Lost life

Capítulo 10: Perfecto

Todos estaban fuera, habían organizado distintas salidas para esta tarde (recoger a un par de familiares, comprar cosas faltantes y tal vez comer fuera) el sol era brillante y las nubes no eran tan grises como otros días, era un día perfecto para ir fuera menos por mi parte, yo me rondaba por la casa completamente sola con retortijones en el estómago por la prueba de postres que había hecho Lizzie esta mañana. Sam había insistido en quedarse pero yo aún más en que saliera con su familia; ahora estaba ahí siendo la única que habitaba la enorme casa y cualquiera de los jardines, era un día libre, no podía recordar la última vez que yo había tenido un momento de soledad así que la desesperación por el escandaloso silencio me inundó, solo el canto de las aves fuera o de la naturaleza era lo único que me acompañaba.

Tome un libro de la biblioteca y me recoste en el sofá reprimiendo mi dolor estomacal; nunca fui de las que realmente terminan un libro, tenía que interesarme completamente para que pudiera leer todas las hojas de la historia y no botarlo a la mitad. Pero este libro o era realmente bueno o me parecía mejor profundizar en tal romance que lidiar con mi soledad. Apostaba más por la segunda.

Después de unas horas me sorprendía lo llena que estaba de ese libro, la facilidad con la que se narra un amor, podía casi convencerme de que necesitaba uno en mi vida, alguien que me lleve al cielo con una palabra y de la misma manera me entierre en el infierno sin opción a negarme.

Un toque en mi hombro me provocó un sobresalto

-¿Cuánto llevas ahí?- Le pregunté a Tim mientras él sonreía ante mi reacción exagerada

-Lo suficiente como para ver que si tienes alma- se sentó junto a mi- y gustos propios

Alce mis cejas al ofenderme por sus comentarios

-Y tú qué sabes de mi

-Eres muy fácil de leer

-Vaya Sherlock ¿Ahora lo sabes todo?

-Solo te observo. Tengo que hacerlo, eres la novia de mi hermano ¿No?

Me limite a contestar, realmente para eso aún no existía respuesta. Pasamos parte de la tarde en un silencio hasta que alguno dirigiera la palabra al otro. Él tenía un solo audífono indicando que estaba dispuesto a escucharme si tenía algo que decir, pero se veía tan inmerso escribiendo que solo se detenía para rascar el sarpullido de sus brazos, visible por las mangas subidas hasta los codos y por el cuello que no tenía el primer y segundo botón abrochado

-¿No tienes planes?- hable sin apartar los ojos de mi libro

-Tengo una alergia por el cacahuate en uno de los postres baratos de Lizzie- él tampoco apartaba la pluma de las hojas ¿Que escribía? esa pregunta paso fugaz en mi cabeza y no era de mi incumbencia pero estaba a solo mirar para descubrirlo

-Creí que estaba sola

-Pensaba dormir todo el día- contestaba a todas mis preguntas, no era tajante o irrespetuoso como a veces lo hacía, pero tampoco daba pie a seguir hablando

-Escribo un diario- contestó como si supiera lo que había pensado hace unos momentos- me gusta escribir lo que pienso o siento

-¿Es terapia?

-Es saludable, deberías intentarlo

-¿No dices que soy fácil de leer? Dudo que alguien así tenga talento para escribir

Sonrio y asintio

-Tal vez me equivoque

Cerró su libreta de golpe y salió de la sala, jamas senti la curiosidad de nada, pero por primera vez quería saber lo que él pensaba realmente de mí o lo que escribir en esa libreta de pastas cafés.

Deje pasar esa curiosidad.

Al llegar del pueblo, Lizzie hablaba sobre todo lo que consiguió y todo lo que le hacía falta, hasta que pude escapar un segundo de ella; caminé a mi habitación dispuesta a solo recostarme y tal vez levantarme un par de veces más a vomitar, pero algo llamó mi atención antes de llegar a mi habitación.

La habitación de Timmy siempre estaba cerrada, la curiosidad que él había logrado desenterrar de mi volvió a flote. Pensé en ignorarlo como siempre pero la libreta estaba justo ahí sobre su cama como la tentación más dulce, llamándome a que no habría una segunda oportunidad de verla. Mire a ambos lados del pasillo pero todos estaban abajo con las cosas de la boda y Timmy estaba en el viñedo con Bruce, había escuchado a Lizzie molesta porque ellos seguían siendo amigos.

Entre sin más vueltas y la tomé, buscando entre las páginas solo una: solo aquella que hablara de mí, nadie más me importaba más que saber lo que su cabeza decía de mi.

Pasaba hoja tras hoja y solo una me prejuzgaba como alguien «Básica y común» me daba por vencida de que un comentario certero sobre mi estuviera plasmado en su libreta pero encontré la hoja que había escrito hoy

Ahí estaba, enterrando las uñas en la pasta vieja de aquel clásico libro de amor. Estaba sintiendo los personajes, una lágrima se deslizó por su suave mejilla creyendo en su soledad la dejo caer libremente hasta perderse al final de su rostro; esta vez era ella sin ocultar nada por primera vez la veía vulnerable y me parecía auténtica, vaya error de encontrarla así tan transparente. Había visto tantas chicas como ella pero sentía algo diferente cuando la veía, cuando compartimos gustos y cuando encontraba sus momentos de debilidad(...)

-¡Hey!

Cerré la libreta de golpe y la coloque en mi espalda

-Sam- sentí respirar de alivio al verlo en el marco de la puerta

-¿Qué haces?- se acercó a mí pero solté la libreta en la cama

-Nada, quería...

-Curiosa- me envolvió en sus brazos para besar mi frente- no le diré nada, sus personalidades están haciendo un esfuerzo por llevarse bien

-Ni que lo digas

-Exacto, son tan parecidos

-Te equivocas- acaricie su rostro y bese su mentón que era lo más de mi rostro

-Vamos, si Timmy nos encuentra aquí tal vez no podamos seguir vivos

Sonreí y lo seguí hasta su habitación.

Siempre que veía a Sam sentía que yo era la chica con más suerte en el mundo, verlo tan perfecto, era lo que toda chica pudiera desear y ahora que sabia que Tim no me odiaba, iba por el camino correcto.