose detrás de él mientras abría las puertas. Solo hizo falta una milésima de segundo para que los flashes comenzaran a disparar desde todas direcciones.

No.

No podía haber hecho eso.

Jodidamente no.

Incluso antes de reaccionar del todo y girarme para entrar de nuevo, Poncho me haló hacia la multitud. Fue todo rápido y a la vez lento. No sé si me explico. Los periodistas comenzaron a acercarse para hacer preguntas, los guardaespaldas corrían para alcanzarnos, los flashes me cegaban y no sentía mis pies.

Anahí ¿cual a sido el veredicto?

¿Cuantos años le ha dado?

¿Como se siente al respecto?

Alfonso, ¿vino a acompañar a Anahí al juicio? ¿Tiene usted algo que ver?

Creo que iba a vomitar, lo juro. Incluso desmayarme.

-¡Entra al coche! -pude oír la orden de Poncho entre clics. No sé ni como lo hice, pero en un momento estaba dentro y el coche arrancó, perdiendo de vista a los periodistas y el juzgado.

Poncho suspiró sonoramente a mi lado mientras le indicaba a su chofer la dirección. Yo aun estaba en shock. Al menos hasta que reconocí la dirección que le daba.

Su depa.

-Llévame a casa -gruñí entre dientes

-Any.. Escuchame..