Capítulo 36: Creando el conflicto

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Corría desenfrenadamente hacia Grimm, aplastando el huerto de hortalizas bajo sus pies. De un solo golpe partió en dos el espantapájaros tirándolo al piso. Este sin inmutarse del peligro de la proximidad, desenvainó dos pistolas de ambos lados, apuntando hacia el monstruo.

—Eres patético... —Grimm comenzó a dispararle, pero este parecía no importarle el impacto de las balas en su piel.

El monstruo dio un salto, quedando su sombra peligrosamente sobre la cabeza del hombre. Grimm retrocedió disolviendo su cuerpo en la oscuridad, dejando que la bestia se estrellara contra la tierra levantando piedras y polvo.

Disparando sus escopetas, apuntaba a las piernas en lo que aprovechaba de aproximarse más a él, pero este seguía sin darle mayor importancia. El monstruo se incorporó, comenzándose a descoser parte de su rostro asomándose un hueso amarillento por lo debajo, la sangre a penas le corría por la frente luego del impacto.

—Eres débil... —El monstruo lo miró sin expresiones expuestas en su rostro, agarró rápidamente una pierna de Grimm con una de sus manos para atrayéndolo a su peligroso puño cerrado.

— ¡Ugh!

Siendo arrastrado quedando de cabeza frente a la horripilante criatura, este aprovechó la apertura de la cercanía y dirigió todos sus disparos a la cara. El engendro intentó cubrirse con una mano el rostro incrustándosele los proyectiles. Grimm se zafó del agarre de su enorme mano dándole un puntapié en la muñeca con el tobillo entre las agujas de las muñequeras del monstruo.

Sin dejar de dispararle a la cara, el monstruo se giraba tratando de evitar la balacera. Sin embargo, Grimm no lo consentiría, estaba dispuesto en reducir al monstruo y no se detuvo hasta que este estremeció la tierra bajo sus pies hasta caer rendido en el piso.

—Muy bien hecho, lo acabaste, ¿Ahora qué se supone que haga con él?

La bruja había salido de su casa a observar el espectáculo, molesta, atravesó el pórtico hasta llegar al lugar de la pelea.

—Arreglarlo no sería una mala idea...

Ella le dedicó una mirada de pocos amigos. Sin embargo, relajó el entrecejo casi enseguida y sonrió.

—Pues sí, quizás tengas razón... —Con la punta de su escoba levantó la cabeza del monstruo para ver que aún respiraba- De hecho, creo que podemos sacar un poco más de provecho con esta pila de grasa de aquí... Voy a necesitar que lleves algo al reino de Balderich, será bueno hacer saber a la Reina una pequeña noticia...

— ¿Qué quieres que haga con él?

—Llévalo adentro, voy a ''arreglarlo''...

Golpeó la puerta con los nudillos, esta se abrió un poco al tocarla. Nadie contesto, pero ella sabía que estaría dentro con una horrenda expresión en su cara. Puso los ojos en blanco antes de entrar, lo vio ejercitarse en el piso con un brazo. No lo dejaban salir por precaución a que escapase, menos ahora que estaba totalmente sano, no era conveniente. Este no le dirigió la mirada hasta que la los postigos de la puerta rechinasen al cerrar.

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora