7.

2.9K 193 29
                                    

Antes de abrir la puerta del departamento donde residía con mi esposa y mi hijo, me recargué en ella para tratar de serenarme. Sabía que Diana me esperaba aún despierta y no quería que me notara extraño. Porque estaba extraño. Estaba más afectado de lo que podía admitir.

Tal vez la visita a Anahí había sido una mala idea después de todo. Podía haberla llamado o escrito un mensaje, pero necesitaba verla en persona cuando Christian me comentó de las marcas.

-Llevaba un suéter, man, pero en algún momento se le bajó y vi unas marcas como de manos. De verdad no quiero pensar que haya sido ese tipo, pero con las cosas que averigué es lo más probable. Temo por ella, Poncho, pero sé que me saldrá alguna excusa. Tú la conoces, puedes hacer que te cuente algo, siempre lo haces.

-Chris, hace mucho no hablamos ¿de verdad creer que me contará algo si me aparezco luego de años? Seguro me tira la puerta en la cara.

-Llegale de sorpresa, en la noche, seguro no estará preparada. Mira esa extraña marca y pregúntale, por favor. A ti te lo dirá.

-¿Como estás tan seguro de eso?

-Porque.. -titubeó un poco- pues.. Ella siempre a sentido debilidad por ti...

La visita no resultó como imaginé que sería, muy en el fondo deseaba que Christian tuviera razón y aun sintiera cierta debilidad por mi. Eso era muy egoísta de mi parte, lo sé, pero pensé que sería más fácil.

Anahí había cambiado. Seguía siendo terca, pero ahora su actitud era más fría. Aunque de vez en cuando noté que me miraba con nostalgia ¿o era ideas mías? pero cuando lloró.. Nah. Quizá tenía razón y solo eran síntomas postparto.

Por otra parte ¡estaba jodidamente hermosa! Aún con su cara cansada, sin una gota de maquillaje y el cabello revuelto, estaba.. increíble y sexy. Muy sexy.

-Saliste muy tarde del estudio, cariño -Diana se acercó a mi cuando entré, recibiendome con un beso.

-Si, lo siento.

-Te ves cansado -tomó mi rostro entre sus manos- ven, date una ducha.

Media hora después me metía en la cama con mi mujer, Diana me buscó y comenzó a besarme pero tenía la mente hecha un lío. No podía sacarme a Anahí de la cabeza, su cara, su muñeca, su bebé en los brazos..

-Diana.. -detuve su mano que se adentraba en mi camisa- estoy realmente casado hoy, cariño. Perdoname.

-¿Un largo día? -solo asentí- Esta bien, entiendo.

La mañana siguiente la comencé bien temprano, quería terminar lo que tenía pautado para hoy lo más temprano posible. No entendía muy bien la ansiedad que sentía y tampoco iba a detenerme a analizarla, pero necesitaba ver a Anahí.

No suelo actuar por impulso, eso se lo dejaba a ella. Más bien, mi vida siempre a sido un mar de planes pensados y analizados metodológicamente.

A excepción del tiempo con Anahí. Eramos tan distintos pero a la vez nos complememtabamos de una manera que nunca había imaginado que se podría, era esa parte loca de mi vida que tanto disfrutaba. Con ella disfruté del cariño incondicional y la pasión de amantes, aprendí a arriesgarme y a actuar por impulso. Tantos años felices a su lado no se borran así por así, por más que quisiera, pero la vida siempre debe seguir su curso. Para mi, ella fue esa mujer que me marcó el corazón en mis años de juventud y me hizo amar con locura.

Pero nuestras vidas debían seguir caminos distintos, y así fue.

Sin embargo, me sorprendió tanto lo que sentí al volverla a ver. Estaba tan cambiada, tan madura, tan hermosa.. y pude notar que ese brillo en sus ojos que alguna vez me enamoró estaba oculto con una máscara de indiferencia, como si no quisiera que saliera a la luz. Pero estaba ahí, y yo sabía muy bien como sacarla....

¿Que mierda, Poncho? Traté de despejar mi cabeza de esos pensamiento que cruzaban por mi mente. No. Eso era un error ¿estaba loco acaso? Me reprendí mentalmente. Anahí pertenecía a mi pasado, no podía volver a pensar en ella como antes, si estaba en este momento frente a la puerta de su casa, era porque me preocupaba la situación en la que estaba. Eso me recordó a ese imbécil de Velasco, la cara me ardía con solo recordar la suya ¿como pudo Anahí caer con alguien así? Un político corrupto, estafador y posible narcotraficante. No, él definitivamente no iba con mi Any..

¿Mi Any...?!

-¿Poncho?

Bajé la vista aún sorprendida por ese pensamiento y vi a Anahí apoyada sobre el vano de la puerta. Llevaba un vestido de algodón del mismo color de sus ojos y nada más, llevaba en el pelo un chongo con algunos mechones por fuera e iba descalza.
Estaba increíble.

-Hola, Any ¿puedo pasar?

Asintió y me dejó pasar. De nuevo estaba en este lugar que me traía un montón de recuerdos de muchos años atrás.

Recuerdos de ambos enrollados en el sofá viendo una peli. Recuerdos de ella en la cocina preparado un delicioso café. Recuerdos de su pelo rubio esparcido en sus sábanas blanas y de su sedosa piel desnuda, entregandose a mi...

Sacudí la cabeza. ¡Debía parar con eso! Eran solo recuerdos de un pasado que en mi presente no tenía cabida, en absoluto.

Siempre Serás Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora