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«Mi esposo me espera afuera»

«Mi esposo me espera afuera»

«Mi esposo me espera afuera»

«Mi esposo.. »

La tostada que masticaba en ese momento me supo amarga, pero tuve que tragarla de todos modos.

Maldito el momento en que acepte venir a este circo. ¡Lo estaba pasando fatal! Deseaba acercarme a Anahí tanto como necesitaba alejarla, e imaginar que el maldito narco-corrupto estaba solo a unos metros de aquí me ponía enfermo.

Quería odiarla, pero lo cierto era que me estaba costando, más aún cuando me miraba de la forma en que lo estaba haciendo.. Como con nostalgia.

Estaba furioso con la última pregunta que me hicieron, era una de las razones por las que no quería venir. No entendía el afan de la prensa en joderme con esas cosas.

Si hubiese querido, pude haber humillado mucho más a Anahí con mi respuesta, pero sin embargo la "defendí".

A mi manera, pero lo hice.

Pero claro, no pude evitar sonar sarcástico porque... ¡Ja, Ja! Me importaba más de lo que quería siquiera admitir. Me jodía más que decidiera seguir con Manuel, que lo perdonara, que se olvidara fácilmente de mi.. ¡Mierda!

No me di cuenta de que aplastaba el vaso de plástico con mi mano hasta que sentí el agua correr por mi brazo, y 6 pares de ojos viéndome con curiosidad.

-He, Ponchito que fuerza que tienes -quiso bromear Christian para romper la tensión, pero no era tan fácil. Él sabía lo cabreado que estaba, y sin embargo era más condescendiente con ella.

-¿Tu si vendrás a la cena, no? -preguntó Pedro con cautela y esperanzado a su vez.

-No. Tengo que pasar por mi hijo y por mi esposa -enfaticé la última palabra para que se oyera muy bien- Ya será la próxima -sonreí forzadamente mientras cogía una servilleta y secaba mi mano.

Anahí tensó la mandíbula y corrió la vista.. ¡Toma esa, señora primera dama!

-Venga, Poncho. Me lo prometiste.

-Lo sé, pero..

-Yo mismo hablaré con Diana.

¡¿Como?!

-Pedro...

-Y tú, Any, sé que estás cansada pero solo será una hora. Velasco lo entenderá. Venga, parecen unos nenes a los que se les tenga que sacar permiso.

Los chicos reprimieron las carcajadas mientras Anahí se sonrojaba. Yo estaba cabreado. Bastante enojado.

-No sé de que hablas, pero ¡valeee! Iré.

Pedro sonrió satisfecho y se giró hacia Anahí, y esta, con un suspiro asintió e indicó que llamaría a Velasco para informarle. Se alejó unos metros y marcó en su celular.

Los chicos se acercaron a la mesa a tomar unos aperitivos y charlar animadamente, ajenos a la tensión que había entre Anahí y yo. Eso, o que solo trataban de ignorarla.

Chris se acercó a mi y me tomó del hombro, acercándose murmuró:

-Si te hace sentir mejor, no veo a Any nada bien con Velasco. Se que algo le pasa, pero es demasiado cabezota para contarme. Y el...

-No me hace sentir mejor -le interrumpí con los dientes apretados- pero tampoco me importa. Ya te lo dije, si ella está tan ciega como para no ver la escoria que tiene de esposo ¿para que iba a importarme a mi ya?

Siempre Serás Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora