Capítulo 47: A hurtadillas

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Los guardias contenían la puerta del vestíbulo cerrada por el mayor tiempo posible en lo que la reina buscaba un refugio

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Los guardias contenían la puerta del vestíbulo cerrada por el mayor tiempo posible en lo que la reina buscaba un refugio. Un estallido por fuera de esta forzó a los hombres a retroceder al ver que la entrada era derrumbada sobre ellos. Una gran cantidad de omnicos se amontonó en la apertura, arrimándoseles a los soldados. Apenas el Doctor Junkenstein escuchó la señal del estallido salió de su escondite. Se había encerrado en uno de los cuartos de las escobas a penas bajo la escalera del piso de Mei al de la servidumbre. Snowball termino de abrir la puerta volando a toda velocidad dejando a Junkenstein atrás.

— ¡Rápido, rápido!

A este no le importó, le había conectado a la computadora de la muchacha, tal parece que el castillo casi al completo era un sistema de datos, casi enseguida descargo toda la información que pudo cargándola al dron, incluyendo un mapa que probablemente revelaría la ubicación de Mei.

Snowball se devolvió tratando de empujar al doctor. Habían terminado de cruzar la primera planta gracias a la eficiente distracción de los autómatas, sin embargo no contaban con que más refuerzos llegarían desde la planta baja.

—Ustedes vallan al poblado, ustedes quédense y saquen esas horrorosas máquinas de aquí, nosotros tenemos asuntos directos que atender.

Una formación entera pasó casi frente a sus ojos, alcanzo a ponerse tras un pilar que sujetaba un extremo de un balcón interior. Tenía toda la intención de detonar otra mina para ahorrarle trabajo a sus máquinas, pero un comentario lo detuvo en seco.

— ¿Qué hay de la prisionera?

Un soldado por delante del pilar estaba formado detrás de otra línea, cuchicheaba en secreto con otro guardia. Al escuchar la palabra "prisionera" se le lleno el pecho de angustia. Estaban hablando de ella.

—Asesinó a dos de nuestros hombres y a un lacayo personal de la reina con una especie de arma blanca, ¿Tu qué crees?

— ¿Me imagino que ya la ejecutaron? No lo sé, dime, tú fuiste uno de los que estuvo en la celda esa vez.

Junkenstein apretó los dientes pensando en lo peor. Conteniendo los nervios esperó atento a la respuesta del compañero.

—Ojalá y hubiese sido así, solo recibimos órdenes del general... La tuvimos que llevar a otro lado. Lo extraño... Fue que la reina cubrió su rostro todo el tiempo, creo que la doctora le hizo algo.

—Maldita demonio... Seguro la reina lloro por sus hombres caídos.

—Si... Lo más probable es que la hayan ejecutado antes... O la hayan encerrado en otro lugar, quien sabe.

El general llamó la atención de sus soldados, comenzó a dispersarlos a sus lugares correspondientes a defender.

—Perfecto está en otro lugar... ¡Y yo aquí perdiendo el tiempo...!

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora