friends ➳ vkook. [EN EDICIÓN]

22.

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—No, Tae, eso no va ahí.

— ¿Cómo que no va ahí? ¡Se ve bien!

— ¡Claro que no!

Jungkook y Taehyung estaban discutiendo sobre cómo colocar unas fotos para un collage. Llevaban más de media hora tratando de decidir dónde colocar la última foto, pero ambos tenían diferentes ideas.

—Si lo pones en medio, quedará bastante bien, Kookie —le dijo Taehyung mientras colocaba la foto nuevamente al centro del collage, pero Jungkook se la arrebató de las manos.

—Pero si hago eso, creerán que ése es el propósito del trabajo, y no lo es —colocó la foto en una de las esquinas, asegurándose de que se veía bien.— ¿Ves?

—No sé ni para qué me pides ayuda en esto si terminas haciendo todo tú solo.

—Si me ayudas, hyung.

El mayor se sentó en la cama de Jungkook, viendo cómo éste ahora le miraba. ¿Por qué Jungkook tenía unos ojos tan bonitos? Taehyung podría mirarlos todos los días de su vida y probablemente no se cansaría de hacerlo.

¿Por qué Jungkook no dejaba que el peligris lo quisiera como nadie lo había hecho antes?

—Hyung.

—Voy al baño.

Se levantó y por poco corrió al baño para encerrarse en él. No quería parecer cobarde ni mucho menos, porque no lo era, pero ya no se sentía cómodo allí. El que tuviera que fingir que no le afectaba la indiferencia que había tomado Jungkook frente a sus sentimientos le era bastante difícil. Y quizás la palabra correcta no sea indiferencia, pero por el momento no tenía otra definición para eso.

Por otro lado, Jungkook se sentía aún más confundido. Desde que había sido honesto con Taehyung, tenía miedo que su amistad se fuera al tacho de la basura. Ya no era lo mismo. Taehyung se comportaba un poco distante a veces, y eso era obvio que sucedería, pero el menor jamás pensó que el cambio sería tan repentino. Esa semana el pelinegro había roto cuatro cosas en casa solamente para que Taehyung apareciera y pudiera ayudarlo, además de poder verlo. Jungkook ni siquiera necesitaba ayuda con su trabajo, pero solo quería llamar al mayor para poder hablar con él.

— ¿Hyung?

Justo cuando el pelinegro se dirigía a la puerta del baño, Taehyung salió, casi chocando con el menor.

—Lo siento, Kook —se disculpó el mayor.— Creo que ya es hora de irme.

— ¿Tan temprano? —Jungkook trató de no hacer notar su decepción, pero Taehyung se dio cuenta de todas formas.

— ¿Para qué quieres que me quede? No me has llamado para que te ayude, ¿o sí?

—Ya no hablamos, Tae. Y te extraño muchísimo...

Y era verdad. Ya no solían hablar como antes, en esos tiempos cuando apenas se conocían. Solían quedarse hasta altas horas de la madrugada simplemente conversando, y ni siquiera importaba sobre qué. Podían estar hablando sobre delfines, o sobre por qué la pareja que se hospedaba al lado de la habitación de Jungkook hacía tanto ruido.

Jungkook daría lo que fuera para que todo volviera a la normalidad. Y en momentos se arrepentía de haberle dicho todo a Taehyung. Si no le hubiera dicho nada, todo seguiría exactamente igual y no hubiera afectado su relación.