Capítulo 55: Momento de hacer conjeturas

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Solo faltaban unos metros adelante para llegar a la entrada del castillo Balderich

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Solo faltaban unos metros adelante para llegar a la entrada del castillo Balderich. Se había abierto paso con ayuda de Grimm usando el escudo hasta su máxima capacidad aguantando los poderosos ataques a distancia. La Condesa había hecho un gran trabajo tras la neblina, acorralándolo hasta dejarlo sin protección. Su acompañante arrojó enfurecido las escopetas sin carga, abandonándolo en lo que se adelantaba sin él. Con su martillo en mano, esperó a que algún soldado de Athena apareciera en su campo visual.

— ¡Ahí esta! —Gritó uno alertando a los demás.

Un grupo de guardias armados se agolpó a su alrededor impidiéndole moverse. A su espalda pudo sentir el sonido del filo de la espada cortando el aire al aupar con esfuerzo.

Alzando su martillo a lo alto de su cabeza, uso todas sus fuerzas para golpear el piso. Levantando grandes trozos de granito y metal, los cuerpos de los soldados inconscientes caían de espaldas en los desniveles tras el impacto. En pos de alcanzar a su compañero, empuñó el tallo de su arma gravitando el peso de su cuerpo en la pierna que puso por delante.

— ¡Wilhelm!

Una voz desdeñosa y familiar lo detuvo. Por su mente atosigada por la vergüenza por ser reconocido, sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal, evitando que girase a mirar atrás. Incapaz de enfrentar al dueño de la voz, miró al frente listo para seguir. Los propulsores de su armadura se encendieron apagando en seco los gritos de su antiguo colega.

—Está vivo... —El cazador observaba como el Rey avanzaba en línea recta acortando los metros que le faltaban para llegar a la entrada llevándose consigo cuerpos de los hombres de Athena— ...Io tenía razón, estaba a salvo... ¡Y se ha vuelto loco como una cabra!

Dejando una gran abolladura en la puerta, apagó los motores. Sin pensarlo dos veces, tomó impulso desde abajo, subió la cabeza del martillo encendido aporreando la madera rompiendo lo que restaba de la cerradura interior. Fue entonces que los gritos de la gente que estaba asegurada en la entrada lo atormentaron.

— ¡Aseguren a los civiles en el jardín! -Se escuchó uno de los soldados gritar a todo pulmón.

Wilhelm observó por la apertura como los inocentes eran evacuados del lugar. Soltó un pequeño suspiro de alivio, calmando su mente de no tener que golpear a nadie que no estuviera dentro del plan. Bajando la mirada entró por el agujero extendiendo el escudo ya recuperado.

— ¡Disparen!

El silbido de las flechas moría tras rebotar con la barrera cada vez más cercana. Tras él, Grimm se materializó aprovechando la oportunidad. Ambos avanzaron obligando a los arqueros a retroceder, pasando los pilares hasta la muralla. El espectro avanzó rápidamente atravesando la barrera ubicándose entremedio de dos de ellos para asestar un disparo bajo las barbillas de ambos. Volviéndose una sombra, las flechas cruzaron camino atravesando su cabeza clavándose en el entrecejo y ojos de los arqueros adyacentes. Materializándose otra vez, disfrutó la tranquilidad del lugar.

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora