Capítulo 2: De días a meses.

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Ver a mi madre lista con su pijama, después de un baño me hacía sentir bien; se había levantado, la casa estaba limpia y todo olía a lavanda

-Hola- me senté junto a ella en la cama

-Hola ¿Cómo está Lizzie?

-Bien, se va a casar- tome el control del televisor- su boda será en unos meses con Bruce, en algún lugar de Europa

-¿Europa? Que lindo, tal vez conozcas a alguien en su boda y atrapes ese ramo

-Madre- reí- ni siquiera estoy segura de ir

-Por mi no te detengas, puedo trabajar, ayudarte en el tiempo que no estas

-No, todo está bien- me recosté en sus piernas para ver una película juntas, mi corazón se estremecía cuando la veía así, cuando ella negaba estar mal solo por verme al borde del abismo y aferrada a cualquier piedra que se me atravesara, porque mi madre me conocía, me conocía mejor que nadie en este mundo y sabía que yo nunca me dejaría caer aun así me este hundiendo en trabajo, en deudas o lo que fuese, siempre nos sacaría adelante como ella lo había hecho en un momento. Mi padre siempre nos decía obstinadas, tercas y no me molestaba.

-Solo me gustaria verte con alguien que te ame y te haga disfrutar la vida

-No necesito a un chico para disfrutar la vida y aun asi ya hice muchas locuras en mi adolescencia, que prefiero callar

Me sonrio y comenzo a peinar mi cabello con sus dedos.

Quería creerle, quería decir que si estaba mejor y podía ayudarme en trabajar, en mantener la casa pero cuando llegaba la noche, sin poder dormir y solo escuchar sus sollozos, como llamaba a su madre o como murmuraba el nombre de mi padre, quien había preferido marcharse antes de seguir encerrado en el dolor; todos necesitaban el momento de luto, todos teníamos que vivirlo pero nadie sabía cómo realmente sufrirlo. Al terminar la película y charlar un poco, le lleve la cena a mi madre y sus pastillas.

-Descansa- deje un beso en su frente y me senté en la esquina de la cama esperando a que durmiera, cosa que no tardó mucho.

Antes de ir a tomar mi ducha como todas las noches, a las 11 pm, revise el correo, habian llegado las cuentas para pagar los servicios, la receta mensual de mi madre con sus pastillas que me quitaban casi todo el sueldo y pero aún. Lance los papeles en el suelo reprimiendo mis gritos y berrinches. Tome mi ducha y a las 11:30 ya me tomaba un té para lograr relajarme y conciliar más rápido el sueño, camine directo a la cama y me recoste escuchando la misma canción de siempre, una que me hacía sentir enamorada, sin siquiera estarlo y así lo disfrutaba mas, no había dolor, mentiras ni engaños, solo sentía el amor, sin un dueño, el sentimiento emanaba y era todo.

Me gustaba ver películas, que me llevaran a esa magia, el sentir de los personajes o el interprete lo que hacía una vida más amena, sentir que era ellos o interpretar escenas mientras me duchaba, pensar que era una gran actriz en teatro o muy locamente en cine, dirigir una historia. Soñar era gratis, por lo menos si tenías en cuenta que solo son eso, sueños.

Una presión en mi pecho era presente de nuevo, me hacía sentir nostálgica, con tanta melancolía. Tomé mi libreta y encendí la lámpara escribiendo cosas que solo brotaban como palomitas en mi cabeza.

Los días se hicieron semanas y las semanas meses, pasaron rápido, entre mi madre, trabajo y ayudar a Liz como dama de honor, me consumía todo mi día. Sábado por la mañana y sin muchas ganas dejé a mi madre sola, ella dispuesta a mantenerse entretenida sin problema, hoy era la prueba de vestidos con Liz y después la despedida de soltera; todo el día fuera.

-Llegaste- Liz me abrazo cuando entre a la tienda de vestidos

-No faltaría- mire a las demás chicas- hola

Todas sonrieron en manera de saludo. Comenzamos a probarnos los vestidos, cada uno de un tono pastel distinto, el mio era rosa, bastante conveniente uno de mis colores favoritos, tenían pequeños detalles en encaje, un vestido vintage claramente diseñado por Liz. Al terminar las chicas se fueron y quedamos de vernos todas en casa de Liz para la despedida; habíamos organizado una sorpresa para ella, alcohol, musica y mucho tiempo entre mujeres, en un club nocturno reconocido en la ciudad.

-¿Me acompañas a ver los trajes para los acompañantes de las damas? Bruce está ahí y quiero ver que tal estan

Mire mi reloj antes de asentir, aún era temprano, visualizaba a mi madre aun dormida o viendo un programa matutino en televisión; acepte y ella emitió un grito reprimido de alegra, que salió más como un chillido. Sonreí por la alegría que le causó.

Al llegar todos los chicos estaban ahí, esperando por su turno; Lizzie corrió a Bruce para abrazarlo y darle un beso, yo por otro lado lo salude a la distancia y me limité a sentarme en un lugar vacío.

-Mira eso, Brad- Liz provocó que el chico se sonrojara al salir del vestidor con su traje, era sencillo en color gris oscuro y la corbata a juego del color de su pareja.

-¿Que opinas, Sofia?- Bruce me observo esperando mi opinion, solo me pude encogerme de hombros y ver bien al chico ruborizado para poder decir mi opinión.

-Bien, tiene porte solo que tendrá problemas con la bastilla- arrugue la nariz, era un chico no muy alto, que el pantalón le llegaba al raz del zapato

-¿Y el color? ¿No te gustaria que fuera rosado?- Liz me guiño un ojo, claramente trataba de emparejarme con él pero como lo había pensado mil veces, no estaba interesada

Negué y ella hizo una mueca

-Bien, te queda el celeste- le comento a él de manera despectiva- ¿Quien sigue?

Uno tras otro paso y mis amigos no dejaban de querer emparejarme con alguno, el chico que usaba el moño rosado salió del vestidor, sonreí involuntariamente, podría creer sobrevalorado la idea de buscar pareja y ser felices para siempre, pero eso no me exentaba de caer ante un rostro atractivo y el de él lo era; Liz se sentó junto a mi mientras le hacían ajustes al traje del chico; su cabello rubio cenizo estaba corto, a excepción de unos rizos que caían sobre su frente, ojos azules, tan azules como el cielo y unos labios bien formados de color durazno.

-Él es Sam-comenzó a hablar- es soltero, es el mejor amigo de Bruce, por ende tienes mucha oportunidad con él

-Es atractivo, no lo voy a negar- le comente con franqueza

-Es atractivo- me arremedo en tono de burla- claro que lo es, tiene una figura estética casi perfecta- me miró- para ti obvio

Aparte la vista de él y mire a mi amiga para contestarle que tal vez si llamaba mi atención, tal vez solo para conocerlo pero en ese instante mi movil comenzo a sonar de nuevo, anunciando que era momento de volver a casa

-Te veo en casa, bien- tome mi vestido y empuje la puerta para salir corriendo y subir a un taxi sin escuchar una respuesta de Liz o despedirme de Bruce

Lost lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora