Capítulo 72: Decirle adiós al pasado

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No pasó mucho hasta que la suela de Junkenstein tocara el fondo del elevador. El olor era impugnable y denso, como si este estuviera siendo drenado y usado. Por suerte, no todos los focos del subterráneo estaban destrozados. Al mirar debajo de sus zapatos, vio una especie de petróleo y algo semejante a la sangre estaba creando un camino, del puente hasta la cápsula. Dando dos tirones a la cuerda, llamó a Mei.

Con cuidado la chica bajó sosteniéndose de los cables, palpando la pared de piedra con la punta de sus botas antes de descender, soltando un poco el agarre se deslizaba unos metros para luego volver a sujetarse con fuerza. Cuando ya faltaba poco para llegar al final, pudo ver como los detalles de las paredes se hacían más visibles.

— ¡Ya veo el final! ¿Estás ahí?

—Descuida, yo te atrapo. Tú salta cuando lo creas conveniente, solo-

Al oír que la voz de Jamison estaba cerca, soltó la cuerda, cayendo sobre él, que ya tenía los brazos extendidos, pero no preparados.

—...Avísame.

— Disculpa.

—No importa. Cambiando de tema, mira donde pisas, este lugar es un asco, y que lo diga yo es mucho.

Los pies de Mei fueron recibidos por el acuoso sonido de una charca viscosa sin profundidad. Al alzar la vista, pudo percatarse del camino que llevaba al destino. Mirándose el uno al otro asintieron, allí debería estar Athena.

La endeble plataforma, aseguró sus pasos al manchar con sus huellas, marcando el ritmo de las pisadas en el metal. No era siquiera posible pasar las manos por el barandal, todo estaba sucio por el petróleo que había saltado por los estruendos que la Reina ocasionaba al defenderse. El puente que daba a la plataforma no había recibido mayores daños que un par de focos que se cortaron, reventándose en él dejando vidrios alrededor. Pero bajo las botas de ambos no importaba el crujido de estos. El suelo bajo la cápsula aún tenía agua de su última visita. Jamison se metió detrás de la cápsula, buscando algo bajo la plataforma.

— ¿Qué haces?

—Había dejado un regalito por si algo salía mal.

El sonido de un metal resbalando contra otro, liberó una mina de conmoción. Mostrándosela a Mei, con tal de presumir.

—Nada mal ¿Eh?

—Pudiste haberlo detonado antes.

—Bajo el suelo es imposible que agarre la señal de arriba. Ya lo había intentado.

— ¿Vamos a deshacernos de Athena con eso?

—Corrección. Escapar.

Sonriendo, negó con la cabeza rodando los ojos. Cada uno se posicionó junto a un lado de la cápsula, con fuerza, movieron la primera tapa.

—Que... Horror —Dijo Mei al ver a Athena.

—Horrendo e interesante, fíjate.

Se agarró el mentón poniendo atención al cuerpo.

La cara humanoide, siendo completamente blanca, era cubierta por el petróleo que intentaba entrar dentro de ella. Los ojos estaban "apagados". Tanto el pecho, como las extremidades generales, estaban hechos de un material semejante al músculo, pero que por obvias razones, sabían que se trataba de una recreación. Las partes más vulnerables, estaban recubiertas con una sólida capa de metal blanco, era como una antigua muñeca victoriana, la cual le hubiesen roto todos los lugares posibles para lograr que se moviese y reemplazado el algodón de su interior por un grueso cabello negro. Pero por sobre todo lo más inquietante, eran sus ojos en blanco.

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora