Fue hasta el domingo por la mañana cuando al fin era el viaje. Mi tía se llevaría a mi madre el tiempo que yo me ausentará y Kevin había aceptado adelantarme mis vacaciones. Un fuerte abrazo para mí madre, no quería soltarla, no quería dejarla nunca y desprotegerla o era yo quien se sentiría desprotegida sin ella. Le dije cuánto la amaba y me embarque en un vuelo de horas junto a Sam, ambos compartimos cosas en común y éramos muy parecidos pero no podía sentir esa atracción más allá de la física, ambos estábamos cómodos. «Solo déjate llevar con él, es el mejor para conducirte en un lugar distinto» recordé las palabras de Liz y las de mi madre «Podrías encontrar a alguien que te complete en ese viaje»
Podría pero no lo quería, me recargue en el hombro de Sam para fingir descanso, más bien era mi intento por ser tierna y darle mis intenciones de atracción; de manera victoriosa se acomodó apartando el apoya brazos y rodeándome por los hombros, así dejando más lugar libre Pasar las últimas semanas juntos ayudando en todos los.preparativos dejaban mucho tiempo para nosotros
-¿Cómoda?- preguntó con media sonrisa en su rostro, acariciando mi cabello desde la raíz hasta mi oreja
-Mejor que una almohada -le devolví la media sonrisa viéndolo a los ojos- jamás viaje en un avión
-Es una gran experiencia ver por la ventanilla- la señaló para indicarme que echara un vistazo.
Lo hice viendo ese juego de colores que regalaba la puesta de sol. Sujeto mi mano y todo tomó un aire de romanticismo.
El resto del viaje fue un constante intento de mi parte para dejarme llevar, platicamos y dormimos el resto del tiempo hasta llegar. Pisar tierras europeas era algo que llevaba mi éxtasis a otro nivel.
Un coche llegó para Liz y Bruce, un chico los abrazo a ambos y después a Sam, «un viejo amigo», me explicó. Después llegó alguien más, una pareja.
La mujer vestía ropa cómoda (un suéter tejido acompañado de unos jeans y botas) y el hombre algo parecido; ella corrió a abrazar a Sam para llenarlo de besos haciéndolo reír, la escena conmovedora
El hombre se acercó a él para darle un apretado abrazo y Sam tomó mi mano para acercarme a ellos «Ella es Sofía» Mis mejillas enrojecieron cuando no supo cómo presentarme, ambos se vieron sonrientes y la mujer me abrazo
-Bienvenida a Francia, soy Margot y mi esposo Sebastián- su acento era tan puro y una sonrisa amigable
-Son mis padres- Sam completo
No parecían para nada la imagen mental que me había formado gracias a Liz, solo personas comunes y amigables
-Gracias- sonreí sin saber mucho qué decir
-Vamos chicos- Sebastián tomó nuestras maletas y fuimos tras de ellos hasta el coche.
Tomaríamos un viaje largo en carretera hasta nuestro destino, jamás había pisado tal lugar así que todo me parecía desconocido y maravilloso pero una idea vino a mi mente ¿Y mi madre? ¿cómo estaría?. La madre de Sam dijo algo en francés que no entendi a lo que él contesto que yo no entendía más que los idiomas básicos.
-Tu hermano muere por verte- Margot se giró en su asiento para vernos
-¿Está aquí?
-Si, llego hace una semana
Siguieron charlando sobre cosas que no me interesaban así que me dedique a ver por la ventana. Sam había nacido en Nueva York al igual que su hermano pero vivian oficialmente en Francia, así era hasta que ambos hijos tomaron su camino para estudiar en distintos lugares y a Sam parecía alegrarle mucho la idea de ver a su hermano mayor.
-Nuestras familias son muy unidas- Sam comenzó a contarme cuando pasabamos por los paisajes rústicos- Bruce y yo crecimos aquí, hasta que nuestros caminos se separaron y estudiamos en distintos lugares. Cuando éramos niños mi hermano, Bruce y yo pasábamos las mejores cosas en la villa; nuestros padres bueno- miró a su madre- mi madre y el padre de Bruce son dueños oficiales de la villa, tenemos un viñedo y huerto de distintos frutos
-Y un queso increíble- Margot hablo integrándose a la plática- tienes que probarlo
-Pero claro que conozco de queso francés, trabajó en una cocina
-Me agradas- Sebastián nos lanzó una mirada fugaz por el retrovisor
-Mi padre es Chef
-A la abuela se que tambien le encantaras
Trague saliva con dificultad, en poco tiempo Sam sabía de mi poco tacto y de mi honestidad rotunda; nunca sabía cómo reaccionar a tales presentaciones. Aunque mi educación fuera excelente tenía una lengua muy suelta
-Tranquila, la abuela es una gran persona- me animo al entender mi nerviosismo
-No estoy preocupada. Solo que Liz no me dijo que tus padres eran así
-A mi madre no le agrada mucho, quiere a Bruce como un hijo y ella cree que no es para él.
Asentí comprendiendo eso, nadie nunca era suficiente para nuestros seres queridos.
Al llegar el lugar era inmenso, estábamos a principios de primavera se podía sentir el aire gélido entrar por mi delgada camisa; la villa parecía ambientada del siglo pasado, una fachada agradable, linda; una clásica casa grande europea.
-Muchas generaciones han pasado por este lugar- Sebastián comenzó a contarme mientras caminaba mis rumbo a la casa.
Dentro era aún más preciosa, rústica y con tan sabor a hogar. Mi habitación estaba en el segundo piso junto a la de Sam.
-Escuchamos que Sam traía a una chica y no pudimos pensar en otra cosa más que quieras dormir cerca de él- comentó la nana de todos los pequeños, que según Sam me había contado tenía desde que su mamá era una pequeña.
-Dejaré que te instales, Liz y Bruce pasaron con unos viejos amigos; aparte supongo que tienes el jet lag- sonrío- porque yo si
Asenti agradeciendo su gesto, dejándome sola en la habitación; me lancé en la gran cama para después sacar mis cosas y llamar a mi madre, pero el viaje largo tomó su precio y mis ojos se cerraron para hundirme en un sueño que quería durará todo el día.
ESTÁS LEYENDO
Lost life
Teen FictionEl tiempo perdido y la rutina, esos son los más grandes enemigos de una persona y en este caso, lo único que conoce Sofía. Dedicada a una vida que ella no había tenido oportunidad de decidir, era la vida que le había tocado. Eso era todo, sin desli...