Cap. #25

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Escucho unos quejidos detrás de ella, y volvió a la situación, rápidamente se agachó junto a la castaña.

— ¡Dios, Hikari! ¿¡Te duele mucho!?— exclamo nerviosa por la sangre que salia de la espalda de su hermana

— Solo son unos rasguños, no te preocupes — intento calmarla hablando con una voz adolorida, intento levantarse pero no lo logró, este era el dolor físico más fuerte que había sentido en su vida. Kannon y Kottan bajaron a ayudarlas.

— ¡Ustedes dos par de... Por que dejaron que esto pasara! — Los regaño Yui, con su hermana  en brazos.

— tranquilízate, ella va a estar bien. Además... El resultado del entrenamiento, estoy satisfecho — Dijo kannon como si no estuviese pasando nada.

— por supuesto, no es a ti a quien le rebanaron la espalda — se quejó Hikari adolorida, viendo con molestia al hombre.

—¿Entrenamiento? ¿¡Mi hermana esta así por un estúpido entrenamiento!? — Yui estaba más molesta de lo que jamás había estado en su vida.

— no es momento de discutir — Razono Kottan tomando a la castaña en sus brazos, con cuidado de no tocar sus heridas — Vamos de vuelta al templo, allí te curaremos Hikari no estaba molesta con Kottan, pues tenía en claro que el peliblanco había intentado detener la pelea y ayudarlas. 

Sin más que decir,  volvieron al templo, donde rápidamente acostaron a Hikari boca abajo en una camilla, dejaron caer alcohol sobre las heridas haciéndola quejarse.

— ¡Aagh. Mierda, me duele! — se Quejó en su idioma natal, el inglés.

— tranquila... Todo va a estar bien — La consoló Yui tomando fuertemente su mano.  Las herida se veían muy mal y por su profundidad no dejaban de sangrar.

Yo me encargo — Ordenó Kannon para poner sus manos a pocos centímetros de la espalda de la chica. Cerro los ojos y frunció levemente el ceño levemente. Sus manos empezaron desprender un brillos casi imperceptible, entonces la cortadas empezaron cerrarse de a poco. La rubia al ver que estaba sanando se sintió aliviada,  por el contrario Hikari sentía cada vez más dolor con cada segundo que transcurría y ahogaba sus gritos mordiendo su mano libre.

— ¿que pasa.  No debería dejar de dolerle? — pregunto Yui preocupada.

— es normal que el proceso de curación sea más doloroso, pues se esta acelerando a una rapidez inhumana — Explico Kottan viendo desde la entrada.

— Es soportable — Menciono la castaña con la voz forzada, no quería preocuparla aun más. Después de unos minutos ya estaba casi como nueva, pero seguía descansando recostada en las piernas de Yui.

— Esto no está bien. Kannon se ha pasado de la raya — Se quejo la rubia acariciando el cabello de Hikari, quien le dio un par de palmadas suaves en las rodillas para tranquilizarla. 

— Estoy bien Yui... ¿Viste que tenía razón? — Yui la miro confundida — Yo sabia que eras fuerte,  estoy orgullosa. Eres mi heroína — Dijo sonriente y algo adormilada. Yui se abrió feliz al escuchar eso de parte de su hermana ahora estaba un poco más tranquila, sabiendo que si capaz de protegerla. Ya ese día no harían nada más, pues se merecían un descanso.

Una vez que ya Hikari se había recuperado casi por completo se levanto y convenció a Yui se deambular por aquel gigante templo.

— Se me acaba de ocurrir algo — Soltó Hikari de pronto con emoción. 

— ¿Que cosas? — Dijo Yui mientras miraba distraída algunos cuadros en las paredes.

— Kannon y Kottan ahora están distraídos ¿Que tal si vamos a la "Zona prohibida"? — Propuso divertida usando un tono graciosamente espeluznante en las últimas palabras.

— ¿¡Que!? Hermana, creó que te golpeaste la cabeza, deja de decir incoherencias — Bromeó Yui creyendo que no era en serio. 

No son incoherencias ¿Me dirás que no sientes ningún poquito de curiosidad por lo que hay en ese lugar— Yui se cruzó de brazos y negó con la cabeza — Vamos... Me da miedo ir yo solita, acompáñame — dijo persuasiva haciendo ojos de perrito. Sus ojos azules se comenzaban a poner brillosos y la rubia no pudo resistirse mucho tiempo.

Uuuuy ¡Esta bien pero iremos, daremos un vistazo rápido y regresaremos! — susurro compartiendo la sonrisa con su hermana.  La verdad es que ella también tenía algo de curiosidad, pero no tenía la osadía de su hermana para romper las reglas. Riéndose por lo bajo tal y como niñas que realizaban una travesura. Llegaron a la escalera que las llevaría a la zona prohibida.

— ¡Carrera hasta arriba! — Dijo la castaña juguetona para luego salir corriendo escaleras arriba.  Siendo seguida por Yui al llegar al final de las escaleras vieron que estas llevaban a un pasillo muy deteriorado, caminaron a través de él pasando por encima de algunos cuadros que habían caído al piso y llegaron a una puerta que tenía un candado.

— Bien,  creó que hasta aquí llegamos Hikari — Dijo la rubia tocando el hombro de su hermana.

— Yo creo que no — Hikari tomo uno de los cuadros, y con el marco comenzó a golpear el candado, rompiéndolo. Al abrirse la puerta la chicas quedaron boquiabiertas. Era un salón, con algunas arma y objetos puestos en la pared con pequeñas placas doradas encima. Tal vez con los nombres de sus portadores.

— Que extraño ¿Que será todo esto? — pregunto Yui curiosa mientras se acercaba. Todas las cosas se veían muy interesantes. vio que en cada una de las paredes donde estos objetos estaban colgados había un símbolo tallado, el mismo símbolo en sus visiones. Una balanza sosteniendo una pluma en cada una de sus plataformas, una blanca y una negra — Esto... Es igual a mi visión.

— ¿Qué visión? — Pregunto la castaña acercándose ella.

— Tuve algunas visiones unos días antes de que comenzaremos a entrenar. se lo dije a Kannon-san... El pareció preocuparse, por no decir que estaba asustado. 

Hikari caminó a través de la habitación viendo cada objeto. Pero dos en especial llamaron su atención, un par de pistolas y una espada. Se acerco para ver los nombres de los dueños de estas en sus placas, pero estaban cubiertas de polvo y no se podían leer bien la letras, la castaña quiso quitar el polvo con su mano, pero antes de siquiera tocarla, el sonido de un fuerte portazo la hizo girar.

¿¡Hermanas!? ♦❇Yui Komori❇♦ Una Nueva AmenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora