"Nunca sabes cuan fuerte eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes. Y cuando esto sucede, eres intocable" - Chuck Palahniuk.
Este es un idiota, no lo soporto. A veces que me provoca lanzarle algo en la cara... Como un ladrillo.
- Hola... Andrey y no, no hay abrazo para ti - le contesto de forma seca seca.
- ¡Uy!, que seca... Vamos, no seas mala y ven aquí - se lanza hacia mi atrapándome entre sus brazo. Apenas siendo su contacto comienzo a removerme incómoda.
- Déjala en paz hijo, no quisieras tener problemas con ella - llega Nikolay a nuestro lado saludado con un beso a Olya.
- Sí querido, deja a Kata en paz. Sino vas hacer que no quiera venir más - escucho la armoniosa voz de la mujer rubia. Creo que ya conozco a muchas rubias.
Andrey comienza a separarse lentamente pero de un momento a otro siento algo en mi mejillas y cuando volteó en su dirección lo encuentro corriendo a dentro de la casa.
- ¡Te amo, vas a ser mi esposa! - grita a medida que corre.
Bufo y ruedo los ojos - idiota - murmuro.
- Ten un poco de paciencia querida, ya sabes como es... - trata de defenderlo un poco. Me encojo de hombros. Es un caso perdido. - Ven, vamos a dentro. Acabó de preparar galletas solo para ti.
Se me ilumina el rostro y la sigo, las galletas de está mujer son las mejores del mundo.
*
- Tengo que volver a admitir que tus galletas son la gloria - exclamo con la boca llena.
- Me alegra que te encanten querida, aquí tienes un envase con más. Solo para ti, pero no le digas a nadie - sonríe guiñándome un ojo y saca otra bandeja repleta de galleta... Amo está mujer.
Chillo un poco con alegría, en esos instantes también escucho un bufido.
Me volteó a encarar a Andrey. - ¿Algún problema? - pregunto seca.- Sí, es mi - resalta el "mi" - mamá y a mi nunca me hace tantas galletas - termina por reprochar, y se cruza de brazos.
- Fácil respuesta. Me quiere más a mi - le saco la lengua. Me dirijo a Olya y la abrazo, ella me corresponde riéndose.
- Claro que he hecho galletas para ti hijo, pero hace tiempo que ella no viene. No estés celoso mi bebé lindo - se separa de mi y se acerca para hacerle mimos a Andrey como un bebé quién se pone rojo de vergüenza.
- El color rojo se quedó idiota - me burlo de él y me fulmina con la mirada.
- ¡Mamá!, me avergüenzas - le reclama, pero Olya le agarra más fuerte las mejillas.
- Que avergonzarse ni que nada, eres mi hijo y siempre serás mi bebito - habla melosamente y lo estruja entre sus brazos.
- Compórtate como hombre Andrey - interrumpe la voz de Nikolay. - Quiero galletas - ordena.
- Primero, es mi - resalta el "mi"- hijo y mi bebé. Sí tuviéramos una hija la tratarías como tú princesa así que no reclames. Y segundo, para ti no hay galletas - se cruza de brazos molesta.
Me levanto de la silla tratando de no llamar su atención. No sin antes agarrar varias galletas y el envase repleto de estas solo para mi. Me acerco lentamente a Andrey, que está cerca de la salida.
- ¡¿Cómo que para mi no hay galletas?! - reclama perplejo.
- Es mejor irnos y dejarlos arreglarse... Seguro se van a terminar besando y en sexo. No quiero ser espectador de eso - me susurra Andrey. Asiento y lentamente salimos de la cocina dejando atrás la cocina"pequeña" discusión de la pareja.
Siento que acerca su mano, le doy un manotazo - ¡Ay! - exclama adolorido - pero que salvaje, dame una - suplica.
Niego metiéndome una a la boca y me mira con la boca abierta, se tira de rodillas al piso abrazándome las piernas sin dejar moverme.
Ruedo los ojos y le doy la más pequeña - ¡Sí! - grita con emoción y me da un rápido beso en la mejillas. - Te amo.- Manipulador - toso falsamente mientras hablo.
- Sabes que sí, eres tú la que no me quiere - hace un ademan muy dramático.
- Deja el drama. Ahora, ¿qué te parece ir a comer algo? - sugiero - no quiero escuchar los gritos de tú madre.
- Tienes razón - concuerda conmigo y en ese instante se escucha como un "pequeño". El me toma fuerte del brazo y me lleva con el a la salida de la casa.
- ¿A dónde iremos? - pregunto una vez que enciende el auto.
- ¿Quieres ir al cine primero y después a comer un helado? - pregunta con la vista en la carretera.
- Sólo sí tú pagas - sonrío inocente.
- Claro, no hay problema - sonríe y me observa de reojo, enciende la radio y comienza a cantar a todo pulmón.
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La Rosa Negra (Editando)
RandomTodos tienen un pasado oscuro, pero ella, no solo tiene un pasado oscuro, también un presente. Toda una vida escondiéndose entre las sombras de la noche de los demonios que la perturban. Ahora, sin dejar ningún rastro, deja es una rosa negra en la...