seis

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Furiosa y con la mandíbula apretada caminaba por la calle.

Condenada Cristina, porqué intentaba confundir a mi mente.

Di una patada a una pequeña piedra y esta acabó desapareciendo tras un arbusto.
Suspiré frustrada y cerré los ojos con fuerza.

Tendría que encontrar pruebas.

Mis padres me mentían, mi psicóloga me mentía, mis amigos me mentían.

Todo andaba mal en mi vida.

—¡Amber!

Giré mi cabeza buscando a la persona que me había llamado.

Harry se encontraba a pocos metros de distancia.

Sonreí.

Se acercó a mí tras haber corrido levemente.

—¿Qué tal? — le pregunté una vez que se encontraba a mi lado.

Comenzamos a caminar uno junto al otro.

—Genial, ¿y tú?

—Genial también.

Y hubo un silencio algo incómodo.

Miré al suelo y me mordí el labio.

—¿Puedes dejar de hacer eso? — dijo de pronto.

Le miré con el ceño fruncido.

—¿Hacer qué? — le pregunté confundida.

—Morderte el labio, haces que me vuelva loco.

Sonrió como un niño pequeño y mis mejillas se apoderaron de un tenue color rojizo.

—Eres idiota. — dije sonriendo.

—¿Por qué?

—Simplemente lo eres.

Dejó escapar una corta risa de su garganta.

Le miré y vi que sonreía de lado.

—Me gusta saber que te pongo nerviosa. — se atrevió a decir tras un pequeño momento de silencio.

Le miré y una sonrisa travieza se formó en mis labios.

—No me pones nerviosa.

—Lo que tú digas.

Continuamos caminando, no teníamos un rumbo específico, simplemente disfrutábamos de la compañía del otro.

—Harry, — dije — en el accidente, ¿qué ocurrió realmente? — pregunté.

Me miró y apretó sus labios para después humedecerlos con su lengua.

—¿El accidente? ¿Qué quieres decir?

—¿Qué es lo que ocurrió?

—Tus padres y y chocamos con el coche Amber. — explicó escasamente.

—¿Sólo eso?

—Sólo eso. — aseguró.

—¿Seguro?

—¡Sí Amber, fin de la historia!

Me sorprendí un poco por su reacción pero aunque la curiosidad podía conmigo callé para que Harry no se molestara.

—¿Quieres hacer algo?

No quería estar sola.

—Sí, claro... ¿A dónde vamos? — dijo.

—¿Qué te parece mi casa?

—No creo que sea buena idea, ya sabes, tus padres estarán ahí. ¿Quieres ir a la mía?

—Me parece bien. — acepté.

Nunca antes había ido a la casa de Harry, jamás.
Sabía donde vivía, pero nunca le había entrado.

Me preguntaba cómo sería.

¿Harry viviría con sus padres? ¿O lo hacía solo?

[ ... ]

Llegamos a su casa y me dejó pasar primero.

Ningún ruido se oía en todo el lugar.

—Ponte cómoda, como si estuvieses en tu casa. — dijo y caminó hasta el final de un pasillo.

Miré a mi alrededor.

Todo estaba completamente ordenado. Al parecer Harry era un chico muy organizado.

Todo lo contrario a lo que aparentaba.

—¿Y tus padres? — pregunté curiosa.

Oí un ruido proveniente de una de las habitaciones.

—¡Vivo solo! — gritó para que pudiese oírle.

Confirmado.

Me adentré en lo que supuse era el salón y comencé a observar las fotos que tenía allí colocadas.

En ellas aparecía su familia.

Y entonces vi una foto.

Una foto que me dejó impactada e hizo que se me cortara la respiración.

Una foto que podía decirlo todo y a la vez nada.

Una foto realmente importante para mí por la situación en la que me encontraba.

Con esa foto podría conseguir muchas respuestas.

Por que en esa foto aparecía yo, besándome con Harry.

Era una de las muchas fotos que aparecían en el vídeo.

Iba a cogerla para guardarla, pero oí a Harry acercarse. Por lo que me alejé de aquella prueba para que no sospechara nada.

Una gota de sudor recorrió mi frente.

Estaba nerviosa.

Aquella fotografía afirmaba que yo había estado en el baile, y si había estado en el baile significaba que toda mi antigua vida era verdadera.

Harry se acercó a mí y acarició mi mejilla. Me miraba extrañado.

—Estoy bien. — me adelanté a su pregunta.

Pero yo tenía otra.

¿Por qué Harry tenía una foto nuestra en su casa?

peligro | Harry Styles #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora