¿¡Hermanas!? ♦❇Yui Komori❇♦ Una Nueva Amenaza

Cap. #24

¿Qué es esto. Por que Kottan hizo eso tan de repente?  Se preguntaba Yui mirando perpleja la situación. La mirada dulce y tranquila del peliblanco cambió en un segundo una mirada filosa.

— ¿Que esperas? Tik tak lindura. El tiempo ya empezó a correr — Me reto aplicando mas presión en el cuello de Hikari, ella hizo un ruido ahogado, la llave le comenzaba a hacerle difícil el poder respirar. 

Debía ayudarla, esto va en serio. La rubia corrio hasta él intentando golpearlo pero todos y cada uno de sus puños eran detenido por la mano libre de su maestro; Hizo más presión, ahora sí que estaba ahogando a la castaña que se intentaba safar de la llave, su rostro se empezaba a poner rojo. Pero entendía lo que Kottan intentaba lograr así que dejo de forcejear y comenzó a concentrarse en respirar. Yui golpeaba y lanzaba ganchos pero eran muy suaves al igual que las patadas, En uno de sus intentos de agarrar el brazo de Kottan para liberar a su hermana, este le dio una patada en el estómago haciéndola caer, sacándole el aire.

— ¡Yui!  — Exclamó Hikari al ver caer a la rubia, siendo entrenamiento o lo que sea no se permitiría a si misma quedarse de brazos cruzados, siendo Yui ahora una de las personas más importantes para la castaña,  a pesar de haberse conocido apenas hace pocos meses — ¡Basta Kottan, ya es suficiente! — Exigió ahora usando toda su fuerza para soltarse. Notando que la chica aun seguía en el piso abrazando su estómago, Kottan al final soltó a Hikari, quien tosió un poco acercándose a su hermana agachándose junto a ella — Yui ¿estas bien? — Le pregunto preocupada ayudando a sentarla. 

— si, lo estoy — respondió por lo bajo, sin ser capaz de mirar a la cara a su hermana, sintiendo molestia con sigo misma e impotencia.

— no te preocupes, estuviste así de darle un paliza, yo lo vi — La consoló sonriendo con ánimo, haciendo una medida pequeñita con sus dedos.

— Si... Claro — Menciono sarcásticamente, triste y con un suspiro. Se levanto y se alejó de ellos, entonces la castaña miro a Kottan cruzando sus brazos y mirándolo acusadoramente, negando con la cabeza. A pesar de sus intentos por animar a la rubia esta se mantuvo con la misma expresión deprimida, regalandole una que otra sonrisa caída, solo para no dejarle el desplante.

Paso el tiempo lentamente hasta el momento de que Yui volviera junto a Kannon a la mansión para recibir sus lecciones con los vampiros, dejando a Hikari con Kottan y estos siguiesen entrenando. Pero antes de que la rubia pasara a través del portal, su hermana llamo a su nombre sorprendiendola con un abrazo fuerte por la espalda.

— No dejes que te afecte. Tu eres fuerte, lo sé — susurro a su oído. Yui como respuesta le sonrió, con ojos desanimados y le alzó el dedo pulgar, luego se fue.

Después de pasar al otro lado, se fueron a la mansión en el auto de Kannon, si compartir ninguna palabra  — solo cuando dejes de tener miedo vas a poder protegerla, hasta entonces... Solo serás un obstáculo — dijo frío el hombre sin quitar los ojos del camino. Toda la clase ella estuvo con la mirada perdida, perdida en sus emociones y su impotencia, con los puños apretados debajo de la mesa. 

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Pasaban de la 1:00 a.m y casi todos en la mansión ya dormían, con 2 excepciones. Ayato se levantó por el insomnio que lo había estado invadiendo durante ya hace varios días, como si Morfeo se negara a recibirlo entre sus brazos.
Después de mucho dar vueltas en uno de los sofá de su habitación, se resigno a que no lograría consiliar el sueño y con fastidio se levantó y comenzó a caminar en dirección a la cocina, para buscar algo de comer pues le había dado ese típico ataque de hambre de las madrugadas. Después de tomar unos pastelillos y una vaso de leche y se fue a sentar afuera en el jardín. A veces estar solo en la madrugada le ayudaba a pensar y aclarar sus ideas, hablando en su mente con el cielo estrellado y los árboles susurrantes con el pasar de la brisa sobre sus más profundos pensamientos y hallando consejo en el apacible silencio. Esta vez, ese silencio fue interrumpido por el sonido de golpes, golpes secos que llamaron la atención del pelirrojo. Se levantó y fue guiado por sus oídos hasta lo que provocaba esos sonidos.