Los brazos de Harry me otorgaban uno de los mayores consuelos que hasta aquel momento había experimentado. Rodeaba mi débil y frágil cuerpo con fuerza y firmeza, con cuidado de no dañarme más de lo que estaba.
Ellos estaban allí, mis amigos. Nos dábamos compañía los unos a los otros en aquellos momentos tan duros para nosotros.
Los padres de Gordon habían venido al hospital. Lloraban tanto que mi corazón se rompió en más pedazos de los que ya se había roto.
A los chicos y a mí no nos dejaron ver su cuerpo, sólo podían hacerlo los familiares. El funeral sería al día siguiente y los médicos me habían dado permiso para poder salir, solo que el menor tiempo posible para no correr riesgos.
Las enfermedades arrasaban con todo lo que les rodeaba sin que te dieras cuenta. Y eso había ocurrido con Gordon. Mi amigo, en aquellos instantes muerto.
—¿Te sientes mejor? — me preguntó Harry.
—No.
—Si pudiera me quedaría todo el día contigo, pero no puedo.
—Sé que lo harías y con eso es suficiente.
—Amber... — miré al dueño de la voz — Nos tenemos que ir, te veremos mañana.
Les di un abrazo a Liam y Zayn. Nos miramos los tres y asentimos dándonos a entender entre nosotros que teníamos el apoyo del otro.
Se fueron dejándonos solos a Niall, Harry, Louis y a mí.
—¿Cuándo os vais a ir vosotros? — les pregunté.
—Cuando nos echen de este hospital. — me respondió Louis con una sonrisa.
Se sentó en la cama de Gordon y palmó a su lado para que fuera junto a él. Y así lo hice, apoyé mi cabeza en su hombro y me acurruqué contra su cuerpo. Niall y Harry se sentaron en la mía frente a nosotros.
—Me siento tan raro al estar aquí. Nunca nos hubiera imaginado en un hospital de nuevo después de lo de Irlanda. — habló Niall.
_A mí me lo vas a contar. — le contesté.
—¿Qué se siente al vivir aquí?
—Es agotador y aburrido, apenas puedo hacer nada. Hicimos algunos amigos, a veces solíamos ir a sus habitaciones e incluso ellos venían a la nuestra. Son tres chicos y dos chicas de nuestra edad más o menos. Es divertido cuando estamos todos juntos, el tiempo pasa más rápido y nos olvidamos de los problemas.
—Suena bien.
—Sí, pero no les voy a volver a ver.
—¿Por qué?
—No es tan fácil decirles que Gordon ha muerto.
Niall hizo una mueca y miró al suelo. Vi a Harry pellizcando su brazo dando a entender que no debería haber hecho que la conversación acabara así.
Hablamos de temas sin importancia alguna, sobre cosas interesantes que ocurrían en el instituto y de una película que había salido hace poco. Todo era tan normal, tan cotidiano. Tan como solía ser antes.
[ ... ]
Mi vestido negro bailaba con el aire y mis tacones armaban ruido allá donde fueran. Estaba entrando a la funeraria acompañada por mis padres. Todos sentados en bancas esperando a que la misa comenzara. Nosotros teníamos reservado un sitio en la primera fila tal y como lo había pedido. Quería estar cerca de él.
Harry ya estaba allí, los demás aún no habían llegado al parecer. Me senté a su lado y agarré su mano con fuerza. Él me devolvió el agarre con la misma intensidad.
—¿Y los chicos?
—Están de camino, no te preocupes estarán a tiempo. Nunca llegarían tarde a esto.
Permanecimos en silencio, no era el lugar correcto para estar hablando y mucho menos para bromear. Los padres de Gordon estaban en el banco de al lado, su madre llevaba unas gafas oscuras. Lo más probable era que cubrieran unas ojeras y unos ojos tristes.
Los demás familiares, amigos y conocidos de Gordon llegaron dando paso al comienzo de la misa.
Todo el mundo lloraba, incluída yo y los chicos. Había sido un palo muy duro para nosotros su inesperada muerte.
El cura hablaba y hablaba sin parar. El ataúd estaba frente a mí aún tapado, en cuanto terminase la ceremonia sería abierto para darle nuestro pésame a Gordon. Yo llevaba unos claveles azules y verdes que había pintado, eran sus colores y flores favoritas.
La misa terminó y el ataúd fue abierto. Una fila se formó y yo me quedé en el último lugar de esta a propósito, así tendría más tiempo para verle y poder despedirme.
Un paso y otro paso, después otro y otro más. La cola avanzaba lentamente y comenzaba a agotarme por estar tanto tiempo de pie, me empezaban a doler los pulmones al respirar.
Al fin llegó mi turno.
Allí estaba mi amigo, tan pálido que daba miedo. Miré sus labios. Estaban morados. En los párpados se podía apreciar cómo se marcaban sus venas, al igual que por el cuello. Tenía el contorno de los ojos ensombrecidos. Toqué su cara. Casi tan fría como el hielo. La aparté rápidamente por el gélido contacto. Sus manos reposaban sobre su estómago con los dedos entrecruzados. Vestía un elegante esmoquín azul marino.
Gordon, mi querido y entrañable Gordon. Llevabas razón, iba a estar en tu funeral, pero me hubiese gustado que fuese más tarde.
Coloqué los claveles a un lado de sus piernas.
—Te voy a echar de menos. Siempre recordaré cuando te abrí la cabeza con un bate creyendo que eras un secuestrador. — sonreí con tristeza y dejé un sobre junto a las flores — Dejo aquí contigo mis secretos y deseos. Protégelos bien Gordon.
Me fui de allí, era el momento.
Caminé y caminé sin rumbo fijo. Sólo quería encontrar la salida a todo aquello.
Hasta que la vi. Era mi oportunidad. No más sufrimiento para mí.
Me coloqué en el sitio idoneo. Allí venía, estaba llegando, era el momento.
Me golpeó en las piernas y rodé por encima. Caí casi sin vida en el suelo.
Lo único que recordaba ver en aquel momento era al conductor saliendo del coche.
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peligro | Harry Styles #2
Random| TERMINADO | × Segundo libro de Peligro × Todo cambió cuando despertó. "No te acerques, dicen que es un peligro." ¿Acaso su imaginación había jugado con su cordura? Todos sus recuerdos debían ser borrados de su mente. Pero, ¿por qué ella pensaba q...