Capítulo 16: Complicidad

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Mientras la tarde pasaba yo alistaba mi vestido para la boda, un día más y esto terminaría, alguien tocó mi puerta y un papel se deslizó debajo de ella, sonreí de manera impulsiva al leerlo

Te veo a medianoche, en el límite de la villa.

Tim.

Era tan teatral todo lo que tuviera que ver con él, medianoche significaban tantas cosas: la hora de los amantes a escondidas en un libro de amor o simplemente de misterios; tal vez ya me estaba convirtiendo en alguien como él. En mi realidad sólo era una hora en la que debería estar dormida.

Antes de la cena busque a Lizzie por cada rincón para contarle que todo estaba hecho, los invitados que se les retrasó el vuelo llegarán un par de horas antes de la boda, con un buen tiempo para llegar, relajarse y alistarse para la boda.  

Faltaba una hora para mí encuentro con Tim y lo vi salir, no sin antes dejarme una mirada cómplice y marcharse por la puerta del jardín; agite la cabeza borrando mi sonrisa e ignorando el corazón que me bombeaba con fuerza, no sabía el momento exacto en el que mis reacciones con él habían cambiado.

-¿Qué haces ahí?- Melody se detuvo junto a mi, yo aún veía la puerta por donde Tim había salido

-Busco a tu hermana- contesté de la misma manera en la que me hablaba: arrogante y altanera.

-Está con Bruce en el jardín

Mire la hora en el reloj de la sala, no tenía tiempo para seguir buscándola.

-Vere si la encuentro- dije para distraerla de mi salida pero me detuvo por el hombro

-¿Cómo van las cosas con Sam?

-Es un tema que no te interesa- me solté de su mano y le sonreí sin una pizca de amabilidad; salí de la casa para ir directo a mi encuentro

-¡Sofía! -Lizzie grito tras de mí, no quería volver a ella pero tampoco me podía solo desaparecer

-¿Qué ocurre?

-Necesito que me ayudes con la luna de miel, Bruce quiere seguir aquí y yo quiero ir a Los Cabos, daría todo por una playa y sol

-Vean los pro y contras de ambos lugares, no puedo meterme en todo de sus vidas

-A veces nos gustaría que tú las manejaras por nosotros- Bruce dijo como comentario de doble filo, era mi amigo pero odiaba tener complicidad de algo como esto con él

No conteste y Lizzie sonrió asintiendo, rápidamente le dije lo de los invitados y me excuse con que quería salir a tomar algo de aire, Bruce me ayudó a liberarme de Lizzie, de nuevo teníamos una complicidad, él sabía cuál era mi prisa. Al liberarme fui de camino a mi encuentro.

-Creí que no vendrías- comentó de espaldas a mí, tenía ese aire melancólico a la luz de la luna y cubriendo su silueta entre las sombras, misterioso y atractivo a mis ojos.

-Estuve a punto

Me tendió la mano para volver a meternos entre los árboles para escaparnos de todos como la última vez pero ahora no sentía que ninguno cargará una pena o un problema, solo era por gusto.

-¿Y esta vez porque fue la invitación?

Nos sentamos en un tronco que llevaba tanto tiempo caído que el musgo crecía en él. Tim me miró y sonrió, era como si pensara en algo que no quería contar o no sabía cómo decirlo.

-Solo por invitar, tal vez

-Hable con tu hermano sobre todo lo que ocurre y realmente me siento apenada, me gustaría que él fuera feliz y Lizzie también.

-Nunca paras de hablar de los demás y sus problemas, queriendo arreglar todo lo que ocurre ¿Y tú?

-Yo ya soy feliz y tengo una buena vida

-Te la pasaste ausente desde nuestra salida y no te atreves a decir que no me estabas evitando

-Te estaba evitando- sonreí honesta, no tenía por qué mentirle

-No puedo evitarlo- sus ojos estaban de nuevo en mi, sentía que quería decir más de lo que su boca podía emitir, era algo más profundo que su mirada me gritaba pero yo no lo entendía o no quería entenderlo

-¿Porque bajaste la guardia? ¿Porque ya no eres el león a la defensiva todo el tiempo?

Se encogió de hombros con una sonrisa, yo quería comprobar lo que su madre había dicho; quería que dijera que solo soy una amiga especial o una chica con la que sintió confianza, nada de sentimentalismos o romance. De un instante a otro sentí lo cerca que estaba, me puse nerviosa y sus ojos verdes con su mirada intimidante estaban frente a mí, se podía sentir su respiración en mi rostro, podía sentir un beso sin haberlo. Cómo si me resultará imposible contener la tentación roce mi labio sobre el de él. Sentía como necesitaba ese beso, casi tanto como yo.

Me separe de él, negandome a dar ese paso.

Tomo ambas de mis manos y dejó un beso en ellas, un beso que me bastó para hacer que mi mundo se desequilibre

-Al inicio creí que estabas loca por mí- admitió

-Cuidado con ese ego- reí y volví la vista a los árboles, evitando su mirada fija

-Perdona si fui inoportuno, es solo que no pude evitarlo

-Hay límites que respeto

Asintió como si fuese una respuesta que esperaba, me limite a hablar de otra cosa para romper el hielo pero me sonrió evitando que siguiera con preguntas triviales

-No eres así, Sofía, se que tienes más de que hablar y no necesitas apenarte de mi por mis inútiles intentos

-No es eso es solo ¿Porque intentar algo que no tiene futuro?

-Por disfrutar el tiempo que dure

Sabía que significaba esa platica, era más allá de mi negación, era una total declaración de ambas partes yo lo había hecho sin pensarlo del todo, lo quería y ahora se lo hacía saber sin necesidad de besarnos sabíamos lo que emanaba de nosotros.

Lost lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora