Lost life

Capítulo 22: Su luna

Esa noche Tim y yo habíamos intimado más que con cualquier personas en nuestras vidas, habíamos abierto un poco más de nosotros, no existía la vergüenza de vernos, nos habíamos atrapado mutuamente por la belleza de nuestro interior realmente

-¿Puedes contarme sobre tu madre?- dijo cuando la madrugada había llegado, yo comencé con lo clásico «Se deprimió tras la muerte de su madre, después mi padre nos dejó cuando todo se volvió más complicado y al final mi madre se sumió en una tristeza por el miedo de ser mi carga pero tampoco saber cómo hacer algo»

-Me refiero a como es lo que ocurre con tu madre, desde tus ojos. Es lo único que me importa

Y ahí estaba, debatiéndome en lo que era correcto decir, ella no era una carga pero tampoco me parecía placentero regalarle mis años siempre.

-Sí se algo de amor podría decir que ella me lo enseño; jamás entregaría mi vida entera a un hombre pero a mi madre, ella realmente me ayudó a entender que el amor a veces es sacrificarlo todo sin importar nada, ella no lo pide pero yo quiero hacerlo. Realmente nadie merece eso pero fue lo que me enseñó, ella lo hizo con su madre y yo quería dejarle mi vida a ella, solo para verla un poco mejor

Nunca había meditado realmente el porque hacía todo esto, como perdíamos nuestras vidas todo el tiempo, por amor o por un falso espectro de este. Todos lo hacíamos pero ¿Alguno era realmente aceptable?

-¿Planeas que esto sea así siempre?

-No es como que pueda irme y dejar todo, no puedo hacer algo sin contemplarla. Ella hizo mucho por mi

El nudo en mi garganta apareció, solo con esos temas me permitía debilitarme o tal vez eran los únicos que realmente importaban

-¿Nunca vendrías conmigo?

Me limité a contestar, él sabía la respuesta.

-No importa desde qué ángulo te observé, cuanto sepa de ti o de tu vida, jamás entenderé cómo puedes desperdiciar tu vida de tal manera

Y ahí volvíamos, eso era lo mejor de ambos jamás escondimos lo que realmente éramos aparte de seres profundos, tampoco podíamos ser empáticos o sensibles ante cosas que no tenían un sentido para nosotros.

-Cada uno decide en qué o con quién malgastar el tiempo

-Si, eso tiene parte de verdad

Tim me abría mi corazón, lo inspeccionaba con lupa, después lo devolvía haciendo una sutura invisible y dejando un beso para agregar ese toque sentimental, estaba convirtiéndome en algo que siempre fui y nunca quise admitir.

Me dejé envolver en sus brazos, esa noche dormirnos juntos, abrazándome sin pasar límites de decencia.  

Por la mañana salté de un brinco al escuchar la alarma y así es, la vida continúa, mi rutina seguía.

Tomé una ducha para ir al trabajo, pero mientras corría de lado a lado buscando mis cosas me tomé un instante de ver a Tim quien aún dormía sobre mis sábanas rosas y abrazaba una de mis almohadas.

Salí de mi habitación porque si tomaba un segundo más ahí, llegaría tarde. Prepare desayuno para todos y dejé pegado en el refrigerador un número para pedir comida, mi madre sabía dónde estaba el dinero así que no tendrían problema.

-Buenos días- saludo mi tía saliendo de la habitación

La había olvidado así que solo le sonreí de mala gana

-¿Pensaste en lo que te dije?  

-Sí

-¿Entonces? Sé que el chico no salió de tu habitación anoche

-Y él sigue ahí, pero nada pasó

Me miró sin creer mucho, pero le molestaba cada acción que yo decidiera. Tim salió de mi habitación y saludó a mi tía, después se acercó a mí besando mi mejilla, lo quería más de lo que se podía creer al inicio y yo era terrible para demostrarlo.

-¿Te acompaño al trabajo?

Asentí, realmente quería pasar todo el tiempo que pudiera con él, ya estaba invadiendo cada parte de mi y su recuerdo formaría parte de estos fantasmas pero tampoco me molestaba tanto eso.

Mi tía nos veía con desaprobación, ella era divorciada, cuyos hijos la habían dejado cuando crecieron porque nunca fue la mejor, su esposo la golpeaba y solo la utilizaba, ella jamás fue la más inteligente y nunca hizo nada, cree que los hombres son basura «los hombres solo sirven para que te den dinero, si no tiene un buen puesto, no sirve para nada» ahí venía el aprecio que le tenía a Kevin, todo era un interés constante y ahora con sus visitas regulares quería hacer conmigo lo que no pudo con sus hijos.

En el desayuno mi tía comenzó a cuestionar a Tim, le di un pequeño empujón a su pie bajo la mesa para que no hablara sobre su familia, la villa, la producción de vino y el queso, quería que eso quedará donde pertenece.

Me despedí de mi madre para marcharme con Tim al trabajo; subimos a un taxi y ahí volvió a tomar mi mano.

-Ya entiendo lo del color rosa- me menciono mientras me veía directamente a los ojos.

Sonreí al saber que lo recordaba, era real como nuestra relación era un tono rosa, sin sexo constante o besos en público, era más guardarlo para nosotros en nuestra intimidad sacabamos las ropas de la vergüenza y dejábamos solo los sentimientos, vaya par de enamorados, pero jamás nadie lo sabría, solo nosotros.

Recargue mi cabeza en su hombro y espere a que el viaje fuera solo la compañía, al llegar entre rápido al trabajo, sin antes dejarle un beso en su mejilla «Estaré aquí cuando salgas» esa frase me pareció tan dulce pero no quería eso, no quería ser el centro de su universo, quería ser más su luna, provocar un placer con mi presencia o iluminar la penumbra y cuando no esté cause un hueco en su cielo pero millones de estrellas ayuden a sobrellevar la falta.

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