treinta y ocho

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Cristina había entrado en la habitación, pidió que todos saliésemos excepto los padres de Amber para poder hablar los cuatro juntos del final inevitable.
Por lo que los cinco estábamos parados en medio del pasillo del hospital como unos tontos. Los miré a todos, en sus caras estaba dibujado un dolor y una preocupación muy notable, y yo estaría igual.

Comencé a andar a la salida del hospital y me senté frente a este. Saqué una cajetilla de tabaco y encendí uno de los cigarrillos que me llevé a la boca. Inspiré el humo, cerré los ojos y lo retuve para después expulsarlo lentamente.

Pronto Zayn se sentó a mi lado y cogiendo uno de mis cigarros e hizo lo mismo que yo.

—¿Tú no habías dejado de fumar? — le pregunté.

—Nunca se deja de hacer algo realmente, siempre sigue estando el vicio luchando por salir a relucir.

—Es tu momento. — reí junto a Zayn, hacía mucho tiempo que no pasábamos tiempo juntos — Echaba de menos esto, ¿sabes? Tú y yo como unos buenos amigos.

—Llevas razón hermano.

—¿Hermano?

—Sí, así nos llamábamos antes de que se empezaran a estropear todas las cosas.

Recordé mucho de los momentos que pasamos juntos. Éramos muy buenos amigos, como hermanos. Pero todo se complicó cuando entré en su instituto.

—¿Te acuerdas de cuando llevaba gafas? — Zayn se empezó a reír como un loco — Qué gran amigo eres. — ironicé.

—¡Venga ya! — dio un golpe en mi brazo y le miré haciendo una mueca a la vez que me reía — Estabas muy gracioso con esas gafitas de chico inteligente.

La verdad es que parecía un completo empollón, era aquel el motivo por el que no le gustaba a las chicas. Sólo había salido con una antes que con Amber, y me dejó a los cuatro días.

—Menos mal que me puse lentillas.

—Ahora eres todo un casanova.

Le guiñé el ojo de una forma seductora y puso cara de asco.

Terminé de fumarme el cigarrillo y lo tiré frente a mí para pisarlo y apagarlo por completo.

Media hora después también salieron a la calle Liam y Niall, fueron a comprar unas cervezas y los cuatro nos las bebimos.

Estuvimos hablando de diversos temas y fuimos a dar una vuelta.

Estaba todo el tiempo pendiente de mi teléfono por si recibía una llamada de Louis, quien prometió que me llamaría cuando pudiésemos ver a Amber o si las cosas se complicaban con ella.

Me acordé de Gordon en aquel momento, no sabía si él había sufrido al morir. Y al fin y al cabo Amber moriría de la misma forma que él.

Me mataba pensar que la perdería. Era la primera chica a la que había querido de verdad, a la que había abierto mi corazón y con la que quise compartir mis mejores momentos.

Amber Thomson. Nunca podría olvidar ese nombre, sería uno de mis mejores recuerdos. Y cuando fuera mayor, un anciano, me gustaría poder hablarle a mis nietos acerca de ella. Porque era una de las personas más importantes de las que había conocido. Quería que fuera recordada, quería que mi futura familia la conociera. La chica que consiguió ablandar el corazón del chico cruel.

La quería de verdad, realmente lo hacía. Era una chica muy frágil, muy sensible.

Yo reconocía que me había comportado muy mal con ella muchas veces, y había cosas que me arrepentía de haber hecho. Pero gracias a ello, había disfrutado de los mejores meses junto a ella siendo su novio. Podía besarla, abrazarla, decirle que la quería, que me gustaba estar con ella, llamarla en mitad de la noche para decirle que la echaba de menos...

Me iba a doler su muerte, pero más me dolería su ausencia.

Quería estar junto a ella en aquel momento. Quería abrazarla y decirle que no tuviera miedo, que ella siempre había sido valiente, que ya había superado uno de sus dos miedos, que solo le quedaba enfrentar a la muerte, cosa que estaba preparada para hacer.

Y estaba orgulloso de ella.

peligro | Harry Styles #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora