Capítulo 31: Un desayuno.

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La tarde noche de mañana sería el gran momento, habíamos invitado a familia y amigos, por fin vería el fruto de estar ocupada  las veinticuatro horas del día, estaba ansiosa y muy nerviosa de que todo saliera perfecto; por otro lado Sam nuestro socio despreocupado parecía jamás estresarse por todo lo que teníamos que planear. Lo tenía de nuevo insistiendo en salir a algún lugar, mi excusa siempre era mi antiguo trabajo, que tenía que entregarlo todo y después tener la suficiente energía para nuestro proyecto, siempre terminábamos en casa jugando algún juego de mesa o en nuestra noche especial: viendo películas con mascarillas y comiendo como si esa noche fuera la última, pero ahora había renunciado esta tarde después de mi turno, la repostería ya estaba todo hecho solo rogar de que saliera bien; no tenía más excusas; las terapias de mi madre funcionaban mejor de lo que esperaba así que no me sentía mal en dejarla sola.

Con un poco de ayuda de mi madre Sam logró que saliera a un club nocturno junto a él para celebrar el esfuerzo que ya habíamos hecho  

Al salir ni siquiera me había percatado de que el otoño estaba más cerca de lo que creía, las nubes grises estaban en el cielo desde temprano y los árboles carecían de hojas verdes, la primavera era mi época favorita pero ahora venían las más melancólicas, tan muertas y falta de vida. Me abracé a mí misma cuando el viento soplaba helado.

-No estás en el trabajo, relájate y toma un trago

Me pidió una piña colada con poco alcohol y él seguía bebiendo su martini con total glamour, me encantaba verlo tan relajado  y nada preocupado, me contagia eso, me hace sentir que puedo relajarme como él.

-¿Vez ese chico?

A unos metros de nosotros un chico con un grupo de no más de tres chicos nos veían pero uno especialmente a Sam. Cuando notó que lo atrapamos viendo le dedicó una sonrisa coquetea a Sam quien le contestó de la misma manera; el chico caminó hacia nosotros, Sam se giró rápido hacia mi

-No te vayas, ni te atrevas a dejarme aquí solo- me advirtió

-Lo prometo

Sonreí dándole confianza cuando el chico apareció tras de él y de repente me convertí en una sutil extraña.

Compartieron unas palabras para después el chico lo llevara a bailar, no importa quién fueras cederías como imbécil ante Sam y sus encantos.

Un chico se sentó junto a mi y me sonrió, le devolví la sonrisa pero seguí en la vista de mi mejor amigo

-Nos dejaron solos

-¿Disculpa?

Apuntó a Sam y el chico con la mirada, después me percate que el pequeño grupo de donde había salido el acompañante de Sam, se había dispersado

-Ya veo

-¿Quieres bailar?- Me cuestionó con una sonrisa divertida

-No me apetece mucho

-Claro- me tomo del brazo ignorando que lo había rechazado, sin mucho esfuerzo por negar lo acompañe a la pista

Podría decirse que en una invitación a bailar consiguió que lo acompañará en más de tres canciones, hasta que tuve que retirarme. Se había ofrecido a acompañarme fuera, mientras esperábamos a nuestros amigos

-¿Te dio su número?- Sam llegó interrogando a mi acompañante del cual aún no sabía ni su nombre

-No me ha dicho ni su nombre- sonrió con cierto toque coqueto que consiguió hacerme sonreír, era un chico demasiado seguro y con una alegría que emanaba de él- es un hueso duro

-Ni que lo digas, pero aquí tienes, llámala mañana en unas horas y más te vale con una cita a desayunar; con suerte te invite a nuestro evento

-¡Sam! ¿Quien te a dicho que quiero eso?

-Es demasiado amargada cuando se lo propone y se llama Sofía

Tome a Sam del brazo y lo arrastré conmigo llamando a un taxi con una seña

-¡Soy Finn!- grito tras nosotros

Sam se despidió con la mano desde dentro del taxi, lo vimos por la ventana trasera como sonreía y volvía por la calle.

-Es guapo- me dio un codazo como si yo hubiera logrado el mejor ligue

-No es como que yo lo escogiera o en realidad estuviera interesada

Aunque admitía me había pasado las canciones sin notar que una terminaba tras la otra, tenía una sonrisa sutil, divertida y con intenciones que sabía claramente, estaba interesado en mi y no lo oculto pero tampoco era irritante. Me había logrado agradar.

-¡Estás sonriendo!

Sam se emocionaba por cualquiera que buscará mi atención, aunque los dos necesitábamos dejar ir a personas para él siempre parecía más fácil  

-No es lo que crees, solo es agradable

-Es como ese chico de la película que vimos la otra noche.

-Lo dudo

-Tal vez no es un chico malo como el protagonista pero se nota que oculta una vida turbia, te mantendrá entretenida

-No estoy para otro chico perdido- me encogí de hombros y hubo cierta nostalgia e incomodidad en el ambiente

-Igual y solo es un chico lindo, los pequeños siempre son lindos

Sam me envolvió en sus brazos y así fue hasta volver a casa

-¿Como les fue?

Mi madre nos esperaba en la sala de estar mientras que veía una de sus películas favoritas de los 70, ambos le hicimos compañía mientras Sam le contaba nuestra aventura nocturna y de su acompañante. Mi móvil vibró en la mesa de centro

-Probablemente es tu chico- Sam me miro con ilusión cuando tome el movil, mi madre habia puesto en pausa la película esperando a ver lo que ocurría con nosotros

-¿Cual chico?- preguntó interesada mi madre

-Toda la noche bailo con un chico bajito de unos brazos fuertes, sonrisa de ensueño y rizos atractivos

-¿Le diste tu numero a un chico?

-No es importante

-¡Ya leelo!- Sam me exigió

Abrí los mensajes y me encontré efectivamente con un mensaje de él

Se que no te emocionas tanto como tu amigo pero eso me gusto, asi que acepta esa salida a desayunar y si tengo suerte llevarte a tomar algo por la noche después de tu evento

-¡Dile que sí!- Sam estaba leyendo sobre mi hombro

-No, tenemos cosas que planear aun ¿Y si pasa un inconveniente?

-Díselo tú por favor- le dijo a mi madre

-Te has esforzado tanto, déjanos encargarnos y tu disfruta un poco, si es un buen chico hasta podrías llevarlo

Los mire un par de segundos indecisa, pasó un año desde que Tim se había marchado y antes de él jamás hubo nadie importante, lo de Tim fue especial y se había dado sin pensarlo pero yo no sabía con exactitud cómo tratar estos temas, darles la importancia que deberían tener

-Solo un desayuno y si es un patán le lanzare los panqueques en la cabeza

-Solo si los merece- Sam me alentó

Respondí su mensaje aceptando y diciéndole el lugar y la hora.

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