15.

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Estaba en mi estudio checando unos guiones cuando me celular comenzó a sonar..

Llamada entrante de
Anahí

—Any, ¿que ocurre? ¿supiste algo?

—No, no —la oí del otro lado susurrando— solo que no lo sé, no se si seguir con el plan.

—¿Por qué? ¿y por que susurras?

—Estoy en casa de unos amigos de Manuel, estoy en el baño. Christian me pasó unos nombres y..

—¿Te suenan? —le interrumpí.

—No. O bueno, Ernesto me suena aunque quizá sea alguien más. Pero no sé si quiera seguir con el plan, Poncho. Y si todo es cierto ¿que? Está mi hijo de por medio y no lo quiero exponer a un espectáculo así.

—Te entiendo, Any ¿pero vas a permitir que siga delinquiendo? Tienes a toda tu familia y amigos para apoyarte en todo. Lo sabes.

Suspiró del otro lado.

—Lo sé, lo sé. Pero no quiero hacerle daño a mi hijo. Además me sentía fatal que, si todo llega a ser falso, yo haya desconfiado de él.

Enrrollé el guión en mis manos tratando de controlar el enojo, aun me hacía eco la foto de Anahí y ese imbécil en la cabeza, y sus palabras.. Por un momento me la creí y por ello mi mal humor.

—¿No confías en mi? Sé que hay algo detrás de él —silencio del otro lado— ¿Any? ¿de verdad?

—No es eso, Poncho, yo...

—Sí que lo es —suspiré resignado— No entiendo como he perdido la cordura en querer ayudarte si al parecer tu estás bien con tu vida tal y como está. Sigue con tu circo, señora primera dama —y colgué.

Joder! Mi enojo no estaba bien, hablarle de ese modo mucho menos, pero el enojo me carcomía por dentro. Anahí aún creía que Manuel no haría algo así y la entendía, estaba su hijo de por medio y no quería hacerle daño, pero joder ¿era mejor vivir una vida de incertidumbres? ¿y si de verdad le importaba su puesto de primera dama? ¿tanto me había equivocado con ella?

Recibí un whatsapp en medio de mis preguntas sin respuestas.

Anahí:
No te pongas así Poncho, eso duele.

Yo:
¿De verdad Manuel te importa?

Anahí:
Pues, es mi esposo y el padre de mi hijo..

Fruncí el ceño al leer eso mientras veía que seguía Escribiendo... Tenía razón en eso de todos modos, pero no podía creerle luego de tenerla en mis brazos queriendo besarme.

Anahí:
Pero... No como debería.

Llámame egoísta, pero sonreí satisfecho. Solo pensar que a Anahí le importara o lo quisiera me revolvía el estómago. Pero no era así.

Siempre Serás Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora