Todo comienza con Yui, quién se llevará la sorpresa más grande de su vida, tras enterarse de la existencia de....¿¡su hermana!?.
Desde ese momento, sus vidas correrán peligro al ser perseguidas por un presunto clan que quiere atraparlas y eliminarl...
Ya han pasado algunos días de lo que paso con los institutos. Yui había hecho todo lo que se le había ocurrido para poder salvar el jardín de rosas pero nada había servido.
Era sábado, cada quien estaba en lo suyo. Yui estaba en su cuarto dibujando, esta vez dibujaba las rosas.
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En eso.
— ¿Qué haces? — Una voz irrumpió repentinamente en el apacible silencio de la habitación. Cosa que hizo que Yui brincar del susto.
— ¡Wah! — al voltear, era Ayato — Ayato-kun me asustaste — Dijo más calmada.
— Si, lo pude ver... ¿Que haces? — Pregunto nuevamente.
— aaah pues... — el pelirrojo se asomó por encima del hombro de la chica y pudo ver su hermoso dibujo.
— Vaya... No esta nada mal — La elogio tomando la hoja y viendola impresionado — No sabía que dibujabas.
— es que, en realidad... No se habían interesado jamás en... Mi — Dijo con una sonrisa algo incomoda. su sinceridad hizo que Ayato se volviera a sentir como aquella vez en el parque.
Era verdad, desde que Yui llegó a a mansión los muchachos no se habían tomado el tiempo para conocerla, es verdad es que nunca se habían interesado más en ella, allá del sabor de su sangre.
Ayato se quedo en silencio admirando aquel dibujo.
— En fin... Reiji me mando a buscarte, debemos ir abajo — Dijo algo irritado, mientras dejaba el dibujo bajo la mesa.
— ¿abajo... Por qué? — el subió los hombros algo desinteresado.
Ella guardo el dibujo en una carpeta llena de otros más. Cosa que al chico le llamo la atención, pues vió uno especialmente extraño.
Ambos bajaron al lobby una allí estaban todos los demás. Reiji hablaba con un hombre, a ir con los demás Yui pudo ver bien su rostro.
— ¿Kannon-san? — Dijo impresionada.
Todos la miraron. Era cierto no podía ser otra persona, era igual, pero con cabello corto y ropa... No tan llamativa.
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