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Aquella noche no soñé lo de siempre, ya que otra imagen era la que rondaba mi cabeza.

Las clases fueron más duras que el día anterior, pero me amoldé bien a la manera de explicar que tenía cada profesor. Fue una mañana bastante atareada, así que cuando llegó el descanso, lo aproveché al máximo.

Fui al comedor junto a Inés y un nuevo amigo que habíamos hecho, su nombre era Andrew, aunque se empeñaba en que nos dirigiéramos a él cómo Drew. Los tres nos dirigimos al comedor para almorzar.

-Tengo demasiado sueño, ayer apenas dormí -añadía el muchacho, mientras tomaba asiento en una banca al lado nuestra, nos apresuramos a sentarnos junto a él-.

-Yo tampoco, estuve dándole vueltas a unas partituras hasta tarde -comentaba Inés mientras daba un bocado a un sandwich que había traído-.

-Yo, he dormido bastante bien, aparte, la clase con el profesor Lodge a primera hora no ayuda demasiado a favorecer el sueño. -Todos reímos-.

-Eh, ahí está tu amigo del otro día -Giré la cabeza en la dirección que la morena me indicaba, allí estaba Taehyung, mirando hacia todas partes, parecía perdido-.

No dudé en ir hacia él, al interceptar mi presencia, se acercó dando grandes zancadas hacia mí.

-Hey Tae, parecías desorientado, ¿te quieres sentar conmigo y unos amigos? -Dije al tiempo que señalaba hacia la pareja de la banca, que estaban mirando, sin sutileza alguna, nuestra conversación-.

-Oh, los químicos del mañana, está bien. -Caminó a mi lado hasta que llegamos-.

No fue tan incómodo cómo esperaba, debí pensar en la personalidad de Taehyung, apenas le presenté a ambos, no dejó de hacer bromas y sacar diferentes temas de conversación, bastante interesantes a mi parecer.

De vez en cuando, intercambiaba miradas con Inés, que me miraba divertida, yo trataba de evitar ver su expresión pícara a toda costa. Hasta que la muchacha puso una excusa absurda, pidiendo la compañía del rubio para dejarme a solas con Taehyung, juré que la mataría en ese mismo instante.

Apenas unos segundos después de quedarnos solos, mi único acompañante se dispuso a hablarme.

-Me ha contado Jimin que... -Su voz se vio interrumpida cuando la misma chica morena de el día anterior se sentó a su lado, tomando sus manos y haciendo que se girara, dándome la espalda-.

Podría haberle dicho que era de mala educación irrumpir así en una conversación ajena, pero preferí dejarlo estar, de todas maneras ya iba a empezar mi clase, así que me levanté tomando mis cosas y antes de alejarme agregué unas palabras.

-Hasta luego -Sonreí, ni siquiera me paré a mirar a Tae, no quería observar la cara que se le habría quedado después de que la chica que le gustaba le hubiera dado la mano-.

El resto del día pasó rápido, ya tenía dos trabajos que hacer para la semana siguiente. Mientras salíamos de la clase, me encontré con que Jimin esperaba en la puerta.

-Hey Jiminie, ¿ocurre algo? -Le miré curiosa-.

-Pues, bueno... Rose me había dicho de pasar la tarde juntos y acepté -Su voz temblaba nerviosa-, luego recordé que íbamos a quedar para practicar el baile y... -Puse mis manos en sus hombros y sonreí tranquilizándole-.

-No te preocupes, yo practicaré, de todas maneras, ayer acabamos el baile, sólo quedan los pasos finales, y no me voy a morir por repasarlo sola, si tengo dudas te preguntaré mañana. -Me revolvió el pelo alegremente-.

-Pensé que te enfadarías -Negué según formuló aquello- Eres genial, que se de bien la práctica.

-Pásalo genial Jimin, como te pases con Rose... -Agregué una mirada violenta, que en segundos se transformó en una carcajada, juntándose con las risas del chico-.

Efecto Mariposa💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora