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Park Jimin.

El día parecía bastante prometedor, y por supuesto que Jimin lo creía así. Por fin había logrado tener una cita con el muchacho de sus sueños... nah, eso suena bastante cursi, incluso para él.

Park Jimin era tan solo un niño de 10 años cuando descubrió que su pasión era bailar. Tuvo muchísimos problemas con sus padres, pero finalmente ellos lo apoyaron, enviándolo a Seúl a perfeccionar su baile. Sus tíos y su primo Taehyung vivían allí, entonces fue mucho más fácil para él el poder establecerse en la capital. Gracias a su primo y sus tíos, pudo sentirse casi como en casa.

Entró al instituto, y además asistía a una escuela de baile por las tardes y los fines de semana. Nunca se había visto a un muchacho tan esforzado en esa escuela hasta que Jimin llegó. Ponía todo de sí en sus clases, si fallaba en un paso, seguía practicando hasta que éste saliera, incluso si le llevaba horas. Con el paso de los años, Jimin podía comprender y ejecutar fácilmente movimientos de baile, como si no fuera nada. Estaba orgulloso de su progreso y de todo lo que había logrado, saliendo con honores de la escuela de baile, y así también del instituto. Y luego de graduarse, sus padres consiguieron el tan ansiado traslado del trabajo y se fueron a vivir a Seúl para estar cerca de su hijo.

Ingresó a una academia de baile en el centro de Seúl, y se adaptaba bastante bien a ella. Era bastante sociable, por lo cual no había nadie quién no lo conociera. Se destacaba por su carisma y humildad, además de su baile, claro está.

Y allí fue cuando conoció a Jung Hoseok.

Su cabello brillaba, tenía esa linda sonrisa que tenía enamorada a toda la academia, incluyéndolo a él. Pero, ¿quién no se enamoraría de Hoseok?

La primera vez que lo había visto fue cuando éste iba saliendo de la academia, junto con su novio. Eso desanimó bastante a Jimin, pero decidió ignorar eso por el momento y concentrarse en lo que debía de importarle, la presentación que tendrían en un par de meses. Pero eso ya había pasado, ya que Hoseok había terminado con su novio, y cuando volvió de un viaje que hizo hacia Estados Unidos, Jimin lo invitó a salir, sin saber que el mayor ya no estaba en una relación.

Se encontraba en el salón de prácticas del tercer piso, donde usualmente practicaba. Estaba haciendo estiramientos cuando la puerta se abrió de repente, dejando a ver a un alegre Hoseok.

— ¡Jimin-ah!

—Hola, hyung —dijo un poco tímido.

— ¿Qué haces? —le preguntó mientras cerraba la puerta.

—Estaba haciendo estiramiento un rato antes de comenzar.

—Sabes que lo estás haciendo mal, ¿verdad? —enarcó una ceja.

— ¿Huh?

Hoseok se acercó hacia Jimin, quién estaba sentado en el suelo. Se sentó detrás de él y posicionó sus manos en su abdomen y espalda, sin darse cuenta de lo tan nervioso que había puesto al menor en ese momento.

—Tienes que estar derecho, sino, podrías lesionarte —advirtió Hoseok, mirando a través del espejo la sonrisa que tenía Jimin.— ¿Qué te hace gracia?

—Oh, nada.

El mayor se puso a la par de él y comenzó a hacer estiramientos con él, más que todo para relajar sus músculos después de un largo día enseñando. Porque sí, Hoseok ya estaba capacitado para enseñar en la academia, siendo uno de los profesores de Jimin también.

friends ➳ vkook. [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora