38

76 10 6
                                    

Abrí lentamente los ojos, antes de retroceder varios centímetros ante la sorpresa.

Siempre dormía abrazada a mi almohada, pero con el muchacho a mi lado intenté no tomar esa posición para incomodarle, pero había sido peor el remedio que la enfermedad. 

Al despertar me di cuenta de que no sabía cuánto tiempo, pero estaba abrazando a Taehyung, agradecí que no tuviera el sueño ligero y miré el reloj antes de corroborar que faltaban unos minutos para que la alarma sonara, pero, igualmente me levanté y caminé a la cocina.

Comencé a preparar unas tostadas y varias cosas más hasta que una voz grave provocó que casi lanzase todo por los aires.

-Buenos días -Observó mi reacción y se acercó- Lo siento, no quería asustarte -Contenía la risa sin demasiado éxito-.

-Da igual -Simulé una mirada con odio, que pronto se remplazó por una sonrisa al observar la cara medio dormida del muchacho- tenías algo más de tiempo para dormir, siento haberte despertado... -Murmuré mientras colocaba las cosas en la mesa-.

-Era mejor dormir cuando me abrazabas -Comentó antes de que yo casi me atragantara mientras bebía agua por sus palabras-.

-¿T-te diste cuenta? No quise, osea, sí, mierda, es decir... -Me interrumpió y en verdad lo agradecí porque mis mejillas empezaban a adoptar color-.

-Tranquila anda, voy a llamar a Jimin para que pase por casa a recoger mi mochila, ahora vengo. -Se alejó hacia el salón dónde había dejado el móvil la noche anterior, aproveché para tocar mi rostro, que ahora se encontraba ardiendo-.

-Idiota -Murmuré antes de cerrar los ojos-.

Y ese fue mi inicio de la semana.

Los días pasaron, y Jungkook siguió sin aparecer. 

Aunque todos decidimos volver a la normalidad, cada día intentábamos contactar con el chico sin éxito, estuvimos meditando el tema hasta que dimos con la solución, tal vez Jungkook sólo necesitaba evadirse un tiempo y debíamos respetar su decisión, aunque ese mismo fin de semana volveríamos a buscarle.

Al fin llegó el viernes, llevaba alrededor de un mes preparando junto a Inés una presentación para la academia. Ella tocaría el piano y yo bailaría, aunque nos hacía ilusión, odiábamos que fuera en estas condiciones, la falta del chico nos afectaba mucho a todos, pero era una gran oportunidad de exhibir nuestro talento frente a las personas.

-Lo vais a hacer genial, no os pongáis nerviosas -Repetía el director una y otra vez, una vez se marchó me dispuse a mirar a la chica que estaba a mi lado, aún más pálida de lo que acostumbraba-.

-Extraña manera de conocer a tu suegro -Reí antes de ser golpeada suavemente en el hombro- Ouch -Simulé un ligero puchero antes de verla sonreír- Venga, vamos a hacerlo igual que en los ensayos, lo hemos preparado mucho. 

Unos pasos detrás nuestra nos desconcertaron, cuando giramos, Jimin se encontraba allí, junto a Lisa.

-¡Muchísima suerte! Todos los demás también han venido, nos han pedido que os animáramos de su parte también -Dijo Jimin en voz alta con sus ojos sonrientes-.

-Nos están reservando un asiento, tenéis mucho potencial, mostrárselo a todos -Lisa mordió su labio antes de alzar el puño- ¡Fighting! -Le correspondimos levantando los nuestros-.

Cuando nos pudimos dar cuenta, quedaban cinco minutos para salir, por lo que éstos se marcharon a sus respectivos sitios, yo me ponía las medias puntas de ballet mientras Inés colocaba sus partituras, antes de que nos anunciaran que era el momento de salir.

Efecto Mariposa💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora