¿Cómo había podido intentar suicidarse? ¿Cómo nos iba a dejar solos? ¿No entendía lo importante que era para nosotros? ¿No lo entendía? Porque para mí era una de las personas más importante que tenía en mi vida, y que hubiese intentado terminar con la suya me había asustado y mi corazón se había encogido en el mismo momento en el que supe que estaba en el hospital, y aún seguía así.
Lo único que me respondió cuando le pregunté por qué lo había hecho era que solo quería terminar con todo antes, que pronto llegaría su muerte y ella solo quería adelantarla. Pero no se daba cuenta de lo doloroso que todo aquello era para los demás, no solo ella sufría día tras día.
Sus padres estaban angustiados y lloraban casi todo el tiempo, sobre todo su madre. Los chicos también lo estaban pasando muy mal. Y yo, bueno, yo sufría bastante. Me había dejado, antes de irme del hospital cuando intentó suicidarse, me dijo que no podía seguir conmigo porque solo me hacía daño. Pero ella no se daba cuenta de que prefería sufrir al lado suya que sin estarlo. Aún así le prometí que seguiría yendo a verla, como había hecho siempre que podía. Me hubiera gustado poder haberlo hecho día tras día para poder hacerla sonreír y que no estuviera siempre triste y sola, ya no tenía la compañía de Gordon.
Las mascarillas que nos obligaban a utilizar cuando íbamos a visitarla eran muy incómodas, aún no me había aconstumbrado a llevarlas. No entendía cómo ella podía utilizarlas día tras día.
Me encontraba en la iglesia, nuestro instituto había planeado una oración ahí y todos estábamos obligados a ir, al menos los que éramos de cursos superiores.
Estaba sentado al lado de Louis, no sabía dónde estaban sentados los demás, no podía verles.
El cura hablaba y hablaba sin parar, recitaba algunas partes de La Biblia. No le estaba escuchando, no paraba de pensar cuándo podría ir a visitarla.
Louis golpeó mi pierna y le miré.
—¿Qué quieres? — susurré.
—Tenemos que hacer una oración cada uno ahora. Piensa, estás distraído.
Uno a uno los alumnos se pusieron de pie y dijeron una pequeña oración por alguien o algo. Pronto era mi turno y estaba empezando a ponerme nervioso. Nunca me había gustado hablar en público. Jugaba con mis manos intentando calmarme. Louis volvió a golpear mi pierna y me hizo una seña con la mirada indicándome que me levantara, y eso hice. Todos me miraban, una anciana me dio un micrófono y se lo agradecí con una sonrisa. Aclaré mi garganta y tomé una bocanada de aire.
—Buenos días a todos. — oí algunas risas de fondo que hicieron que me pusiera más nervioso aún — La verdad es que nunca he hecho esto antes y no sé cómo hacerlo, por lo que lo siento si digo algo estúpido. — por qué no podía parar de decir idioteces. Me limpié el sudor de mi mano libre contra mi pantalón — Quiero pedir por una persona que ahora no está en sus mejores momentos. Se llama Amber Thomson y ahora está hospitalizada, va a morir pronto. — escuché algunos murmullos y el nombre de Amber en ellos — Tiene tuberculosis, estaba demasiado avanzada y ya no podían detenerla. — limpié una lágrima que recorría mi mejilla. Louis palmeó mi gemelo y dejó su mano en él — Quiero pedir porque ella no sienta miedo y no tenga una muerte dolorosa. Eso es todo.
El cura me miró, en realidad, en aquel momento me miraban más personas que antes, incluídas las típicas señoras que iban siempre a la iglesia a rezar. Vino hasta mí y puso su mano sobre mi hombro.
—¿No pedirás porque ella se recupere? — me preguntó.
—Padre, — le dije y suspiré — no se puede evitar lo inevitable.
—Eso es muy maduro hijo mío.
—Y doloroso.
La misa continuó con normalidad, Louis también había hecho la oración en torno a Amber.
A la salida nos encontramos con los demás, quedamos en que por la tarde todos iríamos a visitarla.
Me fui a mi casa, estaba cansado y no me apetecía estar más tiempo en el instituto. Llegué y me quité los zapatos y la camisa. Subí a mi habitación y lo primero que vi al entrar era la bandera de Canadá que Amber tenía en su casa y una vez le quité para tener algo suyo, aquellos días en los que me empezó a gustar de verdad. Nuestra relación siempre había sido muy complicada, había habido tantas mentiras y secretos, y celos a Niall. Los chicos eran muy afortunados por conocerla desde hacía tanto tiempo. Me senté en la silla que tenía para mi escritorio y abrí uno de los cajones de este. Saqué fotos, eran de ella y de nosotros. La primera era una que le eché sin que se diera cuenta cuando la llevé al lago, era la primera chica a la que había llevado a mi lugar especial. Allí me contó el accidente de su hermano, era algo muy triste y me sorprendió que no hubiese llorado al decírmelo, en aquel momento me di cuenta de que Amber era una chica muy fuerte. Otra de ellas era una foto que nos echamos los dos juntos el día que la obligué a que quedáramos cuando Niall se había ido a Irlanda, en la foto ella me tocaba la nariz mientras que yo le apretaba sus mejillas haciendo que pusiera morritos. Había sido un día muy bonito, me contó que su mayor miedo era la muerte, de verdad que la temía, y la pobre ahora estaba a punto de llegar a ella.
Seguí viendo una foto tras otra hasta llegar a la última. Lloré, extrañaría todos los momentos así con ella. Me había hecho tan feliz. La iba a echar de menos.
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peligro | Harry Styles #2
Random| TERMINADO | × Segundo libro de Peligro × Todo cambió cuando despertó. "No te acerques, dicen que es un peligro." ¿Acaso su imaginación había jugado con su cordura? Todos sus recuerdos debían ser borrados de su mente. Pero, ¿por qué ella pensaba q...