Capítulo 56: Hacia el retorno

134 20 4
                                    

— ¿Estás bien Brigitte? —La corsaria intentó levantar por los hombros a la guerrera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Estás bien Brigitte? —La corsaria intentó levantar por los hombros a la guerrera. Esta tomó una de sus manos quitándosela de encima.

—Estoy bien... ¿Dónde fue mi padre?

—Estoy segura de que pronto lo sabremos. Vamos, déjame ayudarte —Le ofreció un inyectable.

—Déjalo. Yo puedo resistir un poco más... Esta armadura es igual de terca que yo —Sonríe poniéndose de pie al apoyarse con una pierna flectada— Estoy segura de que hay más soldados queriendo ayuda...

La corsaria satisfecha, a la vez de preocupada, cargó la bombilla en su rifle. Se levantó junto a la muchacha que volvió a desplegar su escudo frente a la bestia que terminaba su sueño.

La torreta que el cazador había dejado estaba totalmente destrozada. Justo antes de que la poción de la alquimista lo alcanzara, le había asestado un golpe de gracia con el gancho ensangrentado. Al no contar con la fuerza de su padre, por sus mentes pasaba la única opción que tenían. Retroceder por el momento. Brigitte le dio un último vistazo antes de seguir peleando.

— ¿Crees que podrás sola?

—No... —Negó con la cabeza sabiendo aún que su respuesta era lógica. Tomó una bocanada de aire tibio y le expulso con fuerza junto con el cansancio que sentía— Si vas a ir a algún lado, necesitarás esto... —Pateó un bolso hacia atrás con el pie.

—Creo que ya sé a qué te refieres —Recogió el morral sin ver su contenido, se lo echó al hombro y sacó del suyo una botella— Es el último elixir que me queda, vuelve al castillo cuanto antes sea posible, ¿oíste? —Se la arrojó.

—Descuida —Atajó el objeto en una mano guardándola para después.

Diciendo esto último, Ana se dio la vuelta y comenzó su avance por la niebla a través del camino maltrecho por las explosiones. A lo lejos pudo escuchar como el escudo de la chica era golpeado por algo, seguido de una serie de golpes y rechinidos de cadenas abriendo piel. Ella es fuerte, ya no es una niña. Subiendo a lo más alto ayudada de una muralla, se aferró al techo de lata de una casa en una posición más alta. Pudo escuchar a la Condesa cazar desde lo alto. Apuntó su rifle hacia ella y disparó la bombilla.

Sintiendo la aguja penetrar su piel helada. Miró el contenedor vaciarse con relativa velocidad. La fuerza volvía a sus brazos con un delicioso calor que la atormentaba hasta el cuello y las quemaduras por la electricidad poco a poco se desvanecían dejando una sensación de alivio. A pesar de la gran altura en la que estaba, la fuerza y puntería de los autómatas era realmente impecable. Hace rato notó que la solución no era seguir subiendo cada vez a lo más alto, ellos detectaban que se encontraba allí, la tecnología refinada había superado su sigilo por completo.

—Estás pidiéndome demasiado, alquimista...

Alzando su mano, utilizó el gancho para moverse a otra torre más cercana a la salida. Entró por el balcón de una casa abandonada y corrió hacia la siguiente habitación. Abrió un poco las cortinas, descolgó el cerrojo de la ventana, empujándola suavemente para dejar pasar los labios de la viuda. Habiéndose puesto en posición, volvió a usar el visor de reconocimiento.

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora