Capítulo 29: Un empujón

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Llegue a casa, Sam se había ido a su departamento para recibir las cosas, le dije que iría a ayudarlo por la tarde después de ver a mi madre. Sujete la libreta que Tim me había dado y dude en abrirla aun en la soledad de mi habitación y con su fantasma aún tan reciente recostado sobre mi colcha rosada

Cuando la vi no ocurrió nada mágico, todo lo inexplicable surgió desde nuestro primer momento juntos; aún cuando me respondió en la comida me pareció algo propio de ella, lo sorprendente llegó cuando descubrí un interior que ni ella sabía que aún conservaba; otra como ella jamás se presentaría en mi vida pero tal vez no llegó en el mejor momento…”

Cerré de golpe la libreta y me percate de lágrimas corriendo por mis mejillas. Salí al escuchar ruido en la cocina, mi madre estaba tratando de preparar la comida

-Dame eso- le quite el sartén de las manos y lo coloque al fuego con un poco de grasa y un par de huevos

-Estuve charlando con Sam ayer y me dijo lo difícil que te resulta encontrar un trabajo que te guste. Pensamos que eres estupenda con los pasteles, no deberías esperar a que otro te dé una oportunidad y buscar hacer algo tú sola

-Lo pensaré

-También tu tía me contó que su hija, la que vive en España, vendrá y quiere que vayamos a verlas o salir juntas ¿Te gustaría?

Comencé a perderme en mi cabeza, una lágrima cayó en el fuego y me sentí furiosa por todo, por él, que se había marchado por cómo me ahogaba aquí y no tenía cómo huir, comenzaba a odiar a mi madre y me sentía mal por ello, soy un humano que también necesita tiempo para si, quería ir fuera y encontrar otro camino, iniciar de nuevo y mandar todo esto a la basura. Mi madre no paraba de hablar sobre cómo se sentiría con respecto a mi tía y antes de poder entender lo que ocurría, vi a mi madre con la mirada baja, por primera vez me había atrevido a explotar, de mi boca habían salido palabras que solo diría con la ira y pánico como principal sentimiento «¡ESTOY CANSADA DE TI! ¡DE CARGAR CON TUS PROBLEMAS!»

-No te molesto más con ellos- se incorporó de la silla y caminó a su habitación

Dicho eso trate de justificarme, de pedir perdón pero era muy pronto, no me escucharía.

Quería soltarme en llanto como una pequeña y decirle que todo fue un ataque de ira pero ya no estaba para eso.

Salí de casa con un portazo me dediqué a caminar rumbo al departamento de Sam, pero no podía llegar con él así, termine llegando al centro.

Estaba sintiéndome sola, jamás me había importado eso pero ahora que lo había tenido a él solo quería tomar su mano siempre.

Una llamada entró a mi móvil, el trabajo como vendedora en una tienda de ropa era mío, no me emocionaba pero el sueldo no era malo y quería iniciar un trabajo pronto. Mañana iniciaba la capacitación.

Me sentía dichosa de contar con un trabajo, siempre fui agradecida por el simple hecho de respirar y eso jamás lo cambiarían en mi. Caminar sola fue como una recarga de energía, enlistar lo bueno que aun conservo y lo que aun podía hacer me hizo sentir que nada se perdía por un chico, ni siquiera por Timothee.

Entre a casa, ya estaba anocheciendo y rondaban las palabras en mi cabeza, no sabía cómo pedir disculpas y menos a mi madre. Entre a su habitación, veía la televisión comiendo un tazón de papas fritas

-Hola

No tuve respuesta, mi madre era una orgullosa y eso me pesaba más, yo no sabía decir “lo siento" y ella  no ayudaba mucho

Podía recordar las veces que hacia travesuras y solucionaba todo con lágrimas frente a mi padre, mientras que mi mamá era más dura, no tenía perdón hasta que aprendiera de mi error y todo seguía igual, había aprendido de lo incorrecto que era desquitarme con quien sigue aquí.

-Lo  siento- comenté - es solo que existen emociones con las que no estoy acostumbrada a tratar y él se fue.

Mi voz se cortó, estaba siendo honesta en voz alta, demostrando que lo amo más de lo que quería y no podía cargar con las olas de sentimientos que golpeaban cada espacio de mi.

Me extendió los brazos para que fuera a ella y salieron mis lágrimas.

-Tu abuela me enseñó que jamás sienta que un hombre es tanto para mí, pero tú padre y yo sentíamos que podríamos contra los dragones más grandes. Cuando se fue todos cayeron sobre mi

-Tim jamás fue indispensable para mi, solo que la vida era aún mejor con alguien que compartía algo conmigo- me sentí incómoda de admitir ello

-Lo amabas y es completamente normal, no podemos controlar todo en la vida, cariño

-¿Porque tiene que doler?

-Porque tristemente no todos sabemos reconocer que tenemos el mundo frente a nosotros y no afuera

Ambas compartíamos un dolor, tal vez el mío no tan fuerte como los de ella, siempre había sido así. Ella perdió a sus padres y yo a mis abuelos, ella perdió a su esposo y yo a un padre, ahora yo había perdido un novio pero no cualquiera Tim jamás se comparaba a ninguno de los que tocaron mi vida antes.  

Esto fue lo que ambas necesitamos como empujón para no temer a compartir sentimientos, para no guardarnos todo para nosotras y saber pedir ayuda cuando sentimos que nos ahogamos; eso fue lo que bastó para comenzar a entender a mi madre y para que ella no se sintiera sola.

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Me tarde en actualizar así que aquí uno extra.
Que Tim no este no significa que terminamos con esta historia y de una vez confirmo la segunda historia narrada desde la perspectiva de Tim, transcurrirá después de que él se va así que espero les emocioné tanto como a mí me está emocionando escribirla ♥️
Gracias por leer y votar, espero ver más comentarios 🤔

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