Un Nuevo Camino.

Capítulo 7.

Pov. Arizona.

Desperté un poco agotada pero mi cuerpo no está acostumbrado a dormir tanto, así que levantarme a las 8:30am es demasiado para alguien como yo, dejo a Callie que duerma lo que quiera y me voy a duchar; la verdad hace mucho no sentía lo rico que era lavar mi cabello sin tanto peso, me siento más ligera y eso me disminuye mi tiempo en la ducha. Me pongo ropa interior, me cepillo los dientes y comienzo a secar el cabello, la puerta del baño se abre y es una Callie modo zombi que se mueve porque conoce bien el sitio, seguramente el secador de cabello la despertó.

Arizona: ¡Buenos días! Lo siento si te he despertado.

Callie: No tranquila, buenos días.

Arizona: Ya casi termino, ahora es más rápido secarlo.

Callie: Me da gusto cariño, me daré una ducha y bajamos a comer algo.

Arizona: Por cierto ¿Has pensado si iremos a ver a tu madre?

Callie: Tienes razón en lo que has dicho anoche, así que está bien iremos, solo es ir almorzar un ratito y es todo.

Arizona: Esta bien, entra a ducharte y así vamos a ver a Carol.

Me da una sonrisa débil y sé que no está convencida de ir, lo hace de cierta forma por darme la razón y es todo, pero decido no decir nada para evitar estar en desacuerdo por el mismo tema siempre, termino ya mi cabello y me voy a buscar ropa, algo cómodo para estar en casa y aunque saldremos es solo un rato y estaremos igualmente en una casa, además es domingo. Así que tomo una blusa blanca con rayas negras corta y manga larga, un overol negro que no he usado y la verdad es muy corto, pero vuelvo a pensar en que estaré dentro de una casa y está bien, zapatos tenis negro, cabello suelto y se acomoda solo, cero maquillaje solo me hidrato la cara con una crema que ya contiene bloqueador solar y brillo labial.

Cuando salgo de mi habitación para ver donde esta Carol, al parecer la pequeña recibió su baño tarde, mi madre le está secando el cabello y colocando su ropita interior, me acerco a buscarle ropa y una vez que la tengo decido que le vestiré yo.

Arizona: ¡Hola hermosa! Gracias por bañarle mamá, no sé qué haría sin ti, pero ya la visto y peino yo.

Barbara: No es problema querida, pensé estarían muertas luego del viaje.

Arizona: Un poco sí, pero ya mi cuerpo se acostumbró y no puedo pasar acostada mucho, Callie ya estaba duchándose.

Barbara: Bien, bajare para servirles el desayuno a las dos, esta pequeña comió fruta.

Carol: Manzana mami.

Arizona: Tus favoritas, gracias ya bajamos.

Mi madre me deja sola con Carol y la verdad disfruto el ser su madre, es tan linda y cariñosa para su corta edad, no habla perfecto ni forma oraciones; pero en ocasiones suelta palabritas y se hace entender que quiere o que hace. Le entrego unos juguetes y eso la distrae para que yo le peine y desenrede su hermoso cabello, lo tiene largo y creo ella también necesitara cortarle un poquito no dejárselo pequeño, ya que disfruto de verle lo bonito que lo tiene, es un crespo suelto, desde la raíz le viene liso pero de la mitad a las puntas se le forman hondas suelta, tiene mi tipo de cabello. Le pongo un trajecito de marinerita que dice "Smile" le queda tan bonito, zapatos rojos que combinan con los lazos rojos de su cabello ya listo, dos pequeños mechones agarrados y el resto suelto.

La tomo en brazos y ella trae una muñeca con el mono que logro tomar, en el pasillo topamos con Callie, que ya está con un vestido blanco con rayas negras que le llega arriba de la rodilla y sin mangas, tenis blancos, su chaqueta jeans ajustada a la cintura, cero maquillaje y agarro su cabello en una coleta alta. La veo me observa de pie a cabeza y frunce el ceño, ignoro tal cosa y bajamos a desayunar, dejo a Carol en la sala donde pueda verla sobre el tapete para niños, le encanta jugar con todo lo que tiene, en ocasiones creo se vuelve loca entre tantos juguetes; sentada en el desayunador Callie me espera y mi madre comienza a querer saber cómo nos fue.