11 Août, 1923
EnglandMe encontraba estirada, mirando a la nada. La habitación estaba a oscuras, sin embargo, entraba algo de luz de la luna por la pequeña ventana. Pero mis ojos estaban sobre el armario, que se encontraba al final de la habitación. De pronto, oí como la puerta de la habitación se abría, y unos pasos lentos se acercaron a la cama. Solo unos segundos después, oí el ruido de un cinturón cayendo al suelo, y luego de la prenda de ropa que éste había estado sujetando.
Cerré los ojos, haciéndome la dormida por si Harry se ponía a hablarme. Pero en cuanto noté su mano subiendo por mi cintura para abrazarme, como hacía cada noche, me sobresalté y di un pequeño grito, apartándome de él.
— ¿Qué pasa, Chloé? – preguntó, extrañado.
— N-nada... – balbuceé – Estaba a punto de dormirme y me has asustado.
— Hey... ven, date la vuelta – murmuró él, haciéndome girar hasta quedar de frente a él –. ¿Sigues llorando? Chloé, por favor... – dijo, al ver mis mejillas todavía húmedas.
— No me toques, Harry – casi grité, cuando quiso secar mis lágrimas.
— Chloé, mi vida... hey, por favor. Perdóname, no quería hacerte sentir así. No sabía que reaccionarías de este modo.
— ¿¡Cómo esperabas que reaccionara cuando decidiste tener sexo conmigo sin ni siquiera tener mi permiso, y cuando tan solo me has hecho daño físico y mental!?
— Cariño... yo no quería hacerte daño. Yo quería que tú disfrutaras tanto como yo.
— ¡Pues no he disfrutado nada, Harry! – le incriminé – ¡No sabes hacerme disfrutar, solo sabes herirme!
— Cierra la boca ahora mismo, Chloé – gruñó Harry, entre dientes, sonando enfadado.
— ¡No quiero! ¡No tenías derecho a hacer eso!
— ¡Sí tengo derecho, eres mi mujer!
— ¡No lo soy todavía! ¡Y no sé si quiero serlo!
— Hey, no... espera – murmuró, cambiando su rostro de golpe –. No digas eso, Chloé. Por favor, no... ¿no quieres casarte conmigo?
— Después de esto... no estoy tan segura. Tendrías que haber esperado.
— Mi amor, solo quería hacerte disfrutar, de verdad... por favor, no puedes dejarme... – me rogó, agarrando mis manos y acercándome a él – Estoy loco por ti. Eres el amor de mi vida. No termines conmigo, por favor.
— No sé qué voy a hacer, Harry – murmuré, a la vez que le soltaba y me ponía de pie –. Necesito pensar.
Bajé hacia la cocina, donde me serví un vaso de agua. Pero antes de tener la ocasión de beber, Harry apareció. Al darme la vuelta, estaba mirándome desde la puerta. Al quedar mirando hacia él, se acercó decidido y, sin decir nada, agarró mis mejillas y empezó a besarme. Yo intenté forcejear con él, para que dejara de hacerlo, pero sus manos fueron hasta mi cintura y me levantó para dejarme sentada sobre la mesa. Intenté bajarme, pero de nuevo, sus manos me sujetaban con fuerza, haciéndome estar inmóvil. Sus labios, poco a poco, bajaron hasta mi cuello.
— ¿Qué haces, Harry? Déjame.
— No.
— ¡Suéltame!
— Cállate, Chloé – bufó, enfadado –. Déjame hacer, ¿está bien?
— ¡No quiero que me hagas daño de nuevo!
— No voy a hacerte daño.
De pronto, Harry se agachó hasta quedar de rodillas en el suelo. Le miré algo extrañada, sin entender qué estaba haciendo. Él solo me mandó a callar poniendo su dedo índice sobre sus labios. Entonces, subió mi camisón, que era largo hasta mis tobillos, y lo dejó por encima de mi cintura. Tensé mi cuerpo, sin saber qué iba a hacer. Pero él no estaba desnudo, ni parecía tener la intención de quitarse la ropa interior. Sin embargo, sí que agarró la mía y la apartó a un lado.
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Sinful love
FanfictionEn un mundo en el que lo importante no es quién eres, sino quién aparentas ser; los secretos más oscuros deben pertenecer a tu pasado. Sin embargo, Dios siempre se encarga de que los pecados salgan a la luz. Marie Bennett