Cap. 41

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Pov Yui.

Y aqui estábamos, los chicos y yo sentados rodando kilómetros y kilómetros, ellos decidieron usar algo un poco mas discreto, así que en esta ocasión íbamos en una camioneta lo suficientemente espaciosa para los siete y Reiji-kun estaba al volante. El silencio era sumamente incómodo, es decir, ya estoy acostumbrada a que ninguno de ellos hable con otro, a menos que esten discutiendo claro, pero jamás había durado tanto tiempo en un lugar cerrado con todos ellos, definitivamente los viajes de carretera no es lo suyo. Al menos después de tanto pelear casi todos se quedaron dormidos.

¿Qué hacia donde no dirigíamos? Bueno, hace unos días recibí la llamada de Kottan-san, la casa en la montaña de la que nos habían hablado
ya estaba lista para recibirnos, así que sin mas dejamos atrás la mansión. Tal vez este cambio no sea tan malo, desde que todo comenzó el ambiente allí se había vuelto muy pesado, y creo que no es secreto para nadie que estoy emocionada por vivir con mi hermana. Se que tal vez no estemos en la mejor situación, pero el hecho de estar bajo el mismo techo me da una sensación de estar viviendo en una familia. Con todas las cosas que ahora sabemos y hemos vivido, no nos ha dado casi nada de tiempo para ser nosotras y hacer cosas de adolecentes normales, además, ahora que tengo una hermana quisiera aprovecharla al maximo. Quizás este lugar nos ayude recuperar los últimos diecisiete años perdidos.

Después de tanto viajar entramos a un camino deslavado que atravesaba un bosque al pie de una montaña. Nos llevo hasta un punto mas alto mientras que la camioneta se movía bruscamente. Al fin nos detuvimos.

- Creo... Que ya llegamos - Mencioné mirando por la ventana inútilmente, pues no se miraba más que árboles.

- Eso parece - Respondió Reiji-kun que era el único que no se había dormido.

Una vez que todos despertaron bajaron del vehículo pudimos na preciosa casa de color grisáceo, no tan grande como la mansión eso sin duda, pero si era muy grande. Al rededor se escuchaba la tranquila vida del bosque y la paz se respiraba en el aire.

Escuchamos algo acercarse, llegó un lujoso auto que se estacionó a un lado de la limusina, y de el se bajaron Kannon y Kottan con atuendos igualmente fabulosos y mas atrás de ellos, salió Hikari con una maleta y una mochila.

Narradora.

- Wow - Fue lo primero que dijo después de frotar sus ojos con una de sus manos - Este lugar se ve que costó mucho dinero ¿Qué clase de conocidos tienen ustedes?

Al notar que su hermana estaba allí junto a los vampiros torció los labios con flojera y se acerco a la rubia.

- Pero veo que hay muchos mosquitos - Mencionó con sarcasmo como un muy indiscreta indirecta, tomando en cuenta como miraba a los seis chicos.

- No soporté todo ese maldito viaje sentado al lado de este pervertido solo para venir a oir las idioteces de esta estúpida humana - Dijo subaru como repuesta a la castaña con su típico tono molesto.

- Mejor cierra la boca blanca nieves - Le advirtio Hikari arqueando la ceja haciendo sacar a Subaru de sus casillas.

- ¿Quién te creés? Te partiré a la mitad como un maldito palillo, no me provoques - amenazo al albino acercándose demasiado a ella quien ni se inmutó, a pesar de que el chico le sacara una cabeza de altura.

- Mejor guarden esa energía para los espectros niños - Los interrumpió Kottan caminando hasta la entrada de la casa.

Ambos se quedaron allí y después de un segundo de compartir sus miradas filosas, la castaña soltó un pequeña risa de pronto.

¿¡Hermanas!? ♦❇Yui Komori❇♦ Una Nueva AmenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora