dieciséis

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Todos se habían ido, sólo quedábamos él y yo en aquella casa.

—Entonces, — comencé — todo es verdad. Todos los momentos horribles que hemos vivido juntos son ciertos.

—También los buenos. — dijo.

—¿Por qué lo hiciste? Simplemente quiero saber eso.

—Quería ganar la apuesta.

Harry jugaba con sus manos, enredaba sus dedos unos con otros.

—Sé que no es cierto.

Alzó la mirada y suspiró lentamente.

—Al principio todo era un simple juego. Me resultaba divertido intentar enamorar a una chica de la cual todos decían que era prácticamente imposible porque estabas enamorada de Niall. Conforme pasaba el tiempo me gustaba el poder que ejercía en ti, ponerte nerviosa y actuar como si no me quisieras. Me resultaba placentero poder besarte, abrazarte, acariciarte... Pero como un estúpido quería más. Y ese fue el momento en el que me di cuenta que tenía sentimientos hacia ti. Y me asustaban, no te mentiré. Nunca antes me había gustado una chica, sólo había sentido atracción física, por lo que no sabía actuar al saber lo que sentía por ti. Y siento haber sido tan idiota y haber seguido con aquella apestosa apuesta. Quería contártelo, por que sabía que no te lo merecías, pero sabía que si lo hacía te perdería, y como sabes, soy muy egoísta, por lo que decidí no decir nada y guardar el secreto hasta el último momento... Y te quiero.

Analizaba cada palabra que Harry había dicho.

Colocó ambas manos en su nuca y agachó la cabeza.

¿Realmente yo le gustaba?

—¿Cómo sé que todo lo que dices es cierto? 

—Pregúntale a Zayn, le dije que no quería seguir, pero dijo que era demasiado tarde para dejarlo.

—Hablaré con Zayn.

Un silencio incómodo reinaba.

—Perdona por ya sabes... Haber intentado tener relaciones contigo cuando tú no querías. — se atrevió a hablar.

Lo había dicho lentamente, sabía que le había costado decirlo.

—Bueno, digamos que Zayn y Niall se ocuparon ya de ti.

De nuevo aquel momento.

Ninguno de los dos sabíamos qué decir para no arruinar la situación más de lo que estaba.

—¿Qué ocurrirá con nosotros a partir de ahora? — preguntó.

¿Qué ocurriría? Ni yo misma lo sabía.

—Quizás debamos darnos un tiempo. No quiero veros a ninguno de vosotros por ahora. Quiero intentar perdonaros.

—Te quiero. — dijo.

Miré a Harry.
Se veía vulnerable, como si una sola palabra mal escogida pudiese destrozarle.

—Te quiero. — le dije yo a él.

Y a quién iba a engañar.

Mis sentimientos por Harry no habían desaparecido en ningún momento.
Los que yo tenía hacia Niall fueron eclipsados por los suyos hacía mucho tiempo.
Aunque aún dolía. Los recuerdos no se podían olvidar tan fácilmente.

Quería intentar tener algo con Harry.
Me gustaba.

—¿Puedo abrazarte? — oí su voz.

—Ven.

Abrí mis brazos y Harry me rodeó fuertemente con los suyos. 

Como si tuviese miedo a que cuando me soltase me fuese corriendo. Abandonándole.

Agarró mi camiseta con sus puños y la apretaba.

Sentía su aliento chocar contra mi cuello.

Abracé su cintura.

Un casi imperceptible lo siento se escapó de sus labios.

Su pelo rozaba mi mejilla.

Ladeé un poco mi cabeza y planté un beso sobre su pecho.
Sobre su corazón.

—No quiero que me olvides. — susurró aún abrazándome.

Aspiré su aroma.

—Aunque lo intentase no podría. Eres demasiado importate para mí.

Asintió y sentí cómo mi cuello y mi hombro comenzaban a humedecerse.

Harry estaba llorando.

—No quiero perderte. — dijo.

Rompí nuestro abrazo lentamente.

Los ojos de Harry poseían un leve color rojo y se veían cristalizados.

Limpié sus lágrimas.

—No vas a perderme, al igual que yo no voy a perderte, ¿vale?

—Vale.

—Sonríe.

Negó con la cabeza.

—No puedo.

—Por mí.

Colocó con suavidad su mano sobre mi mejilla y sonrió.

—Por ti cualquier cosa.

Permanecimos un corto perídodo más de tiempo allí, pero pronto nos fuimos.

Acordé con Harry que no me buscara, que ninguno de ellos lo hiciese. Yo acudiría a ellos cuando estuviese lista.

Volví a mi casa y empezamos a cenar.

—¿Cómo te ha ido el día? — preguntó mi padre.

Le miré y sonreí sarcásticamente.

—¿Cuándo volveréis a Wolverhampton? — dije.

—Aún no lo sabemos.

—Quiero que sea mañana. Y cuanto antes mejor, gracias. — mis padres se miraron entre ellos y rieron — No sé qué os parece tan gracioso.

—¿De qué estás hablando cariño? — dijo ahora mi madre.

—De que no os quiero cerca. Desaparecer de mi vida como siempre habéis hecho. Puedo cuidar de mí misma perfectamente y vosotros lo sabéis, no quiero convivir con dos mentirosos compulsivos.

—¿Qué quieres decir?

—Lo sé absolutamente todo. Lo he descubierto. ¿Eso era lo que queríais? ¿Que jugara a los detectives? ¿No os lo ha contado ya Cristina?

—¿Lo sabes todo?

—Todo.

Mi madre miró a mi padre y comenzó a llorar.

¿Qué le ocurría ahora?

—No queremos dejarte sola, no ahora.

—Es mi desición, os quiero fuera de mi vida y de esta casa. 

Lloró aún más fuerte.
Resoplé y me retiré de mala gana de la mesa hasta mi dormitorio.

¿Por qué se hacía la víctima? ¡Era a mí a quien había mentido todo el mundo!

peligro | Harry Styles #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora