Épilogue

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6 Août, 1930
France

Era el aniversario. Hacía cinco años que Chloé Labelle había muerto en el Château Langlais. Cinco años desde que la desesperación tomó las riendas de su vida, sabiendo que tomase la decisión que tomase heriría a los dos hombres que amaba. Porque, para su suerte o desgracia, ambos hombres la amaban a ella también. Sabía que no podía dejar que su corazón eligiera a uno, porque le pertenecía a ambos. Por eso... Chloé Labelle debía morir. Debía desaparecer, para que Liam, Harry y ella pudieran, por fin, vivir en paz.

— Mi vida... ¿va todo bien? – preguntó el ojiverde, acariciando mi cabello rubio.

— Sí, todo va bien – sonreí, cerrando los ojos cuando vi que se acercaba a darme un corto beso en los labios.

— Liam está fuera, creo que te estaba buscando.

— Iré a ver qué quiere.

Él salió de la cocina, dejándome a solas de nuevo. Yo apagué el fuego donde la comida estaba cocinándose y me quité el delantal para salir al jardín trasero. Ahí, Liam estaba jugando con nuestro pequeño, Paul. El niño, al verme, corrió hacia mí, así que yo sonreí, cargándole en brazos. Liam sonrió y se acercó a nosotros, dándome un suave beso.

Harry me ha dicho que me estabas buscando... ¿va todo bien? – pregunté.

Sí, solo quería avisarte de que Béa estará aquí pronto.

— ¿La tía Béa está viniendo? – dijo Paul, contento, yo sonreí y asentí.

— Claro, ya sabes que viene cada mes.

La echo de menos – respondió él, haciendo un puchero.

Estará aquí pronto, llamó esta mañana, avisándome de que se ponía en camino.

Está bien, iré a terminar de preparar la comida, así estará lista para cuando ella llegue – dije, pasándole Paul a Liam.

— ¿Qué hay para comer, mamá? – preguntó el pequeño.

— Estoy preparando pasta, tu favorita – sonreí.

— ¿Te está ayudando papá Harry? No me gusta cuando él cocina.

— No te preocupes, cariño – reí –. Estoy cocinando yo sola.

¿Necesitas que te ayude, trésor? – preguntó Liam, acercándose para besar mi frente.

No, ya está casi lista, tranquilo.

Está bien, Paul y yo nos quedaremos aquí jugando un rato más.

Vale, os quiero mucho a los dos – susurré con media sonrisa antes de volver a entrar en la cocina, poniéndome el delantal de nuevo.

— ¿Qué es lo que Liam quería? – preguntó Harry, abrazándome desde atrás y besando mi mejilla repetidamente.

— Solo quería decirme que Béa debe estar al caer.

— Oh, genial... – suspiró.

— Harry, es mi hermana – dije, frunciendo el ceño –. Podrías aprender a llevarte bien con ella de una vez.

— Es ella la que me odia, Chloé – susurró, dándome la vuelta y agarrando mis mejillas –. Además, sabes que me gusta la intimidad...

Negué con la cabeza, con media risita, mientras Harry se acercaba a besarme. Intenté decirle que me dejara terminar de hacer la comida, pero sabía que Harry iba a ignorarme. Así que ni siquiera lo intenté. Simplemente cerré los ojos y acepté el cálido beso que sus labios empezaron. Sus brazos se pusieron alrededor de mi cintura, agarrándome con fuerza. Yo subí los míos hasta pasarlos por encima de sus hombros, colgándome de él. Poco después ya estaba acorralada entre la pared y su cuerpo. Pero antes de que las cosas pudieran ir a más, Paul y Liam entraron en la cocina, por lo que Harry y yo nos separamos. Vi a Liam con el ceño fruncido. Sabía que a él aquella idea no le parecía tan bien como se lo parecía a Harry, pero había sido él quien había insistido que prefería aquella situación a tener que renunciar completamente a nuestra relación.

Sinful loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora