¿¡Hermanas!? ♦❇Yui Komori❇♦ Una Nueva Amenaza

Cap. #28

Narra Hikari.

Desde el momento en que la llamada se corto mi corazón comenzó a agitarse, estaba preocupada ¿Que había pasado? Intente calmarme, pero lo último que escuche no me ayudaba mucho. Ella me dijo que en donde ahora estaba viviendo no la dejaban hablar por teléfono con nadie, si la descubrieron seguro debe haberse metido en problemas, pero... No crel que fuera algo tan malo... ¿O si? ¡Cielos! No puedo evitar sentirme culpable, además hoy no vamos a ir al entrenamiento y no la llamaré de nuevo, no puedo ¿qué hago?

Narradora.

En la mansión Sakamaki, después de unas cuantas horas. Todos los chicos estaban en la habitación de Yui, mientras Ayato intentaba hacerla responder a sus preguntas.

— ¡te lo repetiré otra vez! ¿¡De donde sacaste esta porquería!? — le grito a Yui arrojando el pequeño celular al suelo, pero este no se rompió.

— solo lo conseguí — dijo la chica sentada en su cama, hablando muy bajo, el chico le siguió gritando y con cada uno de estos ella se escondía un poco, como si el sonido de su voz fuera demasiado fuerte para sus oídos.

— Estabas hablando con ella ¿cierto? — pregunto ahora sin gritar, pero aun molesto, Yui desvío la mirada negándose a responder. Entre la frustración que la incertidumbre sembraba en el muchacho este la tomo de ambos brazos con fuerza haciéndola levantarse — ¡estoy harto de tu estúpido suspenso, habla de una buena vez! — grito una vez más, la desesperación en los ojos del chico era evidente, ya no podía contener todas esas cosas que había esta reprimiendo en lo más profundo de su ser, impactando a los presentes a pesar de que estos no lo demostraran.
También notaban un cambio en la actitud de la chica, en vez de intentar soltarse o si quiera hacerse pequeña ante los gritos de Ayato, ella solo se quedaba allí firme mirándolo a los ojos muy seria, como si ahora los gritos que antes la hacian encogerse ya no le causaran ninguna reacción.

Pasaron aproximadamente 45minutos y la chica mantenía firmemente su respuesta, ella persistía diciendo que lo había encontrado por ahí, sin entrar en detalles del lugar.

— Ayato, basta — soltó Reiji de pronto, haciendo que el pelirrojo entrara en si nuevamente — ya tienes lo que querías.

— ¿De que hablas? — pregunto aun algo segado. El segundo mayor dio un suspiro y del suelo recogió el celular

— en este teléfono solo hay dos números registrados. Uno debe ser de esa chica, ahora tienes como conseguirla — le explico lanzandoselo al pelirrojo, que lo atrapó con una sola mano.

— Es... Cierto — Respondió viendo el número marcado en la pantalla.

— problema resuelto — Dijo Laito con una sonrisa.

— ¿Co-conseguirla? — la expresión en el rostro de ella cambio, la seriedad se había convertido en nervios — ¿De que hablan?

— ¿así que ahora si vas a hablar? — dijo Ayato mirándola de reojo.

— ¿para que la quieres? — siguió preguntando, como si no le prestara atención a nada más.

— si tu no nos vas a decir nada, seguramente haremos que ella lo haga — ahora en el rostro de él había una sonrisa, estaba por marcar el número en el teléfono pero en un rápido movimiento Yui le quito el celular — ¿Que crees que haces? — hubiesen seguido en aquel momento pero la puerta sonando tres veces los interrumpió. lo que Ayato no sabia, era que su búsqueda ni siquiera tendría un comienzo antes de llegar a su fin.

(— no es posible —) dijo la chica en su mente (—no puede ser ella ¿verdad? —) Ayato desapareció de pronto y Yui no dudo en correr muy rápidamente hasta la puerta principal, pero era tarde ya él estaba allí. Abrió la puerta, confirmando el temor de la rubia. una chica estaba de pie en la puerta, su rostro estaba envuelto en una tela morada y se notaba algo ansiosa.

— B-Buenas tardes ¿se encuentra Yui? — dijo la chica ocultando sus manos nerviosas en su espalda. El rostro de Ayato transmitía frialdad y molestia, como si viera a un insecto, pero la castaña no se dio cuenta pues su mente permanecía ocupada por los nervios y preocupación.

— Si, ella esta aqui — dijo sin quitar la expresión en su rostro. La rubia camino hasta ella, mirándola como si estuviese haciendo algo peligroso.

— Disculpen por haber venido sin avisar antes, estoy apenada — Se disculpó con el chico, ahora más aliviada de ver a su hermana a salvo... O eso creyó ella.

Narra Hikari.

Después de mucho meditarlo, lo pude soportarlo más, tome mi bolso y salí rápido de la casa poniendo la excusa de que tenía una "cita de estudio" en casa de una amiga. Tome un taxi a algunas cuadras y le di la dirección de aquella gigantesca mansión. Durante el camino envolví mi rostro en una gran bufanda, dejando solo mis ojos al descubierto. Al llegar al lugar, baje rápidamente del auto y me dirigí a las rejas de aquella gran vivienda. Me dejaron entrar unos minutos después y camine hasta la puerta principal, tocando tres veces con un poco de desespero.

No paso mucho hasta que ese chico de cabello rojo, si no me equivoco se llama Ayato, abrió la puerta. Al dejarme entrar mi vista se centró en mi hermana, ella estaba a salvo y eso me hacia sentir más aliviada, pero apenada de haber aparecido en aquel lugar de la nada, desde allí las cosas se pusieron algo extrañas, me invitaron a pasar y tomar una tasa de té, yo por supuesto acepte, no quería parecer más descortés, una vez los tres estábamos sentados en el lobby, la tensión era evidente. La verdad estaba bastante incomoda con el hecho de que la mirada de ese chico se clavara en mi como una filosa daga.

— ¿para que viniste? —Pregunto Yui en susurros.

— la llamada se corto de pronto y me preocupe. Pero ahora, me siento como una tonta — le respondí de la misma manera. Después de unos minutos el te se acabo y al parecer la paciencia del pelirrojo también.

— buscaremos más té — dijo a regaña dientes para llevarse a Yui casi arrastrada con él. Me di cuenta de que estaba pasando algo raro al instante así que decidí seguirlos. Me levante de mi lugar y me dirigí a de el comedor, supongo que eso me llevara a la cocina ¿no?

Estaba por abrir la puerta cuando escuche una discusión dentro, el le estaba diciendo algo a Yui. La abrí un poco y me encontré con algo que sinceramente me dejo... Sin palabras. El estaba... ¿¡Mordiendo el cuello de Yui!? Entonces, ellos son...

— ¿¡Vampiros!?