Capitulo 37

196 21 1
                                    

- Hasta luego - se terminan de ir Alex y Ánia. Quienes fueron los últimos en irse.

Solo quedamos Viktor y yo en la tienda, ya discutimos lo mas importante y lo mejor es que se que tengo su ayuda en contra de Mijail y buscar cuales son las verdaderas intenciones de Nikolay. Hay muchas cosas que no se relacionan para nada y no quiero ni pensar que Mijail trabaja para Nikolay.

No tuviera sentido todo lo que me ayudo Nikolay si después me quisiera destruir...

- ¡No puedo más! - la exclamacion de Viktor me saca de mis pensamientos. Cuando lo busco con la mirada, lo encuentro tirado sobre uno de los sillones de cuero negro - necesito cinco litros de cafe para poder trabajar... ¿Y si me doy el dia libre? - comienza hablar con el mismo.

- ¿Te volviste loco? - le pregunto mientras dejo escapar unas cuantas carcajadas.

Se sienta correctamente y se hace el ofendido - Claro que no, me estoy quejando porque no he dormido nada y justo a esta hora es que estaría llegando para acá. ¡Son las seis de la mañana y justo hoy tengo tres citas! - termina haciendo señas hacia arriba.

- Pero sabes que era de suma importancia, no solo busco su apoyo para ayudarme, sino también para saber cuales son las verdades que están detrás de Nikolay; ni siquiera quiero pensar que él esta trabajando junto a Mijail...

- No, ni lo pienses... Se todo lo que ha echo Nikolay por ti y por nosotros, no creo que nos traicione de esa manera cuando ya le hemos entregado prácticamente nuestras vidas - me interrumpe contradiciendome.

Dejó escapar un suspiro y asiento. Cambio un poco mi postura y lo observó un poco divertida - Sí quieres te ayudó con tus citas, puedo poner en práctica lo que me has enseñado - trato de persuadirlo.

Parece pensarlo, me comienza a mirar de una manera "inocente" - No, por supuesto que no... - hace una pausa y su semblante cambio por una picaro - ha menos que le quieras hacer el tatuaje a Alek.

Apenas dice su nombre mi rostro se torna de sorpresa y comienzo a negar - De ninguna manera, ayer lo deje plantado por todo lo que pasó anoche y no quiero soportar su interrogación...

- Admite que te gusta, te encanta... Creeme, nunca te había visto con un chico así...

Ahora lo interrumpo yo - Que de ninguna manera, él es el enemigo; nunca debí involucrarme de está manera con él. Lo más que tenía que hacer es sacarle información y no hacer que se fije en mi - me reclamo a mi misma.

- Creeme que no lo podrías haber evitado, desde la primera vez que te vio lo noté en su mirada. Le causaste mucha intriga y los misterios es lo que más le gusta; tú eres uno, por ejemplo - se acerca a mi y me abraza pasando sus brazos por mis hombros.

- No puedo, no quiero dañar a nadie más... No creo poder soportar que se enteré en que trabajo, ¡Hasta me llevó a la instalación central donde trabaja!. Lo único que pensara es que lo utilice, cuando no es así, solo en el principio pero no pude más... - pasó mis manos por mi rostro con frustración.

- Tranquila, no se llegara a enterar - se coloca frente a mi colocando sus manos en mis hombros sacudiendome un poco - y sí es así con todo esto, por fin lograremos salir de la mafia y tendrás la vida normal que siempre quisiste...

- No, no será así. Sabes que las mentiras siempre salen a la luz, tarde o temprano - dejo escapar unas cuantas lágrima. Esto me duele más que a nada, no me sentía así desde hace años; creía que mi vida ya no volvería hacer un infierno.

- Lo lamento tanto; Creeme que me siento peor que tú. He condenado mi vida por mi hermano, no podría soportar que le suceda algo y se que se sentiría decepcionado de mi también - me abraza y lo sujeto fuertemente hacia a mi.

Me separó de el y acuno su rostro entre mis manos y quitó unas lágrimas que salen de sus ojos - Tranquilo, se que no lo estará; ustedes se han apoyado toda su vida cuando nadie más lo hacia y lo que hiciste fue por el, por que lo amas tanto que has dado tú vida por él y te han dado una segunda oportunidad cuando Nikolay te rescato... Aunque ahorita no se que pensar de ello, sí nos ayudó o nos condenó.

Me sonríe e imita mi acción acunando mi cara entre sus manos. Termina dándome un beso en la frente - Te amo Kata, eres una hermana para mi.

Sonrio y asiento - Igual que tú eres un hermano para mi - me separó de él y recojo todos los papeles que traje para guardarlos en mi bolso - ahora me tengo que ir, necesito ver como sigue Fiorella.

El asiente y nos despedimos. Todavía siento las lágrimas salir de mis ojos... Necesito desahogarme.

 Necesito desahogarme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La Rosa Negra (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora