Esperaba cualquier reacción en Poncho sobre la sexualidad de Manuel, menos la esperada.
-¿Y a demás trabaja con él? Lo que quiere decir que también contigo. Increíble.
-Eh, si.. Se llama Damián Maseda -hice hincapié en el nombre, pero no se inmutó por ello.
-Bueno, el nombre no me suena, gracias a Dios -rodó los ojos.
-¡Poncho! Manuel es... -mordí mi labio, él me miró frunció el ceño.
-¿Gay? Si. Y déjame decirte que no le hace nada de honor a los gays.
-¿Lo sabías? -pregunté sorprendida.
-¿Que si lo sabía? Anahí, por favor ¡es obvio!
-¿Obvio? Oh, por Dios. -No me podía ver más estúpida. Poncho me miró entornando los ojos.
-La primera vez que te engaño fue con un wey ¿no es así? -yo asentí, bajando la mirada. Suspiré.
-Si, Poncho. Descubrirlo fue impactante para mi, yo... no tenía idea. Me hizo sentir culpable porque, según él, yo estaba juzgándolo. Realmente se sentía mal por su actitud. Me dijo que ese hombre solo había sido un "resbalón", que si se descubría sería el fin de su carrera y yo sería la culpable. Por eso me manipuló con todo este teatro de la familia feliz. Yo acepté porque Poncho, yo nunca juzgaría la sexualidad de alguien, sea quién sea. Sé por lo que pasó Christian y lo malas que pueden llegar a ser las personas -a ese punto me sentía muy angustiada con lágrimas corriendo por mi cara. Poncho me abrazó y me besó la coronilla. Su abrazo era como un bálsamo en ese momento. De hecho, en todos los momentos. Me miró a los ojos y habló con cautela.
-El primer error: una infidelidad, Anahí, no se justifica ni mucho menos se le hecha la culpa a la otra persona ¿vale? -asentí, tenía razón- el segundo: no puedes tapar el sol con un dedo, y con eso me refiero a que la sexualidad de Velasco no se tapa ni con el matrimonio hetero más perfecto, ni con un hijo, y me disculpas -rió ante eso y lo reprendí con un manotazo.
-¿Cual es el tercer error? -pregunté, apartándome una lágrima.
-¿Hay tercero? -sonrió divertido.
-Pues, ¡yo supongo!
-Vaya que la hay. El tercer error es: negarte la oportunidad de ser feliz por estar atada a una supuesta culpa. Porque, nena, se nota muchísimo que nunca has sido feliz con él.
Mierda. Mierda. Mierda. Esas palabras ¿precisamente de él? ¿De la persona a la que más quería mostrarle que mi vida de casada era perfecta y feliz? Era mierda porque nunca funcionó. Francamente con Poncho las cosas nunca son como yo las pienso. Por otro lado, en este punto, el tenerlo aquí en Cancún, recuperando nuestra amistad, ya no me importaba demasiado.
Si embargo, quería saber lo que él sentía con respecto a mi vida.
-De cierto modo, lo quiero, Poncho.
-¿Lo quieres? -me interrumpió, mirándome con la mandíbula apretada.
-Si.. Ha formado parte de mi vida mucho tiempo. Y aunque es un idiota muchas veces, conozco esa parte humana de él. No sé como lo hace, pero con esa sensibilidad que a veces le da, ha logrado lo que siempre a querido conmigo.
-En mi tierra a eso le llaman manipulación -se alejó de mi, le dio un trago a su cerveza y la dejó de nuevo en la mesa con algo más de fuerza.
Realmente, odia a Manuel.
-Vale, quizá si.. -oculté una pequeña sonrisa en la que él, en su ahogado enojo, no notó.
-Quizá no. Es así. No sé en lo que piensas cuando estas con él.

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Siempre Serás Tú.
Hayran KurguLos sentimientos.. muchas veces, aunque escondidos, siguen intactos. Y aunque insistimos en negarlo.. mi amor.. Siempre serás tú.