Capítulo 19: Una visita a la Reina

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La joven herrera les explicó la situación actual de la Reina, tenía reuniones y quehaceres todos los días desde que su esposo falleció

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La joven herrera les explicó la situación actual de la Reina, tenía reuniones y quehaceres todos los días desde que su esposo falleció. Por lo que le habían dado tiempo para reponer las energías en lo que ella encontraba un hueco en su tiempo, Brigitte sin pensarlo dos veces, la llevó directamente con su padre en la taberna. Mei esperaba más ver como estaba Snowball. Pensar todo lo que tuvo que recorrer el solo, le estremeció el corazón.

Se sentaron en un grupo de las mesas que daban a la ventana, el olor a tabaco salía casi desde lijado de la madera rupestre y el licor estaba en cada aliento. A la herrera no le importaba, la costumbre de vivir con su padre la mantuvo mucho tiempo entre tarros fermentando, pero para la científica esto era algo totalmente nuevo y para su lástima algo que no le daba buena espina de primer momento. Desconcertada miraba de un lado a otro buscando alguna cara conocida entre tanta gente.

— ¡Papá! — Saltó a saludar Brigitte— Creí que llegarías antes ¿Dónde estabas?

— Oh, ya sabes la cerveza acaba de bajar, no fui muy lejos, para que entiendas —Rió— Oh... ¿Tu eres...?

—Hola, señor Torbjörn —Saludó Mei levantando una tímida mano desde debajo de la mesa— A pasado tiempo.

— ¿Mei? No te había visto desde que eras así una oveja —Simuló un objeto pequeño entre sus dedos con la mano buena— Creí que habías muerto, niña...

—También creí eso... —Musitó.

El hombrecillo bebía cerveza de tanto en tanto por cada oración que completaba acompañando la bebida con un puñado de frituras, pegándosele el giste y comida a la barba. Torbjörn era un conocido caza dragones, traía consigo siempre parte del botín que estos custodiaban para alardear en el bar, su baja estatura era compensada con una enorme sonrisa y un acento nórdico para cada historia luego de una aventura, y como siempre, cambiando la historia de cómo le amputaron el brazo y él lo reemplazó por algo mucho mejor.

—Al fin... Hasta que ese idiota hiso algo bueno para variar... —Volvió a beber— Wilhelm siempre dijo que era peligroso... Pero no al extremo de destruir todo el reino.

—Ya lo era desde un principio... —Miró su vaso de soda viendo como las burbujas subían para reventarse al salir al exterior—.

—Oh, claro... Tu misma eres la prueba de eio... —Dejó el tarro en la mesa ya vacío— ¿Pero sabes qué niña?

— ¿Mh?

— La persona más feliz en verte con vida sería ese ogro altanero de Wilhelm... Es una lástima que ia no esté entre nosotros...

—Tal vez... —Miró a Genji levantarse de la mesa.

Este era llamado por una vieja corsaria, probablemente cerca de la edad del Rey Wilhelm, estaba sentada en otro lado que le hacía señas. El joven se ubicó a su lado para ser atendido. De una bolsa que colgaba de su cinturón sacó un vial con un líquido amarillento, clavándoselo en el brazo dándole a entender a Mei que se trataba de un químico biótico. Una alquimista.

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora