Por la tarde del siguiente día todo fue nostalgia, aunque solo fuera media primavera sentía como dejar una parte de mi.
Mi maleta estaba llena y a esperar la hora de regreso a mi realidad; quería dejar este pedazo de Europa solo para nosotros, pero extrañaría todos esos viajes a mi pasado que tuve aquí.
Observe el libro que Tim me había dado, aun no lo había terminado pero no sabía si devolverlo, seria llevarlo a mi vida real y no lo necesitaba ahí. Él tenía que iniciar sus viajes de nuevo, tenia mas del mes reservado, era el fin y quería que se quedará aquí, todo lo que tuviera que ver con él.
Sam por otro lado sería mi compañero aunque estaba lista para probablemente no volver a verlo por mi vida ocupada en casa.
Siempre supe que todos nos perdemos a veces entre tantos caminos y por mas que quiera controlar mi vida es imposible; por mi me quedaba más tiempo con Tim, hasta descubrir si esto durara o sería en vano.
Sebastián y Margot nos dejaría a los tres en el aeropuerto, no me dejaron marchar sin la promesa de volver aunque jamas seria una realidad, mi vida no era así.
-¿A qué hora tienes el vuelo?- le pregunte a Tim
Él sonrió de manera cómplice con su madre y me tendió el boleto, el mismo destino que el de su hermano y el mio, parecía irreal.
-No quería contarles hasta que fuera una realidad, pero hasta hoy por la mañana confirmaron mi cambio del viaje a Marruecos, por el momento será solo ese.
Era una manera de alargar la despedida, de mostrarle a la vida que aun podíamos tener un momento más para nosotros.
-Mi hermano me necesita- miro a Sam y este sonrió, sabia lo que sufría internamente
-Jamas crei que Tim dejará un viaje por alguien- Margot me veía directamente a mi, ella sabía todo aunque tratáramos de ser indiferentes. La tapa se había levantado y cualquiera podía ver el interior
-No los agobies, cariño
El nudo de mi garganta desapareció cuando atravesamos el túnel y estuvimos lo suficientemente lejos de la mirada de sus padres, pudo entrelazar mi mano con la de él en el avión quedó a varios lugares lejos de mi y Sam
Eran horas de viaje así que intente dormir, me parecía imposible la idea de llevarlos a mi interior, a donde ocurría todo el porque de mi, me aterraba. ¿Eran tan importantes como para dejaros pasar a mi vida? Mire a Tim, leía un libro con los audífonos puestos, me miró de reojo y sonrió; le devolví la sonrisa y volví a sentarme. Lo quería por todo lo que él era, entre más descubría de su interior más me era difícil regresar; aún no entendía del todo como funcionaba su mente, su razonamiento o el porque me observaba tanto todo el tiempo; pero sería capaz de analizarlo tanto como él a mí, lo que había entre los dos era algo distinto; aunque siempre lo era pero esta vez me parecía lo mejor que estaba pasándome en los últimos años.
Al llegar bajamos del avión, Tim me llevaba de la mano hasta que vi a mi madre junto a su hermana y Kevin, lo solté para corrí a mi familia.
-Te extrañe, calabacita- mi madre me abrazó con fuerza y yo a ella. La veía bien, se veía realmente bien y eso me tranquilizaba.
Al soltar a mi madre Kevin se apresuró a darme ese gran ramo de peonias pintadas en rosa. Le sonreí tomándolas con cierta incomodidad, mi tía lo primero que hizo fue preguntar por los chicos que me acompañaban, pero mi madre reconoció al instante a Sam, le extendió los brazos y él corrió a ella para envolverla en un abrazo.
-Él es Timothee- lo tome de la mano acercándolo a ellas.
Saludo a ambas con un apretón de manos y una sonrisa. Ambas quedaron halagadas por las palabras de Tim y el placer que le causaba conocerlas.
De camino a casa pudimos sentir el calor ardiente de las cinco de la tarde en nuestra piel, solo un aire ligero nos alborotada el cabello mientras acomodamos las maletas en el baúl y yo me negaba a ir en el coche sola con Kevin; en casa me tenían una comida de bienvenida y me parecía muy tierno, con mi comida favorita y música, tal vez uno tenía que irse a veces para tener bonitos detalles.
En el coche podía sentir como mi madre me veía por el retrovisor del coche con ambos chicos a mis costados, era la primera vez que me veía con personas que no fueran Lizzie o Bruce, por lo menos después de que salí de los estudios, ya mi vida era distinta.
Sam se quedaría en mi casa una semana en lo que sus padres le cotizaban un presupuesto para el piso que planeaba rentar y Tim, se marcharía en una semana era lo más que se podía pedir después de que apenas ayer sentíamos el final.
Cuando atravesé la entrada sentí el frío, los colores neutros de las habitaciones y ese susurro de todos los fantasmas del pasado que se escondían entre la oscuridad de los muebles. Aquí estaban tantas personas metiéndose en mi vida.
-Dejen ahí las maletas y vengan a comer- mi madre nos llevó al comedor, todos obedecimos y la seguimos, Kevin llegó minutos después de nosotros.
A la mesa podía sentir la incomodidad de mi dúo favorito y mi familia con el colado de mi jefe.
-Sofia- mi tía me llamó mientras yo comía la deliciosa comida de mi madre- quiero recordarte que no nos has contado nada de tus amigos
Deje el tenedor de lado y asentí, era verdad pero involuntariamente lo había evitado, aún no sabía cómo hablaría de Tim, él me había pedido estar juntos pero ¿Cómo explicar algo sabíamos cuándo terminaría?
-Sam, mi madre lo conoce- comencé a hablar- mi mejor amigo, lo conocí por la boda de Lizzie y él es Kevin, mi jefe en la pastelería
Tim me miró entendiendo que yo no sabría cómo hablar de él, estaba contrariada pero él lo sabía
-Nos conocimos por la boda y espero no ser inoportuno pero me enamoré de su hija - admitió frente todos pero principalmente a mi madre.
Admiraba su valentía de no temer a lo que sentía aunque fueran totales extraños, nuestra historia de la trágica pareja sería real en esta parte del mundo, mientras que en aquel pueblo apenas sería una leyenda de la que jamás hubo testigos.
Ambas hermanas se vieron y después a Kevin quien sonreía sin decir nada, no veía ninguna reacción en su rostro
-Te dije que en las bodas siempre se puede conseguir a alguien- mi madre sonrió aunque la note incómoda- mi hija es un gran partido
Se levantó a buscar más puré de papa, quedó un ambiente tenso y poco cómodo para todos, menos para Tim; mi tía me hizo una seña para que la siguiera fuera del comedor. En el pasillo cursó sus brazos y me advirtió que vendría un regaño.
-Kevin iba a pedir tu mano al final de la comida- me indico- él organizó todo, tu madre lo aceptó y estaba todo dicho, ella se iría conmigo al pueblo donde podría vivir sin problemas, cerrando el círculo que le deja esta casa pero ahora, dime ¿Cuánto te va a durar este amor fugaz? Ese chico podrá decirte que te ama pero no será eterno ¿O si? -negué, no quería escuchar sus palabras, era la primera vez que me atrevía a retar a mi vida y más de uno había salido perjudicado. De reojo vi como Sam charlaba con Kevin quien parecía distante y mi madre trataba de estar feliz por mi decisión -Kevin entenderá que tuviste un desliz en aquella boda pero si quieres arreglar las cosas para tu madre, deberías buscar hablar con él y decirle que lo de ese chico no es nada importante
Me dejó en el pasillo al pie de la puerta, ella volvía a sentarse y yo solo los veía a la distancia. No quería decir que no era importante, no quería estar con Kevin pero si en algo tenía razón mi tía era que mi madre necesitaba cerrar su círculo, dejar que las sombras de mi padre y mis abuelos se quedarán aquí, lejos de ella. Volví a la mesa y pasé en silencio toda la comida.
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Lost life
Teen FictionEl tiempo perdido y la rutina, esos son los más grandes enemigos de una persona y en este caso, lo único que conoce Sofía. Dedicada a una vida que ella no había tenido oportunidad de decidir, era la vida que le había tocado. Eso era todo, sin desli...