Capítulo 37: Esto es una tregua

117 21 0
                                    

Por alguna razón, esa había sido una de las mejores noches que había tenido desde nunca. No tenía nada que ver que estaba en la cómoda habitación del Rey, ni el bullicio ocasionado por el trabajo de los omnicos trabajando con el mejor material que se podía conseguir. Se sentía fresco y vigorizante. Se quitó la pierna y brazo metálicos antes de meterse a la tina. Sacó los brazos por fuera de esta estirando la cabeza hacia atrás. La espuma le llegaba hasta el cuello cubriéndole la cicatriz que le había dejado el último encuentro con Mei. La verdad, extrañaba esa sensación de mordida en el pescuezo, puede que no sea lo más sano que ha pensado, pero ¿A quién le importaba eso? Era su mente la que le daba el derecho de sentirse libre en querer desearlo otra vez. Se llevó la mano a las marcas para sentir el relieve de estas. Notó que la marca de su muñeca había desaparecido. Quedó mirándola unos segundos, la acercó a sus labios a ver si podía sentir algo en la piel. Nada. Se detuvo de súbito como si una corriente eléctrica le hubiera pasado por la cabeza. Ella puso los labios en ese mismo lugar ¿Eso era casi un beso indirecto?

—!!! —Quedó de frente mirando las marcas de la muñeca con la imagen de Mei en mente.

Hundió la cabeza hasta la nariz sujetándose del borde la tina. Jugándole una pala pasada, en su mente rápidamente recordó lo que le había dicho a Mei aquella vez. Sólo era una expresión, algo que no tenía nada que ver con lo que en realidad significaba. Incluso la había felicitado por haber pensado en algo tan genial. Lo bueno es que ella se sintió alagada, y el comentario fue lo suficiente para que la conversación tomara otro rumbo un poco más profesional. Avergonzado, hundió la cabeza al completo.

Luego de colocar otra vez sus prótesis en sus lugares respectivos, se echó una bata encima, recibió la primera taza de té del día y se sentó frente al monitor. Tenía en sus manos uno de los escritos de Mei, ya había leído un par antes de dormir y quería continuarlo. Tal parece que la robótica y la química eran muy importantes para ella, pero no lo primordial. Le impresionaba como podía mantener una postura diferente en cada caso ambiguo, dándole una crítica sólida a teorías bien. Estaba seguro de que cualquiera de ellas podría demostrarse, si tan solo las hubiera terminado de argumentar. También había garabatos sobre alguno que otro símbolo alquímico, pero parecía no interesarle demasiado por lo visto, les ponía mucho más énfasis a las ecuaciones complicadas para soluciones o valores aplicados. En cierto modo esto le daba algo de gracia.

La pantalla se encendió y vio a Mei desde la cámara de Snowball.

— ¡Buenos días! Le tengo noticias.

Ella estaba de muy buen humor, eso le agradaba. Guardó el escrito como si fuera una hoja más del montón en el escritorio, no quería que se diera cuenta que era algo de ella.

—Días, Doctora ¿Qué cosa?

—Ya hice mi primera prueba —Apuntó hacia el cielo— Con esto debería estar más que bien para que los cultivos comiencen a germinar otra vez ¿no?

El mar de nubes blancas sobre el Reino de Balderich tenía un hueco entremedio, probablemente a eso se refería con ''primera prueba''.

Mei le había comentado que lo contactaría por la mañana del día siguiente para mostrarle avances, ya que al parecer él también tenía interés en como iría su labor como climatóloga. Volvió a cargar el arma.

—Es adorable, son como pequeños explosivos— Le explicó.

Disparó una especie de bala gruesa de hielo hacia arriba, esta llegó más lejos que el agujero que le mostró. A penas esta tocó la nube se creó un agujero enorme entre las nubes dejando ver parte del pueblo por debajo, lamentablemente la apertura no se conservó por mucho tiempo, pero sí quedó un pequeño agujero por el cual se podía seguir viendo el fondo.

Static after death | Meihem Novels (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora