Capítulo 30: "Camino correcto"

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Desde hace seis meses mi vida había dado un cambio para bien, a pesar de que las ausencias aun vivía en mi hogar, sentía que las cosas iban por un camino correcto del que yo tiraba de las riendas ocasionalmente. Me dedicaba a un trabajo que me dejaba buenas comisiones de ventas y mi madre se veía con una luz más fuerte que antes.

-Deberíamos intentar abrir una repostería

Le compartí a mi madre la idea que había tenido con Sam hace un par de noches, solo como una idea muy lejana y hoy ya no lo veía tan poco probable.

-¿Una repostería?

-Tu y Sam no lo dejan de insinuar desde hace un tiempo, solo pienso que ahora no es tan descabellado con lo ahorros que tengo y deberíamos intentarlo

-Apoyo que es una muy buena idea pero no podemos simplemente hacerlo, son meses de planes y dinero

-Podríamos iniciar aquí en casa

Yo estaba realmente decidida a dar todo lo que estuviera a mi alcance por ese proyecto, quería convencerá de que podría pero no sola, ella sonrió y aceptó. Había tanto que planear pero admito que está idea había brotado de algo que había deseado desde siempre pero jamás tuve la seguridad de decirlo en voz alta, con la partida del amor y de los cambios que había logrado en mi, estaba lista para intentar algo distinto y este era uno. Mi madre iba mejorando eso era lo mejor que puedo pasarme era como respirar de nuevo.

-Preparare unas pruebas para que las lleves al hospital- de un brinco corrí a la cocina para ver lo que hacía falta para preparar cupcakes he iniciar lo antes posible- saldré al súper, llamaré a Sam para que me acompañe

No deje que mi madre hablara cuando salí corriendo de la casa, había tenido una carga de alegría después de lo de Tim esto era lo más que necesitaba

Sam y yo caminábamos de pasillo en pasillo mientras le contaba la idea, parecía estar igual de entusiasmado. Sam había pasado los días buscando trabajo pero ninguno le parecía lo suficiente bueno para él y está idea le parecía la mejor

-Dejame ayudarlas, no se hacer ni un huevo pero puedo ser socio invirtiendo

-Sam, seremos solo en casa no creo que tampoco sea para tanto

-Podemos hacerlo para tanto, puedo apoyar con un local de bajo precio y con un registro, piensa en grande

-Hablaremos de ello con mi madre

-Los tres mosqueteros de la cocina

Las cosas parecían ir viento en popa cuando mi madre aceptó y ninguno de los tres tenía miedo de caer desde lo alto. Los siguientes meses fueron eso, de no tomar respiro, buscando, pensando y planeando; controlando a Sam de no invertir en el local más grande y de no dejar mi trabajo por nada del mundo aun.

Todos estábamos en la mesa viendo los últimos detalles de la decoración para terminar el pequeño negocio que abriremos la próxima semana.

-Mira quién está viva- la hermana de mi madre entró a la sala de estar dirigiéndose a mí- creí que estarías llorando por ese chico todo el día, te dije que siempre tengo la razón

La ignore pero no paraba de parlotear sobre la buena opción que era Kevin y lo inútil había sido estar con Tim. No me había dado la oportunidad de pensar en él, no tenía sentido pensar en quienes ya no estaban o ya no escriben, ni llamaban, su libreta podía recordarla aún en el fondo de mi cajón trabado con todos los recuerdos que el líbero.

-Sabes que no es fácil que consigas chicos, tenías a Kevin y debemos aprovecharlo de seguro Timothee solo quería con quien distraerse con alguien

Sam iba a replicar por poner en esas circunstancias a su hermano más cuando él no podía ser menos que un Caballero, pero la sorpresa llegó cuando mi madre abrió la boca

-Sea una pérdida de tiempo o no, era decisión de Sofía no nos incumbe meternos en sus relaciones

-Vaya, creí que a ti tampoco te agradaba

-No me agrada porque dejo a mi hija, no es por nada personal

-Si me permiten meterme, Tim es un caballero jamás estaría con Sofía para distraerse o mucho menos

Mi tía rodó los ojos y mi madre se la llevó con la excusa de pedirle un consejo para un flan. Sam me preguntó si estaba bien, yo solo le reste importancia y le pedí que siguiéramos

No tenía sentido hablar de su hermano, Tim pensaba igual que yo y probablemente no llamaba porque sabía que eso haría mas difícil la distancia.

Por la tarde salimos directo a nuestro local para comenzar a acomodar todos los muebles y estanterías; Sam nunca en su vida había montado nada pero no fue difícil, mi padre siempre me ocupaba de su mano derecha para reparar o montar muebles en la casa, no habían criado a una hija inútil o poco capaz de nada.

-La chica perfecta, aun lo pienso

-Lo nuestro no podría funcionar

Ambos reímos mientras el me abrazaba, existía un amor en la amistad que jamás se comparaba a otra cosa y Sam había llegado a ese punto conmigo, cuando existían las promesas de siempre estar sin ser una promesa, solo demostrandolo.

«Si el amor no toca a nuestra puerta, vivamos juntos y seamos compañeros de vida» Había dicho mientras veíamos una película romántica de las que le gustaban tanto, ambos comiendo papas fritas, refrescos y nieve, en pijamas. Sam y yo éramos almas gemelas que me costaba asimilarlo de lo maravillosa que había sido la vida por juntarnos y dejarnos vivir juntos desde que nos conocimos.

-¡Te buscan!- Sam me gritó al abrir la puerta del local

Me encontré con Kevin y un ramo de tulipanes. El orgullo en mi era tan grande que le quería cerrar la puerta en la cara pero ya no guardaba ningún resentimiento dirigido él, solo no lo respetaba de la misma manera

-Escuche de la competencia- sonrió apenado, como el chico que había conocido por tantos años- cuando me entere que tu eras la dueña sentí que mis clientes ya no serian solo mios

Mi rostro jamás fingía alegría cuando no la sentía y Kevin lo sabía perfectamente

-Solo quería darte la bienvenida y suerte- me tendió el ramo de flores

-Gracias- Sam las tomó y le dedicó una sonrisa- estaremos de inauguración en unos días por si te interesa ver a que te enfrentas

Volvió la vista a mi como si esperara mi autorización para venir y yo le sonreí sin muchas ganas

-No estaría mal verte por aquí

-Nos vemos entonces

Se marchó dejándome con Sam en la puerta

-¿En algún momento él te gusto?

-¿A quien no podía gustarle ese chico?- sonreí- pero no es para nada mi tipo

-Perdona, olvidé que eres tan difícil e inalcanzable- comentó con sarcasmo exagerado

-Soy selectiva- lo corregí y le indique que siguiera ayudando

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