Dos enfermeras intentaban sujetarme mientras que otra salió corriendo en busca de la gente de seguridad del hospital. Pataleaba, lloraba y lanzaba puñetazos a todos los sitios posibles.
—¡¡¡Gordon!!! — grité desgarradoramente y con las lágrimas adentrándose en mi boca a través de mis labios — ¡¡¡Gordon!!! — le pegué una patada en la pierna a una de las enfermeras haciendo que me soltara y pudiendo liberarme con facilidad de la otra. Corrí por todo el hospital siendo perseguida por mucha gente. No paraba de gritar y llorar. Lo único que quería era encontrar el cuerpo sin vida de mi amigo — ¡¡¡Gordon!!! — tosí y escupí sangre, estaba maltratando a mi garganta y a todo mi cuerpo, lo que estaba haciendo era adelantar mi muerte haciendo que mi cuerpo estuviera más débil. Dos brazos muy fuertes me alzaron en el aire agarrando los míos e inmovilizándome. La gente me miraba, había montado una verdadera escena, pero yo solo quería despedirme de mi amigo. — Gordon. — susurré y me rendí por completo, llorando en silencio.
No opuse resistencia a que me llevaran de vuelta a mi habitación, allí al menos seguía su esencia.
Me dejaron en mi cama, pero rápidamente me tumbé en la de Gordon.
No pude despedirme de él, y lo que más me dolía era que mientras yo dormía plácidamente él agonizaba a mi lado y yo no estuve en sus últimos momentos de vida.
Abracé su almohada con fuerza.
¿Cómo podía la muerte arrebatarte a alguien querido tan fácilmente?
No era justo. Aquel no era el final que Gordon se merecía.
Cristina volvió a entrar en mi habitación. La miré con odio.
—Vengo como amiga. — alzó sus brazos en señal de rendición — No como psicóloga.
Giré sobre la cama dándole la espalda.
—Vete. — dije secamente.
—Amber debes aceptar que se ha ido y no volverá nunca más.
Mi corazón se encogió por como dijo esas palabras.
—¿No sientes dolor? ¿No te entristece que no esté aquí? ¡Tú le conocías! — la miré y me senté en la cama — Mierda Cristina. Era mi amigo.
—A veces en la vida debes crear una barrera y no dejar pasar algunos sentimientos.
—Eso no me vale. — le dije al borde las lágrimas de nuevo — Eres mala Cristina, eres muy mala. Ahora vete, o seguridad tendrá que volver a por mí de nuevo. — la amenacé.
—Adiós.
Salió de la habitación y antes de cerrar la puerta me miró.
Una lágrima recorrió mi rostro. No entendía cómo aún podía derramar lágrimas después de haber llorado tanto.
Me puse una de las camisetas de Gordon que aún seguían ahí. Aspiré su aroma. Eso era todo el recuerdo físico suyo que me quedaba.
Recorrí los pasillos necesarios hasta llegar al ascensor. Presioné la última planta y bajé en esta.
Salí a la azotea. El viento golpeó mi cara y un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, me abracé a mí misma. Me apoyé en el muro de seguridad y miré a abajo.
¿Qué ocurriría si saltara? Acabaría con todo antes. Haría que mi destino llegase prematuramente, porque al fin y al cabo todos moriríamos en algún momento. A no ser que alguien inventara el elixir de la vida eterna.
Hice lo que cualquier adolescente haría, escupí y dejé caer la sustancia al vacío.
Miré al cielo y sonreí. Gordon estaba ahí.
—Gordon. — le llamé aún contemplando el manto azul — ¿Sabes qué había soñado hoy? — una lágrima resbaló por mi mejilla — He soñado que cada uno formábamos una familia, tú con tu mujer y yo con mi marido. ¿Y sabes qué? Teníamos hijos Gordon, ¡hijos! Y envejecíamos con ellos.
Unos brazos me rodearon, pero no le di importancia. Nada me importaba en aquel momento.
—Me he enterado de lo que ha ocurrido. — dijo susurrando — Lo siento tanto Amber.
—Yo también lo siento Niall, yo también lo siento.
—¿Cómo fue?
—Ni siquiera lo sé. — él seguía abrazándome por la espalda y yo apoyé mi cabeza en su hombro — Ocurrió tan rápido que ni siquiera supe lo que estaba pasando.
—Los demás están abajo, ¿quieres ir a verlos?
—Quiero estar aquí ahora.
—¿Qué tiene de especial?
—Que era su lugar favorito.
—Es bastante bonito.
—Sí, lo es.
La compañía de Niall me otorgaba una paz y tranquilidad que había estado buscando por todas partes durante todo el día.
Nos balanceamos de lado a lado al compás de una música cualquiera.
—¿En qué piensas? — me preguntó.
—Nunca me paré a pensar que nos podríamos ir tan rápido, de un momento a otro, ¿me entiendes? — asintió — Te juro Niall que no pude hacer nada, ni siquiera sabía que él moría.
—Te creo Amber. Te creo.
—Le echo tanto de menos.
—Se convirtió muy rápido en una persona importante para todos.
—¿Yo moriré así? — le pregunté con miedo — ¿Sin que nadie de mis seres queridos se de cuenta?
—Yo siempre te tendré en cuenta.
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peligro | Harry Styles #2
Random| TERMINADO | × Segundo libro de Peligro × Todo cambió cuando despertó. "No te acerques, dicen que es un peligro." ¿Acaso su imaginación había jugado con su cordura? Todos sus recuerdos debían ser borrados de su mente. Pero, ¿por qué ella pensaba q...