Chapitre douze

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9 Juillet, 1923
England

Cada vez que miraba al reloj, pensando que tan solo unos segundos habían pasado, veía que en realidad ya había pasado otra hora. Cada vez quedaba menos para que el día terminara. Mi último día trabajando. Theresa estaba sentada en una de las mesas, junto a su hijo, Louis, mientras me miraba con tristeza en sus ojos. Yo también estaba triste, ya que aunque aquel lugar fuera lúgubre, y las personas que venían no eran lo mejor de la sociedad inglesa, me gustaba. Me gustaba sentir que servía para algo, que podía ganarme la vida por mí misma. Sin embargo, Harry y yo teníamos que mudarnos a la otra punta de Manchester, y yo no podía viajar por mí misma, y cruzar la ciudad entera, solo para ir a trabajar. Tampoco podía dejar nuestra nueva casa sola, ya que vagabundos podrían entrar en ella, y robarnos, o bloquear la entrada. Además, quedaba tan solo un mes para que Harry y yo nos casáramos. Y tras eso, tendríamos hijos, que yo tendría que cuidar.

— Chloé... no tienes por qué dejar tu trabajo... Aún tienes la opción. Mañana buscaré a tu sustituta, pero puedo cancelarlo si decides quedarte.

— Me gustaría, señora Warley – asentí, dejando el vaso que estaba secando en su estantería correspondiente –. Pero no puedo. Ya le he explicado que Harry y yo vamos a vivir en la otra punta de Manchester. Y es peligro que yo viaje sola en transporte público.

— ¿Estás segura de que quieres irte a vivir con Harry, Chloé...? – murmuró ella, apoyándose en la barra – Sabes que no es-...

— Señora Warley – la interrumpí –, no siga, por favor. Sé que Harry no es perfecto. Sé que su fe y su relación con Dios son débiles, y que en el pasado ha tenido comportamientos poco morales – asentí –, sin embargo ha cambiado. Ya hemos ido a la Iglesia, a bautizarle y hacer la confirmación. Ya que nos casaremos dentro de poco. Tiene un trabajo estable, y nos ha conseguido un hogar.

— Una persona no cambia tanto de golpe, Chloé.

— Harry lo ha hecho – asentí –. Me ha contado lo que hizo en el pasado. Sé cómo era, pero ya no es así.

— ¿Te lo ha contado todo?

— Sí, claro que sí. No hay secretos entre nosotros. Él sabe por qué estoy aquí, en Inglaterra, y por qué acabé sin dinero y en la calle. Y yo sé cómo era él antes de conocerme.

— También te ha contado lo que hacía con las chicas, ¿no? – Theresa arqueó una ceja, yo me crucé de brazos, sin saber de qué hablaba.

— N-no... ¿a qué se refiere? Harry nunca me ha dicho que hubiera tenido una novia antes de mí.

— No eran sus novias, Chloé – negó con la cabeza –, eran sus amantes. Harry robaba dinero para ir a burdeles, a ver mujeres desnudas bailar... y a veces, si conseguía suficiente dinero, para irse a la cama con ellas. Y también con chicas que conocía... las seducía, y... las llevaba a la cama. Y luego las dejaba. ¿Sabes lo mal que lo pasaron esas pobres chicas? Todas tuvieron que irse de Manchester, porque todos se enteraron de lo que hicieron, y esa mala reputación, tener relaciones con un hombre que no sea su marido... – negó con la cabeza – algunas se quitaron la vida, Chloé.

— No... Harry nunca haría algo así. Arruinar la vida de esas pobres muchachas... No, él era travieso, sin embargo, tiene un buen corazón.

— Pregúntale a él mismo, si así lo quieres. O a quién sea en este barrio... Todos conocemos a Harry Belcher... le conocemos muy bien.

— Le preguntaré a él – asentí –. Sé que esto debe ser algún tipo de confusión, o alguien queriendo ensuciar su nombre... sé que Harry es buena persona.

Sinful loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora