Capítulo 5: Caballeros

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La fiesta pasaba tranquila, mientras que yo caminaba tras de Liz haciendo apuntes de cada detalle. Ambas nos perdimos en el baño un momento, se había llenado de palabras, consejos, advertencias y buenos deseos para su matrimonio; era comprensible querer un respiro, se sentó en la barra del lavamanos y suspiro 

-Ni había tenido tiempo de preguntarte ¿Cómo te fue con Sam?

-Si nos obligan a ambos, era seguro que nada iba a salir bien

-Lo siento- se encogió de hombros- pero es que Bruce dijo que también le pareciste linda

-No me pareció muy agradable y fue muy desinteresado

-Bien, lo entiendo tal vez tuvo un mal día

No dije mas, no me importaba si yo le interesaba a un chico o no o si él había tenido un mal día.

-Ve con los demás, di que estoy algo mareada pero saldré enseguida

Camine de nuevo a mi lugar y todos estaban en la cena así que Liz podía tomar sus cinco minutos bien merecidos.

Sam charlaba con mi madre y parecían pasarla bien, me senté en mi lugar y tome mis cubiertos para comer ese plato clásico de bodas, ignorando cualquier cosa a mi alrededor.

-Sofi- Sam se acerco a mi- ¿podemos hablar?

-Estoy algo ocupada- señale mi plato de comida- tal vez después

-Se que estas enojada- tomó el lugar libre junto a mi y se acercó a mí, tratando de mantener nuestra charla en secreto- es comprensible pero solo tuve un mal día y no se solo no quiero que por una idiotez mía perdamos la oportunidad de conocernos- sus azules ojos me miraron, no como la noche anterior, si no como si realmente estuviera agusto e interesado en conocernos

-Te acepto un baile después de la cena- conteste aun tajante

-Con eso me basta- sonrió y volvió a su lugar junto a mi madre.

Ellos parecen haberse llevado bien y él parecía todo un caballero, como me había parecido antes de esa mala noche.

-¿Sofía?- Esa voz extrañada cuando realmente no lo estaba, tal vez había pasado toda la noche queriendo acercarse sin parecer un acosador

-Kevin- dije desganada girándome

-Hola señora, Ruso- saludo a mi madre, ella sonrió en forma de saludo- ¿Quieres bailar?- extendió su mano y yo me negué viendo a Sam

-Le prometí la primera pieza a alguien más

-Por mi no hay problema- Sam de manera educada aceptaba tomar el segundo lugar pero yo no tenía intenciones de que en una noche el trato a mi jefe cambia

-Tal vez después- pase de largo de su mano y mire a Sam para que saliéramos a la pista, donde los novios y demás damas bailaban.

-¿No te agrada?- la pregunta inevitable brotó

Me encogí de hombros evitando el tema, mientras él deslizaba su mano en en mi espalda y sujetando mi otra mano, vaya respeto. Yo lo tome por el hombro y me moví junto a él. La música iba en perfecta armonía con nuestras piernas, cada paso era preciso.

-Eres un buen bailarín -admite al no haber ni un accidente en la primera mitad de la pieza

-Clases- sonrió ampliamente.

Un chico tan dulce como él provocaba la ansiedad de sujetarlo por las mejillas o abrazarlo tan fuerte aunque podría romperse por lo delgadito que era, tan dulce, la descripción de bonito.

-Tu madre es una gran mujer- sonrió y podía adivinar porque, visualizaba a mi madre contándole cosas como "Es terca, difícil pero tiene puntos donde puedes entrar a su corazón"

-Ya entiendo- sonreí de igual manera.

Era fácil encontrar charla con él. Antes de pasar la noche habíamos hablado desde de donde provenía su adorable acento francés/americano hasta bromas sobre cómo la familia de Bruce era un polo opuesto a la de Liz, charlamos con nuestros amigos de camino a casa; habíamos hecho un click instantáneo, nada comparado con la primera vez.

-Bueno, ser mejores amigos de nuestros mejores amigos dejaba muchas apuestas para que funcionará algo entre nosotros.- Sam me dijo antes de marcharse con Bruce

-Buenas noches, chicas- Bruce dejo un beso en los labios de su novia y a mi me dedicó una sonrisa

-Que descanse señora Ruso- Sam se dedico a mi madre con una sonrisa

Ambos chicos subieron al auto dejándonos al pie de mi puerta, mi madre había entrado antes que nosotros, después de desearle buena noche a ambos chicos.

-¿Cambio tu opinión de Sam?- Liz estaba ansiosa de saber mi opinión sobre el chico que me había elegido.

-Mucho- me acomode junto a ella en mi cama

-Son tan lindos juntos, digo imagina- me miró con un entusiasmo, adivinaría que su mente se había volado haciendo planes sobre lo que podríamos hacer los cuatro juntos «Pasaremos las vacaciones en la villa, los cuatro en Francia y se casarían; podrían esperar para tener hijos al mismo tiempo o ¡hacer los mejores viajes juntos!»

-Estas exagerando

-Solo piénsalo- metió su brazo por debajo del mío- los cuatro mejores amigos, viajes y viviendo como esas películas que veíamos en la adolescencia. No pierdes nada dejándote llevar

-Lo que necesito no son viajes y locuras de películas- hice media sonrisa- aparte mi vida ya está hecha de una manera

-¿Dices que mi vida es de sueño?

-No, solo que mis aspiraciones no son como las tuyas

Cómo decir: Hay personas que nacieron para soñar y otras que nacimos para buscar realidades; sin dañar los dulces sentimientos de mi mejor amiga.

Hizo mal gesto sin creerme lo que decía, era un futuro muy distinto al que compartimos de pequeñas, pero cuando la idea de crecer te alcanza todo cambia.

Estaba en el momento de mi vida donde no elegía qué hacer, si no mis decisiones ya repercutían en el presente. Tenia pagos que hacer, alquiler que pagar, comida que comprar, medicina, ropa y mas gastos con el sueldo promedio. No me quejaba de mi vida, solo quería un poco más de dinero nada más

-Bueno, Sam puede ser quien reviva la magia en tu vida- volvió a sonreír- su familia no es tan agradable- arrugó la nariz como si hubiera percibido un mal olor- tiene una madre que todo le parece mal, un día los visite en Nueva York y cuando reí de manera estruendosa me quería matar con la mirada- se indignó como si hubiera cometido el mayor de los delitos- su padre por otro lado es tan reservado que apenas y percibes que tiene emociones, digo los padres de Bruce no son los más amigables pero su familia si que es antipática y tiene un hermano- frunció el ceño- Tim que si lo ves prométeme que correrás en dirección contraria

-¿Por qué?

-Melody salió con él y solo la utilizo, ella quería formalizar y que viniera a casa para que todo fuera oficial y él ¡se negó!- hizo énfasis- la dejo en Alemania, todo un niño mimado con miedo al compromiso. Lloro toda una semana por él

-Pero Sam parece tan lindo

-Las mujeres fuimos castigadas con esos chicos: rostro de ángel, palabras bellas e intenciones que jamás sabremos

Melody tampoco era una dulce hojuela con miel, era una mimada así que no podía juzgar al chico. 



Lost lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora