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Una vez hube hablado durante lo que parecieron horas con Inés, me despedí de ella tras intercambiar números de teléfono, para volver con Jimin. Volví a la sala dónde le había dejado practicando, nada más pasé por la puerta me preguntó:

-Isa, están diciendo de quedar esta noche por el grupo, ¿te apuntas? -Me mostró la pantalla del celular, la última persona que había hablado era Rose-.

-Supongo, no tengo planes. Pero tendría que volver a casa ya para que me dé tiempo a prepararme. 

-Qué presumida... -Me miró arqueando una ceja vacilante-.

-Sólo quiero cambiarme. -Agregué una mueca de disconformidad-. 

-Está bien, está bien, hemos acordado reunirnos a las nueve en el mismo bar del otro día. -Dijo mientras me dedicaba un guiño y yo me alejaba haciendo una señal de despedida con las manos-.

Caminé hasta llegar a casa, una vez me hube duchado y puesto una camisa, unos vaqueros y unas sandalias, me senté en la cama. Echando de menos a aquella bolita de pelo que hace un día me estaría haciendo compañía.

Pensé en pedirle al casero tener una mascota, de todas formas había cuidado animales durante toda la vida, y echaba de menos a mi perra, la cual estaba en España con mis padres y prácticamente se había criado junto a mí.

Luego reflexionaría sobre aquello. Dejé que el pelo se me secara a la intemperie, pues, aunque ya iba a acabar, seguía siendo verano y el clima era perfecto.

Me tiré en el sofá con el móvil, decidida a ver todas las notificaciones del grupo "The Team", que llevaba varios días sin leer. De hecho, ni siquiera había hablado por él. 

Observé durante varios minutos los mensajes, y, mis manos se detuvieron al ver aquel contacto que estaba, no podía ser.

Taehyung era otro miembro de el grupo. El contacto que vi que no tenía agregado el primer día que lo formaron era él. Pero ¿qué hacía ahí metido? 

Revisé las antiguas conversaciones, por lo visto, el muchacho había quedado con los chicos ese día y no había podido asistir finalmente, por eso lo metieron aunque no estuvo.

Mierda, eso quería decir que hoy él también vendría. Estaba entre nerviosa y feliz.

No pensé volver a cruzarme con aquel chico aunque en mi interior lo deseara con toda mi alma. Me miré al espejo, estaba roja y ni siquiera le había visto, no podía imaginar cómo estaría tras encontrármelo. Intenté arreglar mi cara sin demasiado maquillaje, de todas formas nunca lo usaba.

Cuando consideré que estaba al menos, presentable, cogí mis cosas y bajé a la tienda para encontrarme con Lisa, no la había avisado ni mucho menos, pero esperaba que estuviera allí, y, efectivamente, ella y Rose lo estaban.

-Hola chicas -Me acerqué a paso ligero hacia ellas y ambas me correspondieron al saludo con una gran sonrisa-. ¿Qué hacéis?

-Comer algo -Añadió Rose con sus mofletes hinchados-.

-Pensé que cenaríamos en el restaurante, como la otra vez -Las miré extrañada-.

-Y lo haremos -Añadió la castaña-. Pero teníamos hambre, ¿quieres? -Dijo extendiendo parte de una barrita hacia mí-.

Asentí mientras pegaba un mordisco a ésta y saboreaba. Eran las nueve menos cuarto, mentiría si dijera que no estaba nerviosa, pero antes de que pudiera decir nada, Rose se me adelantó.

-¿Te pasa algo, Isabel? Estás como ida. -Acercó sus manos a mis grandes mofletes, sobándolos haciéndome reír-

-No Rose, no me pasa nada -Ni yo sabía qué me pasaba así que decidí no preocuparlas-. 

Efecto Mariposa💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora