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Anahí.. ¿Embarazada? ¿De.. mi? No. No podía ser. Era una broma.

Una maldita broma.

-Deja de jugar conmigo, Anahí. Maldita sea -cierro los ojos, negando con la cabeza. Puedo decir que estoy a nada de desmayarme.

-¡No juego! -se derrumbó en el sofá más cercano y hundió su cara en las manos- no es ninguna jodida broma, Alfonso. ¡Velo tú mismo!

Las manos comenzaron a temblarme de manera descontroladas al abrir los ojos y tratar de desdoblar el papel. El nombre de una de las mejores clínicas de la ciudad aparecía en el membrete. Más abajo, el nombre completo de Anahí.

Y más abajo...

Prueba de embarazo en la sangre: Positivo.

¡¡La jodida mierda!!

-No es mío -fue lo que atiné a decir en defensa. Grave error. Anahí alzó la vista a mi, incrédula.

-¿Que dices?

-Que.. No puede ser... Mío.

-¿Y de quién va a ser? ¿De Manuel? Por favor, Poncho, tú sabes que él y yo nunca...

-No lo sé, Anahí. ¡Eso no me consta! -la interrumpí con voz fría. Pero por dentro estaba hecho mierda. Solo pensar en él tocándola, embarazandola.. me ponía enfermo. Sin embargo, pensar que fuera mío...

-Alfonso, no me jodas. ¿Usaste condón alguna de las veces que estuvimos juntos en Cancún?

Cancún.. Jodrer no, no lo usamos. Odiaba colocarme uno con ella desde la primera vez que comenzamos a tener relaciones y a ella parecía pasarle lo mismo. Por ello pusimos reglas: estar los dos sanos y que Anahí siempre tomara la píldora.

-No me jodas tú con esto -alcé el papel- tú te cuidas ¡las píldoras para ti son como una religión!

-¡Eso era antes de saber que no podía quedar embaraza naturalmente! -gritó, perdiendo la poca calma que quedaba.

-¿Que dices? ¡Evidentemente si puedes!

-¡Pensaba que no! El doctor.. Mi doctor me dijo que debido a las secuelas de la anorexia me costaría años de intentos para quedar en estado, y que era muy poco probable. Manuel no estaba dispuesto a intentarlo más de una vez conmigo, por eso.. por eso la inseminación con Manu. ¡¿Crees que esto no me tomó por sorpresa a mi?! Aún estoy en shock.

Quedé de piedra con su confesión. Se veía tan mal, tan frágil, y yo estaba actuando como un idiota. Anahí embarazada.. De nuevo. ¿Realmente era mío? ¿Como se si no se acostó con Manuel al volver de Cancún?

Vamos, Poncho. Que eso no te lo crees ni tú. El tipo es gay, la engañaba. Ella no es tan tonta. El hijo es tuyo.

Caí en el sillón, aún consternado, tratando de asimilar. Esta era la realidad. Bien podría hacerse una prueba de ADN para asegurar ¿no?

¿Y que si resultaba positivo? Tendría un hijo. Sería mi sangre. Mi hijo con Anahí. Aunque las cosas entre nosotros estuvieran peor que nunca.

-No te voy a pedir que te hagas cargo, Alfonso. Bien que puedo sola con los dos. Solo quería que supieras y que..

-Ni hablar, Anahí. Si es mío, me haré cargo de él. ¿Quién mierda me crees?

Ella asintió, con su vista en sus manos jugueteando en su regazo. ¿Era real todo esto? ¿De verdad tendríamos un hijo? ¿Como reaccionaría la prensa, los fans, la familia?

-Lo siento.. Supongo que querrás una prueba de ADN, y no te preocupes, te la daré.

¿Que? Hace un momento pensaba pedírsela. Pero que saliera de su boca la sugerencia de pronto me enojó.

-No hace falta. No voy a dudar de mi hijo, Anahí. Me haré cargo.

Tendría un hijo más... Dani tendría un hermanito o hermanita, Manu también. Todo era tan surrealista.

Estuvimos, tal vez, unos 5 minutos mirándonos en silencio. Procesando toda esta nueva información. Velasco arrestado, Anahí embaraza, yo sería padre de nuevo. Quizá dos meses antes estaría saltando en un pie, pero luego de toda las mierdas estaba más que confundido. ¿Que pasaría con nosotros ahora? En este momento me negaba a escuchar que la ha hecho decidir alejarse de mi para volver con Velasco, solo pensarlo me hervía la sangre. Tampoco quería escuchar que haría de ahora en adelante. No quería tener nada que ver con ella que no fuera lo de este.. embarazo sorpresivo.

Un bebé... ¡Parecía un chiste!

Dani reclamó mi atención en ese momento y me levanté para tomarlo en brazos. Busqué su merienda en su bolsa y lo senté conmigo.

-Que hermoso y grande está Dan -Alcé la vista y Anahí tenía los ojos llenos de lágrimas. Me sentí incómodo sin saber que hacer ni que decir. Ella pareció notarlo porque se recompuso y limpió las lágrimas- Lo siento, estoy algo sensible.

-Va.. Eh.. Y.. ¿como te has sentido? Me refiero al embarazo.

-Cansada y con nauseas, pero es lo normal. Supongo.

-Ya.

-Poncho.. Alfonso. -se modió el labio hasta dejarlo rojo, jodidos labios rosas y sexys - Se que está fuera de lugar, pero.. ¿Que pasará con Diana? Lo siento, seguro esto les afectará pero no era mi intención. Juro que no.

Bajé de la nube y aparté la mirada de su boca para concentrarme en Dani su avena. Debía dejar de mirale los labios, no se para que lo hacía.

-Uh.. Hablaré con ella. Lo entenderá. Fue mi culpa.

-¿No tendrán problemas?

-No, Anahí -resoplé- Deja de preocuparte por mi matrimonio ¿vale?

Quizá mi tono fue muy duro, a juzgar por como se tensó. Me jodía como pretendía no joder mi matrimonio, cuando ya lo hizo. Me jodía más que parecía no importarle que "siguiera" con Diana.

-Está bien. Será mejor que me vaya. Seguramente tendrás mucho que pensar.

-¡Ni que lo digas! -resoplé.

Anahí tomó su cartera y se levantó. No pude evitar mirarle la pansa debajo de su blusa y pensar que allí dentro se encontraba mi hijo. Aún estaba plana. De hecho, se veía hasta más delgada. Si no fuera por lo que dice un papel juraría que no está embaraza. Su cara estaba pálida, su cabello reseco y sus ojos no tenían ese brillo tan característico de las mujeres cuando se enteran que están embarazadas. Detesté verla tan mal.

-¿Has venido sola?

-No. Mi hermana me espera abajo.

-Va pues -me levanté con Dani en brazos hasta la puerta- te estaré llamando.

Asintió y buscó en su cartera un papel y un boli. Escribió algo en él y me lo pasó.

-Es mi nuevo número.

¿Ha cambiado de número?

-Está bien -miré el papel y luego a ella- Cuidate.

-Lo haré -esbozó una pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos antes de salir y entrar en los ascensores.

Supe, en cuanto desapareció de mi vista, que más que pedirle que se cuidara... quise cuidarla yo mismo.

Siempre Serás Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora